Tres años atrás, el director Carlos Moena triunfaba en la competencia nacional del festival In-Edit con Cuando respiro en tu boca, un valioso y elocuente registro que tenía guardado -literalmente- en un viejo baúl de recuerdos desde 1994, en forma de tres cintas en formato Hi-8 con seis horas de material en las que documentó el proceso de grabación de Peces, el primer disco de Lucybell.

Desde la próxima semana, el grupo nacional, con el vocalista Claudio Valenzuela como último sobreviviente de aquella formación original -acompañado del baterista Cote Foncea y del bajista Eduardo Caces-, vuelve a ser protagonista de una pieza documental en torno a su trabajo en el estudio, claro que esta vez con el proceso de grabación de su más reciente álbum, Mil caminos, el decimoprimero de su discografía. Un nuevo vistazo a la intimidad y al trabajo creativo del trío que se podrá ver en línea desde el viernes 18 de junio y que, además, se presenta como el primer hito de la celebración de los 30 años de historia del conjunto.

“Hay una ‘seguridad insegura’ permanente, porque no es que nos las sepamos todas, siempre hay algo de intuición y de nervio cuando te metes a grabar un disco, siempre hay un dejo de incertidumbre”, comenta Foncea a Culto sobre las diferencias y paralelos de aquel Lucybell de Peces con el de Mil caminos, una apuesta que llevó a los músicos a encerrarse en los afamados Estudios del Sur a fines de 2019 para reversionar su cancionero en formato acústico y junto a diversos invitados, como Beto Cuevas, Consuelo Schuster, Carlos Cabezas (Los Jaivas) y Manuel García, además del multiinstrumentista Cuti Aste, pieza clave en el desarrollo del proyecto.

Cuti Aste durante la grabación de Mil Caminos. Foto: Gustavo Canales

Cámara en mano, el músico, productor y cineasta Felipe “Felo” Foncea -hermano de Cote- siguió el trabajo de confección de las nuevas versiones, las que inicialmente serían grabadas con público presencial y en un formato más cercano al “unplugged” televisivo. Finalmente, el estallido social de octubre de 2019 obligó a cambiar los planes y llevar la idea al búnker ubicado en María Pinto, donde Lucybell volvió a 18 de sus clásicos -y sumó una pieza nueva, Culpable- junto a amigos y arreglos de bronces y cuerdas.

“Lo que en un principio iba a ser un proyecto más televisivo, le pusimos un poco más de arte y de lo que a nosotros nos parecía interesante mostrar, que es la banda trabajando en el estudio de grabación. Y el documental es el recorrido de esos días increíbles”, cuenta Cote Foncea. “Queremos mostrar de alguna forma cómo desarrollamos este disco, que es tan íntimo, porque son arreglos nuevos de canciones antiguas, entonces obviamente es una apuesta súper grande”.

Sobre el influjo de aquellos días convulsionados en el país, el baterista asegura que, pese al aislamiento en el estudio, “nosotros no somos impermeables y eso (el estallido social) generó un montón de conversación para Lucybell”. De hecho, Claudio Valenzuela, quien actualmente vive en Estados Unidos, viajó especialmente a Chile para hacer el álbum y desde su céntrica ubicación en Santiago fue testigo del fragor de esos días e incluso encaró a un grupo de militares mientras transitaba por Plaza Italia.

Cote Foncea en Estudios del Sur.

En ese sentido, mientras Cuando respiro en tu boca muestra a un grupo novato y en ascenso en su primera incursión en un estudio en medio del optimismo del Chile de la transición, Pasos, un documental de Mil Caminos presenta una suerte de reverso: el de un conjunto que viene de vuelta intentando darle una vuelta creativa a su obra en medio de un ambiente crispado y caótico en el país.

“Eso sí, cuando nos fuimos al estudio tratamos de estar más vinculados a las canciones, pero el equipo de filmación de repente llegaba después de pasar por un lugar con barricadas. Lo quieras o no estás igual vinculado a lo que está pasando, sobre todo a una situación tan importante. Se generaron conversaciones dentro del estudio, tampoco nos pusimos como monjes shaolín aislados y desinformados de todo”, asegura Foncea.

El proceso que registra la película, en el que el trío viaja a su pasado adaptándose a las circunstancias adversas, es también el espíritu que primera al interior del grupo casi dos años después. Tras suspender una serie de presentaciones en Estados Unidos, México y Chile -incluyendo un paso por el Lollapalooza- a causa de la pandemia, los autores de Mataz comienzan las celebraciones de sus tres décadas de historia en medio de la incertidumbre y la expectativa por llevar el hito a los escenarios.

Eduardo Caces. Foto: Gustavo Canales

“Teníamos un montón de hitos en la previa a la celebración de este año, pero creo que tenemos que ser optimistas, porque los 30 años se cumplen en octubre”, dice Foncea. “Tenemos un compromiso. Es como decir: si 2020 y 2021 no valieron, démosle para adelante y celebraremos esto con una gira y ojalá que se pueda este año, porque no creo que sea imposible. Pero sí estamos siendo súper precavidos y responsables, con el público y con nuestro equipo, para que todo lo que se haga sea con una premisa de seguridad y de salud. No nos queremos apurar y hacer alguna tontera”.

Por de pronto, Lucybell se enfoca en el estreno de Pasos, cuyas entradas se pueden adquirir en Ticketplus, el mismo sitio que el 18 de este mes estrenará el documental en su plataforma para diversos países de la región.

Y aunque las primeras preventas ya se agotaron, todavía quedan entradas, incluyendo algunas con la opción de un “meet and greet” virtual con los integrantes después de la función. Un “zoom and greet”, bromea Foncea, como dictan los tiempos pandémicos.