Six Feet Under: dos décadas de la serie que trató la muerte con maestría
La historia sobre la familia Fisher festeja 20 años desde su estreno, cuando se unió a Los Soprano y Sex and the city en la primera línea de series de HBO. Su creador, Alan Ball, sólo ha vuelto a rasguñar una vez el éxito que tuvo con la producción y de su elenco principal el único que alcanzó un fenómeno similar fue Michael C. Hall. Su final, devastador e inesperado, sigue empinado como uno de los cierres más redondos de la TV.
Protagonistas de la accidentada ceremonia de los Oscar en 2017, los cineastas Barry Jenkins (Moonlight) y Damien Chazelle (La la land) continuaron cada uno sus carreras con una película y con una serie de televisión luego de alzar la estatuilla. El primero debutó en el formato seriado con la reciente The underground railroad (Amazon Prime Video) y el segundo dirigió dos capítulos de la musical y francesa The Eddy (Netflx). Un movimiento asumido con cada vez más naturalidad en la era que se ha configurado en Hollywood en los últimos años.
Dos décadas atrás, el giro parecía una rareza en la industria, incluso para un tipo proveniente de la televisión como Alan Ball. El guionista y productor venía de ganar el Oscar por Belleza americana (1999) cuando HBO le transmitió que deseaba contar con él para que escribiera una serie sobre una funeraria. Una dosis de fortuna ayudó a que no desechara la oportunidad en pos de mantener sus compromisos previos: la comedia Oh, grow up, que creó para ABC, alcanzó a tener sólo una temporada en 1999 antes de ser cancelada por la estación por malas críticas y baja audiencia.
La combinación de acierto y traspié que vivió Ball a fines de los 90 permitió que a la larga pudiera dar origen a una de las producciones televisivas más apreciadas de los 2000. En junio de 2001 Six feet under (hoy disponible en HBO GO, a fin de mes en HBO Max) presentó a los Fisher, golpeados en un inicio por la muerte del patriarca de la familia interpretado por Richard Jenkins, y retratados en los sinsabores que viven alrededor de la insólita experiencia que les toca lidiar, como dueños de un negocio consistente en acoger cadáveres, sarcófagos y todo lo necesario para despedir a los seres queridos de los habitantes de Los Angeles.
La arriesgada apuesta de la ficción vino a reforzar el carácter serio y de prestigio de HBO, que ya contaba en esa época con tres temporadas de Los Soprano y al año siguiente daría la bienvenida a The wire, dos de los mayores puntales del estatus que mantuvo inalterable hasta hace poco. El poderío de la señal quizá no se reflejaría con tal contundencia en los Emmy (sólo la serie de Tony Soprano fue reconocida como Mejor drama, en 2004 y 2007), pero esa es otra historia.
Pese al fenómeno de crítica que generaron los altibajos de la familia Fisher, la producción nunca obtuvo marcas históricas de audiencia en sus cinco temporadas. Una tendencia recordada por Alan Ball en diálogo con Collider. Cuando en 2012 quiso ponerle fin a True blood, HBO lo invitó a que los ayudara a encontrar un sustituto ideal porque las métricas del drama de vampiros eran particularmente buenas. En cambio, años antes, al sugerir que llegaba el momento del cierre de Six feet under, el canal cedió sin chistar.
De paso, la estación permitió que la historia tuviera la conclusión natural que imaginaba su cerebro y se pavimentara uno de los aspectos más recordados de la serie: cómo diseñar un adiós a la altura de los ciclos previos y fiel a la esencia de la historia. El último episodio de la ficción se emitió un 10 de junio de 2007 y aún conmueve a sus fanáticos, testigos de las circunstancias de las muertes de cada uno de los integrantes sobrevivientes de la familia principal.
“Me golpeó, y creo que al igual que cuando lo vio la gente, lo sorprendente y obvio que fue a la vez. Se sintió como una ola inesperada chocando contra ti, pero mientras estabas allí empapado, dices, ‘por supuesto, por supuesto que terminó de esta manera’”, le dijo Michael C. Hall (David Fisher) a The Hollywood Reporter en 2015.
Sus palabras eran en calidad de miembro clave de Six feet under pero también como un actor que estuvo al centro de una historia que contó con un cierre decepcionante en 2013, Dexter, que este año volverá a intentar subsanar en algo su final original.
Hall es de los pocos nombres del elenco original que rozó el fenómeno logrado con la ficción de HBO. De hecho, algunas de las mejores carreras las completaron actores más bien esporádicos o secundarios en la historia. Además de tener en roles de soporte a actrices consolidadas como Kathy Bates y Patricia Clarkson (que ganó un Emmy por su interpretación), también incorporó como personajes secundarios a Justin Theroux, Ben Foster, Bobby Cannavale y Rainn Wilson.
A excepción de True blood, Alan Ball no ha vuelto a concebir algo del impacto de su ficción que reflexionó sobre la vida y la muerte. Pero él sigue creando. Estrenó hace unos meses, sin hacer mucho ruido, la película Uncle Frank en Amazon Prme Video y aspira a hacer olvidar que su última producción televisiva fue la cancelada Here and now (HBO, 2018), con Tim Robbins y Holly Hunter. Sin adelantar las tramas, le dijo a Collider sobre las nuevas producciones que prepara, “basta decir que ambas son series que vería”.
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