Crítica de discos: la buena cosecha de Ryan Adams, black midi y Rauw Alejandro
El cantautor estadounidense entrega un buen disco tras una serie de acusaciones, mientras que los ingleses ofrecen uno de los títulos del año y el puertorriqueño se perfila como estrella global.
Ryan Adams - Big Colors
La situación de Ryan Adams (46) suscribe al eterno debate sobre separar la obra del autor. En 2019 The New York Times reveló denuncias de ex parejas, entre ellas su ex esposa, la actriz y cantante Mandy Moore. Duro listado: abuso psicológico, conductas sexuales reprochables, y acoso a una menor por mensajería. Una investigación del FBI no arrojó resultados pero el silencio del músico, antecedentes agrios con la prensa (si no le gustaba la reseña arremetía contra el crítico), y una tardía disculpa pública, no ayudaron. Ryan Adams, uno de los solistas más interesantes del indie rock, está virtualmente cancelado e ignorado, aún cuando Wednesdays (2020) y este título post escándalo, destacan en su discografía.
A pesar de un arranque algo flojo en los primeros cortes, Big colors se repone rápidamente en una lograda síntesis de versatilidad; la arquitectura impecable de un rock atemporal con notables medios tiempos como It’s so quiet, it’s loud, Fuck the rain y Manchester, ingeniosos giros de power pop ochentero en Power, Middle of the line y I surrender (“conozco esta soledad, me hice esto a mi mismo”, entona como eco de su condición), poderosas baladas como In it for the pleasure y Showtime, y un cierre épico con Summer rain.
black midi - Cavalcade
El breve historial de esta intensa banda británica se enlaza en la venerable tradición de leyendas criadas en escuelas de arte, como Lennon, Townshend y Richards. Los integrantes de black midi provienen de BRIT School y la formación artística resalta en la incipiente obra conformada por este álbum y el elogiado debut Schlagenheim (2019), con la crítica rendida ante la voluptuosa batería de Morgan Simpson, y el inventivo diálogo de guitarras entre Geordie Greep y Matt Kwasniewski-Kelvin. Reducidos a trío debido a la ausencia temporal de este último por salud mental (el bajista y multiinstrumentista Cameron Picton cierra la alineación), Cavalcade se interna en el math rock, el progresivo, el jazz y el cabaret. La voz de Geordie Greep se desdobla en personalidades diversas. Se transfigura en un tono femenino grave y teatral -la majestuosa Ascending forth, la dramática Marlene Dietrich-, como monocorde y robótica en la dura John L, con reminiscencias a King Crimson en Lark’s tongues in Aspic (1973), incluyendo los violines chirriantes y la batería en un festín de ecuaciones rítmicas. Cavalcade es ambición y virtuosismo al servicio de la obra y uno de los títulos del año.
Rauw Alejandro - Viceversa
Sus versos no son de la más fina confección -”te escribo poemas a lo Mario Benedetti, de tu cuerpo y tus piernas atleti”, canta dudosamente en Nubes-, pero Rauw Alejandro compensa la lírica con fórceps utilizando una amplia paleta musical, que hace frente a las críticas reiteradas al urbano por su minimalismo rítmico y escaso colorido instrumental. Con 27 años, Raúl Alejandro Ocasio Ruiz es la nueva estrella en ascenso de la armada de Puerto Rico, dominante en el planeta pop por casi 20 años bajo un hecho inédito y un hito cultural latino: no se transa el español.
Viceversa, segundo álbum tras Afrodisiaco (2020), no desperdicia temas explorando y adaptando al urbano, entre otras vetas, el synth pop (Todo de ti, Desenfocao’), R&B de barniz sideral (Aquel nap ZzZz, Tengo un pal), EDM (Cosa guapa), Dance (la explosiva ¿Cuándo fue? con sus pinceladas jungle) y, por supuesto, reggaetón y trap (La old skul, ¿Y eso?). Hijo de músicos, Rauw Alejandro no solo es un competente cantante preocupado de las buenas melodías con una voz notoriamente juvenil, sino que cada composición es un deleite de producción de primer nivel. La fama de galán y romántico confirma que tiene todo para convertirse en un astro definitivo.
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