En una realidad que casi parece extraída de otra vida, un 25 de mayo de 2019 fue la jornada en que el jurado presidido por el mexicano Alejandro González Iñárritu concluyó la 72° versión de Cannes. Ese día el director de Birdman y sus compañeros de labores premiaron con la Palma de Oro a Parasite, de Bong Joon-ho, así como las actuaciones de Antonio Banderas (Dolor y gloria) y Emily Beecham (Little Joe).
Desde entonces las estrellas y los directores más celebrados del mundo no habían vuelto a pisar la Costa Azul. La pandemia empujó a todos a sus casas y la cita fílmica encabezada por Thierry Frémaux, delegado general de Cannes, se resistió a desarrollarse en la virtualidad, el espacio en que se han acomodado los festivales de cine en tiempos de distanciamiento social y cuarentenas.
Por eso las figuras que arribaron este martes al Palais des Festival llegaron a inaugurar la 74° edición del certamen, pero también a marcar el renacer del evento más popular y glamoroso consagrado a las películas de autor.
Spike Lee, confirmado como presidente del jurado en la suspendida versión de 2020, asumió el mando del festival y arribó lanzando artillería pesada. “Son gánsteres y van a hacer lo que quieran. No tienen moral ni escrúpulos. Y tenemos que hablar en contra de gánsteres como esos”, disparó en contra de Donald Trump, Jair Bolsonaro y Vladimir Putin, en el marco de la primera conferencia de prensa del jurado.
El autor de Haz lo correcto, que como es habitual circula con soltura entre la política y el presente de las películas, celebró al certamen en su retorno: “Cannes es el festival de cine más grande del mundo, sin faltarle el respeto a ningún otro festival de cine”.
En la instancia la actriz y directora Maggie Gyllenhaal tomó las banderas del cine realizado por mujeres, en la primera edición en que el jurado de la cita tiene mayoría femenina. “Creo que cuando las mujeres se escuchan a sí mismas y realmente se expresan, incluso dentro de una cultura muy, muy masculina, hacemos películas de manera diferente, contamos historias de manera diferente”, sostuvo.
Es cierto que el evento va a su propio ritmo en cuanto a inclusión de filmes dirigidos por mujeres en competencia por la Palma de Oro (cuatro de los 24 largometrajes), pero al mismo tiempo suma otro guiño a las reivindicaciones actuales, de la mano de Palma de Oro honorífica que se le entregará a Jodie Foster. La actriz y directora, que debutó en la Costa Azul con Taxi driver en 1976, recibirá esta noche el galardón de manos de Pedro Almodóvar, según reveló la organización este martes.
La jornada del debut está marcada por el estreno de Annette, musical del francés Leos Carax (Holy motors) sobre una pareja compuesta por un comediante y una cantante de prestigio mundial. En otro momento de la pandemia probablemente habría sido imposible, pero en la previa a su premiere desembarcaron en el Palais des Festival su director junto a sus dos estrellas, el estadounidense Adam Driver y la francesa Marion Cotillard.
Con composiciones y guión de la banda Sparks, ese filme abre la competencia por la Palma de Oro que entregarán Spike Lee y compañía. En un listado potente pero ausente de latinos e hispanohablantes, la sección cuenta con las nuevas películas de Nanni Moretti, François Ozon, Wes Anderson, Paul Verhoeven, Mia Hansen-Løve y Asghar Farhadi.
Un lujo de grilla que también cuenta con títulos sólidos en las funciones que se realizan a su alrededor. Como parte de Funciones Especiales se muestra The year of the everlasting storm, la cinta colectiva que acoge el corto que realizó en cuarentena la chilena Dominga Sotomayor (Tarde para morir joven). Comparte espacio sólo con nombres reputados: Jafar Panahi, Anthony Chen, Malik Vitthal, Laura Poitras, David Lowery y Apichatpong Weerasethakul. Así arranca el primer Cannes de la pandemia, también uno de los más estelares de los últimos años.