Fue una casualidad lo que impulsó todo. La holandesa Roxane van Iperen llegó a vivir a una zona boscosa a casi 30 kilómetros de Amsterdam, y se instaló junto a su marido y sus tres hijos. Junto con su trabajo como abogada, Van Iperen es escritora. De hecho, en 2016 publicó la novela Paria de la tierra. Y estaba buscando una idea para un nuevo trabajo, cuando notó que la respuesta estaba frente a sus narices, más cerca de lo que creía.

Su propia casa.

Roxane van Iperen a las afueras de su casa, en las cercanías de Amsterdam.

Van Iperen se puso a investigar la historia de lugar y de la vivienda, y lo que encontró la asombró. Resulta que la espaciosa vivienda, de dos pisos, funcionó como una especie de guardia, organizada por las hermanas Janny y Lien Brilleslijper, para refugiados judíos mientras el país de los tulipanes estaba ocupado por las fuerzas nazis, desde 1940 (solo se libró de esa pesada sombra en 1945, con la derrota de Hitler).

La historia parecía interesante, y así Roxane se lo contó a sus editores: “Me preguntaron de qué se trataba y les conté la historia de estas dos hermanas judías que estuvieron en la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial y se escondieron en una casa muy grande, la casa en la que vivo ahora. ‘Bueno, vas a dejar lo que estás haciendo y vas a ponerte a escribir sobre esto’, me dijeron”, cuenta la holandesa en declaraciones recogidas por Clarín.

De esta forma, Van Iperen escribió El Último Refugio, el libro donde reconstruye la historia de las hermanas Brilleslijper y cómo crearon la guarida que bautizaron como El Nido Alto, que entre 1943 y 1944 escondió a los judíos víctimas de la dura persecución del nazismo.

Presentaciones y un final

Las hermanas realizaban todo tipo de actividades para matar el tiempo en El Nido Alto: desde un diario clandestino hasta presentaciones artísticas. Incluso, los niños pequeños jugaban en el jardín. Parecía un mundo idílico en medio del horror.

Sin embargo, nada es para siempre, y los refugiados de El Nido Alto finalmente fueron capturados por los nazis y trasladados a los campos de concentración. En su investigación, van Iperen dio con las cartas que dejó Janny Brilleslijper, donde relata que en el horror de Auschwitz, fue de las últimas personas en ver con vida a Ana Frank.

“Inicialmente no quería siquiera mencionar la conexión con Ana Frank porque iba a haber gente que desconfiara, me iban a decir que lo estaba inventando, pero era cierto y no lo podía dejar afuera. Quise incluirlo con integridad porque sabía que las hermanas que son las protagonistas de mi libro, especialmente Janny, nunca fueron consultadas sobre su experiencia”, cuenta van Iperen en las citadas declaraciones.

Y agrega: “Nadie conocía su historia porque las preguntas siempre eran sobre cómo fue ser la última persona que vio con vida a Ana Frank. Y Janny pedía, en sus diarios íntimos y en sus entrevistas, que pararan con la obsesión con ella, que después de todo era solamente una niña y no la Mujer Maravilla.

Hasta hoy, El último refugio ha vendido 235.000 ejemplares en su país natal, ha sido traducido a diez idiomas y está por convertirse en una película. Incluso, está disponible en castellano, vía editorial Planeta.

Consultados por Culto, desde la casa editora aseguran que no hay una fecha para la llegada del libro en impreso, pero sí está disponible en ebook.