El último recital del grupo estadounidense Foo Fighters estuvo cargado de polémica, simbolismo y algunos hitos para el recuerdo. No sólo fue el primer concierto de la banda de Dave Grohl con público y en un recinto a capacidad completa desde el inicio de la pandemia, además de un anticipo del megaevento que ellos mismos protagonizarán en el Madison Square Garden de Nueva York este domingo 20 (que de paso, reabrirá el recinto a la música). El show del martes pasado en el Canyon Club de Agoura Hills (California), donde el conjunto sorprendió con un cover de Somebody to love de Queen ante cerca de 600 personas, marcó también el primer vistazo a un nuevo conflicto que podría enfrentar la industria de la música en vivo en la era Covid.

De acuerdo a los reportes de diversos medios norteamericanos, un grupo de personas anti-vacunas se manifestó frente al recinto mientras se realizaba el espectáculo de Foo Fighters, el cual sólo permitió el ingreso a fanáticos que estuviesen vacunados contra el coronavirus.

De hecho, los asistentes al evento tuvieron que presentar una identificación con una foto y un comprobante de vacunación -similar al “carnet verde” implementado en Chile- para poder acceder las entradas para el show, las que se comercializaron sin posibilidad de ser transferidas a terceros y sólo para mayores de 21 años.

Según publicó Variety, “varias docenas de manifestantes” portaban carteles con leyendas como “Foo Fighters luchan para recuperar la segregación” y “evento solo para vacunados, no-vacunados no permitidos”. Uno de los personajes que acudió a la protesta fue el actor estadounidense y exexestrella infantil Ricky Schroder, conocido activista anti-vacunas, quien a través de sus redes sociales disparó con todo contra el grupo y particularmente contra el exNirvana.

“Dave Grohl es un mocoso ignorante que necesita una bofetada por apoyar a la discriminación”, posteó luego que se anunciara el show del Canyon Club. “La ignorancia viene en todas las formas y tamaños. Kurt Cobain se estaría riendo de ti, Dave, junto con millones de patriotas... Tonto”.

El episodio, al que los músicos no se han referido formalmente, pone de relieve una discusión incipiente y una serie de preguntas que podrían tomarse la agenda de la industria musical en los meses que vienen: ¿Se puede restringir el acceso a los conciertos y festivales a personas que han decidido no vacunarse contra el Covid-19? ¿Pueden los propios artistas reservarse ese derecho de admisión a sus espectáculos? ¿Están dispuestos los músicos a dejar fuera de sus presentaciones a un porcentaje de fanáticos que podrían pertenecer a ese sector?

En Chile, si bien la reapertura de los shows y los espectáculos masivos sigue viéndose distante -en comparación a lo que ocurre en Estados Unidos y algunos países de Europa-, diversos artistas y productores de eventos consultados por Culto se muestran -en general- de acuerdo con este tipo de medidas. Aunque con algunos matices.

“Para mí, y es algo que lo hemos conversado con la banda, es súper necesario tomar medidas de este tipo”, dice José Miguel “Cote” Foncea, baterista de Lucybell, quien plantea que con una iniciativa de este tipo, “más que promover una vacunación en particular estoy promoviendo que la gente se cuide y proteja a los demás, y el único medio para hacer eso es la vacuna”.

Para el músico, una propuesta como la realizada esta semana por Foo Fighters tiene que ver también con el derecho de admisión del organizador o protagonista de un espectáculo de este tipo. Algo que ya han discutido al interior de Lucybell.

“También con Dracma, De Kiruza, Alain Johannes Trío, siempre nos hemos reservado el derecho de admisión. Entonces, cuando uno ve cómo está la pandemia, cuando estamos viendo que las bandas no están tocando hace casi 16 meses, estoy completamente de acuerdo que las personas que vayan a un concierto no caigan ni se expongan a una situación de riesgo o a una una emergencia sanitaria”, explica.

“No es que yo sea pro-vacuna, pero dadas las circunstancias este es el camino hacia una seudo normalidad”, agrega Foncea. “Hemos hablado puntualmente de este tema (en el grupo) y hasta el momento somos bastante partidarios de tener una posición en la cual la gente que pueda ir (a un concierto) sea la gente que no pueda caer grave. Eso se logra también con el promotor, pero cuando produzcamos nuestros propios conciertos dentro de este período sin duda lo haremos”.

Una visión similar tiene Javiera Parra, quien en el último año ha probado diversas maneras de seguir conectada con su público; desde un concierto en un escenario rodante en mayo del año pasado a recitales por streaming (incluyendo su participación en una nueva versión de la Cantata Santa María) y con público presencial reducido.

“Seguramente hay anti-vacunas (entre sus seguidores) y hay derecho a ser anti-vacunas, yo no discrimino. Pero es imposible no ver esto como un tema de salud púbica mundial. No es como decir que el que quiera se vacune, porque lamentablemente esto no funciona así”, comenta.

“Encuentro que cualquier idea que nos haga avanzar hacia libertades individuales y colectivas, es beneficiosa”, agrega. “Si esta es una condición para poder abrir lugares para conciertos, estoy de acuerdo. Sigo considerando que ponerse la vacuna es una decisión personal, pero uno tiene que saber que pertenece a un colectivo y que eso te va a restringir (el acceso a ciertos lugares)”.

En ese sentido, si bien para la solista la medida tiene beneficios y puede ayudar a incentivar la vacunación, sobre todo entre los más jóvenes, tiene ciertos reparos frente a la idea de que los artistas impongan restricciones para el ingreso a un show, ya que considera que ese punto debe responder a un protocolo más amplio y consensuado entre la industria y las autoridades sanitarias.

“Me parece una buena idea para empezar a volver a los conciertos, porque todos tenemos derechos a la música y es un buen incentivo para reactivar nuestra industria. Pero yo no me siento calificada de reservarme el derecho de admisión a un concierto, eso le corresponde a los organismos de salud, son medidas colectivas, no podemos utilizar nuestro criterio son los especialistas los que tienen que decidir”, explica.

¿Qué opinan desde el gremio de los productores de espectáculos? Jorge Ramírez, presidente de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (AGEPEC), celebra la medida e incluso comenta que iniciativas que promuevan el acceso a los espectáculos para las personas vacunadas eran parte del protocolo que su gremio entregó a la autoridad el año pasado.

“Son iniciativas que nos parecen absolutamente razonables, son medidas o fórmulas que aquí también hay que emular. No se trata de discriminar a nadie, pero si el día de mañana tienes un carnet digital o un carnet verde que propicie ciertas oportunidades para quienes ya están vacunados, por supuesto que hay que implementarla. Y los que no quieren (vacunarse) tendrán una alternativa”, señala..

Y a propósito del documento que como AGEPEC entregaron a las autoridades en octubre pasado, agrega: “Nosotros fuimos pioneros en este discurso. Dada la naturaleza de nuestro negocio sabemos que tenemos que convocar personas, entonces vamos un paso mas allá. Creemos que tener un certificado digital que promueva la vacunación es un instrumento que entendemos necesario y muy importante de apoyar”.

Eso sí, para Ramírez la implementación en Chile de este tipo de medidas todavía se ve algo lejana, al igual que la reapertura de los eventos musicales al público presencial, debido a la falta de respuesta que reclaman por parte de las autoridades. De hecho, tal como han comentado otros actores de su rubro, el productor cuenta que enviaron a diversos ministerios el proyecto de repaertura realizado en Barcelona en los últimos meses, para implementarlo acá, pero asegura que no han obtenido respuesta.

“Nosotros se lo enviamos al Ministerio de las Culturas y por defecto al Minsal y al Ministerio de Economía, hace 15 días. Todo el proyecto completo de Barcelona para replicarlo en Chile, para que la autoridad pudiera revisarlo, y no hay respuesta”, detalla. “Lo presentamos como gremio, el protocolo completo. Un proyecto que financió la autoridad en España, que costó cerca de 500 mil euros y lo estamos entregando a la autoridad a costo cero”.