Kevin Spacey tiene nueva película: ¿qué pasó con las acusaciones en su contra?

Kevin Spacey tiene nueva película. Por primera vez desde 2017, el actor de Los sospechosos de siempre cuenta con un proyecto en el que embarcarse, el largometraje L’uomo Che Disegno Dio, en el que encarnará a un investigador de abusos sexuales dentro de una trama que aborda el auge y caída de un artista ciego que puede hacer retratos precisos de personas escuchando únicamente sus voces.

El interesado en reclutarlo fue el actor y cineasta italiano Franco Nero, quien lo convocó a trabajar juntos en una cinta que rodará como director, y que protagonizará su pareja, la leyenda británica Vanessa Redgrave.

Apartado de House of cards y de la película Todo el dinero del mundo –sus escenas fueron quitadas y refilmadas con un nuevo actor, el fallecido Christopher Plummer–, Spacey se enfrenta a un escenario inédito: si bien ha realizado excéntricas apariciones a través de videos y protagonizó la lectura pública de un poema en Roma en 2019, no ha vuelto a trabajar desde que surgió la oleada de denuncias de acoso y abuso sexual hace cuatro años, encabezadas por el testimonio del actor Anthony Rapp, quien asegura que sufrió una agresión sexual cuando era menor de edad.

Apartado totalmente de Hollywood, el intérprete suma respaldos desde el equipo de su nueva cinta. El productor Louis Nero defendió su apuesta señalando que “lo elegí porque es un gran actor” y tildó de “falso” el testimonio de los denunciantes. El guionista de Taxi driver, Paul Schrader, que en su momento se mostró abierto a contratar a Spacey y apuntó que “creo que hay crímenes en la vida pero no crímenes en el arte”, volvió a enviarle un respaldo a su regreso.

“Ya era hora. Si es culpable de un delito, encarcélenlo. Si no, déjenlo actuar. Muchos grandes artistas han sido malas personas”, escribió en sus redes sociales el también director de First reformed y American gigolo.

Pero, ¿qué pasó con las acusaciones en contra del actor de Belleza americana? El panorama es dispar y está marcado por giros más allá del procedimiento judicial.

Luego de irrumpir como la figura más visible en acusar a Spacey, Anthony Rapp finalmente presentó una denuncia en septiembre en Nueva York, junto a otro hombre que prefirió mantener su anonimato y también afirma que fue abusado por el actor. El testimonio de cada uno relata hechos ocurridos en 1986 y 1981, respectivamente, cuando ambos eran menores de edad, y exigen una compensación por los daños emocionales que les generaron esos episodios.

En septiembre de 2019, un año antes de esa denuncia ante la justicia, se conoció la muerte de un masajista que había acusado al actor de agredirlo sexualmente en su casa de Malibú en 2016. Su relato indicaba que había sufrido lesiones físicas, dolor emocional y angustia tras el presunto incidente. Pero su deceso se produjo en la previa a que comenzara el juicio y derivó en el cierre del caso.

En Inglaterra, donde también surgieron nuevas denuncias en los últimos cuatro años, Spacey fue interrogado en julio de 2019 por la policía local, como presunto autor de seis delitos de agresión sexual entre los años 1996 y 2013. Sin embargo, esa situación no derivó en la presentación de cargos ni en un eventual juicio, por lo que hasta ahora Spacey no ha recibido una condena. De hecho, The Hollywod Reporter detalló en abril que el caso había sido cerrado.

Otra situación que dio un giro fue la de un denunciante que lo acusó de haberlo agredido sexualmente en un bar de Nantucket en julio de 2016. El juicio estaba ad portas de comenzar, pero finalmente la ausencia de una prueba clave –el teléfono celular de quien lo acusaba– derivó en que el caso concluyera abruptamente.

Por lo pronto, el regreso a la actuación de Spacey es mirado con distancia por Hollywod, que no parece dispuesto a volver a abrirle las puertas, y con indignación por quienes han otorgado su testimonio, que ven como una provocación que el intérprete vaya a encarnar a un investigador de abusos sexuales. El actor Mark Ebenhoch, quien relató un presunto episodio de conducta impropia en el set de la película Outbreak (1995) tildó ese movimiento de “arrogante”, “irresponsable” y “absurdo”, en entrevista con TMZ.