Recién instalado de vuelta en Santiago luego de varios años viviendo en Buenos Aires, a comienzos de los años 80 el productor chileno nacido en Lima, Carlos Fonseca, comienza a buscar un local para abrir su primera disquería en la capital. Tras convencer a su padre que invirtiera en el negocio y luego de encontrar un recinto en la galería Drugstore de Providencia, el 30 de abril de 1981 Fonseca inaugura Fusión, en Providencia 2124, locales G y H.
Además de su catálogo de partida de más de 3.000 títulos diferentes -que llegaría a 8.000 con los años y las expansiones de la tienda- y una gran pantalla de TV en la vitrina que pasaba videos de música todo el día, rápidamente Fusión se involucra en la incipiente escena del pop rock criollo y en los años siguientes publicaría los primeros discos de grupos como Los Prisioneros, Aparato Raro, Emociones Clandestinas, Nadie y La Ley.
Para conmemorar 40 años desde la apertura de la tienda, Fusión reedita este 2021 en formato vinilo y CD de los dos primeros discos que editó como sello discográfico: La voz de los 80 de Los Prisioneros y el LP homónimo de Aparato Raro. Dos títulos clave en la historia de la compañía y también para la música popular hecha en el país durante la dictadura.
El debut del trío, publicado en 1984, se lanzó originalmente en una primera edición de 500 casetes. A comienzos del siguiente año se agota una segunda edición, por lo que Fonseca gestiona un contrato de distribución con el sello EMI y se da inicio al resto de la historia de Los Prisioneros.
En cuanto a Aparato Raro, su primer casete salió en marzo de 1985, cuatro meses después de La Voz de los ’80. Según recuerda el productor, para el primer single del grupo, Calibraciones, tuvo que pedirle a al músico Igor Rodríguez que cambiara un par de palabras que superaban el limite de lo posible para publicar en esos años. Con toda esa difusión, Aparato Raro fue un éxito de ventas, consiguiendo el disco de oro a menos de un año de su publicación.
Si bien Aparato Raro se disolvería a mediados de 1987, sus dos recordados álbumes quedarían como una de las experiencias pioneras del pop con sintetizadores y comentario social de la década del 80 en Chile. Algunos de sus integrantes posteriormente darían forma a otros proyectos surgidos por esos años, como los grupos Nadie y La Ley.