Si la edición 2020 coronó a Camila Gallardo y las dos anteriores a Mon Laferte, los Premios Pulsar 2021, la séptima versión de la ceremonia que destaca lo mejor de la música nacional de la temporada, dejaron como gran ganadora a Francisca Valenzuela, quien se quedó con la mayoría de los principales premios que se entregaron la noche del miércoles, en una ceremonia transmitida por La Red y que por segundo año consecutivo se realizó en formato híbrido y sin público presencial.
Eso sí, ni las restricciones que impone la segunda ola de la pandemia ni el regreso del evento a la televisión abierta -transmitido nuevamente por La Red y conducido por Eduardo Fuentes- alteraron la tónica de la premiación: la de anoche fue otra jornada triunfal para una solista chilena en la gala que organiza la Sociedad Chilena de Autores e Intérpretes Musicales (SCD), que desde su primera edición de 2015 -y salvo contadas excepciones, como las de Congreso y Álex Anwandter- ha tenido como protagonistas excluyentes a artistas mujeres como Ana Tijoux y Camila Moreno en las categorías más estelares.
Esta vez fue el turno de Francisca Valenzuela, quien gracias a su cuarto disco, La fortaleza (2020), llegaba como una de las más nominadas y favoritas del evento y terminó imponiéndose como Mejor Artista Pop, Canción del Año (por Flotando) y Álbum del Año. En este último apartado también postulaban Bronko Yotte, Flor de Rap, Rubio y Pedropiedra.
Un reconocimiento especial para la cantautora de 34 años que hoy reside en Estados Unidos, quien hasta ahora sólo contaba con un premio Pulsar (Canción más escuchada en 2016). Con uno de los títulos más contundentes de su discografía, la autora de Tómame tuvo finalmente su gran noche en la premiación de la SCD, dedicada esta vez a una variada producción discográfica que prácticamente no ha podido ser llevada a los escenarios.
“Sentir que ese disco haya vivido a pesar de haberlo sacado en 2020, que tenga una vida tan especial, me emociona mucho, me hace reconectar y reenamorarme del poder de la música, del privilegio de poder ser artista. Me hace querer trabajar duro y dar lo mejor de mí”, dijo la artista a través de una pantalla, sintetizando las emociones que fueron la tónica entre los ganadores de la cita.
“Hubo un momento antes de hacer este disco en que dije ‘quizás ni voy a seguir haciendo música’. Estaba batallando por muchas razones con el compromiso, con esa convicción artística, creo que a todos nos pasa en nuestros proyectos. Y cuando me comprometí con las canciones que elegí, el disco, la puesta en escena, los videos que dirigí, fue reconectar y reenamorarme de hacer música, de ser artista y querer realmente darlo todo, lanzarse y renacer un poco”, reconoció.
Mujeres contra la historia
Los hitos timbrados por las mujeres de la música local no quedaron ahí, con otras artistas que se impusieron en apartados históricamente dominados por hombres. Fue el caso de Natalia Suazo, Natisú, quien además de su carrera solista se desempeña como productora musical de diversas propuestas nacionales. Gracias a su trabajo del último año junto a Malú Mora, Francesca Santoro y en el disco colaborativo Mal -un interesantísimo ejercicio de creación colectiva pandémica junto a Benjamín Walker, Yorka y Hakanna-, Suazo se convirtió anoche en la primera mujer que se lleva el Pulsar a Mejor Productora desde que se creó la categoría en 2016.
Un logro similar es el que consiguió del dúo femenino Frank’s White Canvas, que desde 2014 integran Karin Aguilera (voz y guitarra) y Francisca Torés (batería). Con una ascendente carrera musical que registra dos discos -el último de ellos My Life, My Canvas (2020)-, letras de corte confesional y temática LGBTI, además de pasos por escenarios extranjeros, Aguilera y Torés son desde anoche las primeras mujeres ganadoras del premio Pulsar a Mejor Artista Rock. Un ítem donde hasta ahora no habían sido nominados proyectos exclusivamente femeninos, y donde anotaban triunfos grupos como Kuervos del Sur, Adelaida y BBS Paranoicos.
“La música nos salvó y lo sigue haciendo hasta estos días”, dijo Aguilera tras recibir el trofeo, en una noche estelar para las mujeres y las disidencias. “Siempre crecí creyendo que no había un lugar para alguien como yo (...) siendo una banda de mujeres orgullosamente lesbianas, que hacemos rock en inglés en Chile”, agregó la cantante y guitarrista, en una de las múltiples intervenciones que tuvo la ceremonia, donde abundaron las consignas y mensajes relativos a la difícil situación que viven los trabajadores de la cultura, como también las reivindicaciones a los presos del estallido social y las peticiones de justicia para Fabiola Campillai.
A estos se sumaron los reconocimientos a Paz Mera y Carmen Lienqueo, dos de las creadoras e instrumentistas más destacadas y talentosas de la cantautoría, la música de raíz y la fusión latinoamericana hecha en Chile en este siglo. La primera se quedó con el premio a Mejor Cantautor/a por Sea mi música (2020), su tercer LP en solitario, donde se pasea con soltura y solidez por un repertorio personal donde confluyen el jazz y la música brasileña y cubana.
Lienqueo, en tanto, obtuvo la estatuilla de Mejor Artista de Música de Raíz por Canto para siempre (2020), un arriesgado y personalísimo ejercicio que combina con éxito las tradiciones sudamericanas con instrumentación electrónica, en otro de los lanzamientos destacados de la temporada.
Homenajes y shows pandémicos
Entre las 22 categorías definidas anoche, destacaron también los premios recibidos por René Calderón a Instrumentista del Año; Andrés Quezada a Mejor Artista de Música Clásica; Juan Pablo Salvo a Mejor Artista Jazz; René Roco a Mejor Artista de Música Electrónica; el grupo Santaferia a Mejor Artista de Música Tropical y Jonas Sanche como Mejor Artista de Música Urbana.
El premio a Mejor Nuevo Artista fue para Pau, quien con su disco Latencia (2020) timbró uno de los mejores debut discográficos de la última temporada y una de las más destacadas colecciones de canciones pop hechas en Chile en el último tiempo.
En tanto, el trapero Drefquila se quedó con la categoría a Artista del Año, el único premio del evento que se define a través de la votación del público. Y Aquí estoy, de Camila Gallardo, fue reconocida como la canción chilena más tocada en radios durante el año pasado, lo que de paso marcó la reaparición de la solista a través de un escueto saludo virtual, luego de una temporada cruzada por noticias extramusicales.
La ceremonia también dejó espacio para reconocer algunos próceres del cancionero y la historia discográfica nacional, como Luis Torrejón, el ingeniero eléctrico que estuvo a cargo de la grabación de Las últimas composiciones de Violeta Parra (1966), el más célebre de los discos de la creadora chilena, quien se quedó con el premio al Fomento y Desarrollo de la Música.
Asimismo, hubo un segmento para reconocer a algunos músicos que fallecieron durante la última temporada, como Mario Gutiérrez de Los Ángeles Negros, Pepe Fuentes, Tati Penna, Eliseo Guevara y Cristián Cuturrufo, quien fue homenajeado por colegas de la escena del jazz.
Gepe, Eduardo Gatti, Nicole, Aldo “Macha” Asenjo -junto a “Los crack del Puerto”, Juanín y JM-, María Esther Zamora, Francisco Victoria, Yorka, Benjamín Walker y Ceaese fueron algunos de los protagonistas de los diversos shows que tuvo la ceremonia de anoche, presentados desde diversos recintos emblemáticos de Santiago y Valparaíso, como el Teatro Municipal de la capital, el Teatro Novedades, el persa Bío-Bío y el Rincón de las Guitarras de la ciudad puerto. Cuidadas presentaciones y cruces estilísticos y generacionales que, al menos por algunos instantes y a través de la pantalla, revivieron algo parecido a la sensación de la música en vivo.