Las memorias de Mala. No es el nombre preciso del nuevo proyecto de Mala Rodríguez, pero al menos sintetiza todo su espíritu y propósito.
Este 30 de junio, la artista española -emblema del hip hop de acento femenino y de una cautivante fusión de estilos urbanos con retórica distintiva- lanzará Como ser Mala, un texto que funciona como un compendio autobiográfico, con relexiones, ideas, saltos temporales, confesiones, vivencias y un repaso no lineal por una vida que saltó del rap en las calles hasta las grandes plataformas de la música hispanohablante. Por lo demás, con un intenso vínculo con Chile, materializado en shows tanto en clubes pequeños como en espectáculos como Lollapalooza.
“La verdad es que he escrito de lo que me he acordado, y me ha costado mucho, hasta el punto de que el otro día no tenía muy claro si había recordado escribir sobre el día que quemé mi casa. Eso es muy grave. ¿Cómo no me acordé del incendio? Soy como Dori [entrañable y desmemoriado personaje de Buscando a Nemo]. Y encima, van y ponen memorias en la portada. Yo lo veía más como un libro de aventuras o la historia de una chica que se monta en un tren”, cuenta Rodríguez acerca del texto en una entrevista con el diario español El País.
Además de abordar su rápido ascenso en la escena hispanohablante, Mala cuenta en el mismo diálogo que sus memorias escarban en esa etapa de 2014 en que se fue a vivir a Estados Unidos y decidió alejarse de la música.
Un paréntesis que culminó esa misma temporada, aunque el panorama del pop latino ya estaba variando drásticamente con la escalada del trap y otros lenguajes. Por lo mismo, en vez de eclipsarse, su imagen empezó a enaltecerse.
“Me encuentro más a gusto con los jóvenes, obvio. Me dio mucho coraje cuando intentaron matar toda la nueva ola”, apunta en la misma conversación.
Por lo demás, y a propósito de nuevas generaciones, aprovechó de entregar su punto de vista en torno a Rosalía, la gran estrella de la música española en los últimos años, capaz también de hermanar flamenco y música urbana tal como alguna vez lo hizo ella.
Eso sí, Rodríguez entrega matices: “A ver cómo digo esto… Si no me entusiasma, ¿ya soy una hater? Se pasaron toda la promoción de Contigo (el sencillo lanzado por La Mala junto a Stylo G el año pasado) hablándome de esa movida. Pero si yo vengo a hablar de mi libro, qué me estáis contando. Al final le cogeré asco a la muchacha. Es como Paulina Rubio en su día, una artista de pop. No creo que me tengan que comparar con ella. Vale, ha cogido de allí y de aquí. Pero lo ha cogido ella, no yo, tócate los huevos. Ha escuchado mi discografía ocho veces, me veo en sus logros y eso es guay, pero yo soy muy feliz con lo mío”.
Aunque al hablar de mujeres, está la más importante de todas. Su madre. “Mi madre es muy importante porque ella lo ha sido todo. Ella me ha enseñado a ser una hija de puta. Es una tía dura. Yo no soy dura, soy fuerte, que es distinto. He leído libros de autoayuda, ella no. Me he pagado terapia, he invertido. Éramos una extraña familia, pero muy guay”.