Quizás los trabajos más conocidos de la pintora mexicana Frida Kahlo (1907-1954) fueron en óleo. En ellos plasmó una obra marcadamente autobiográfica y sufriente, legado de su propia vida, donde pasó por un terrible accidente que le dejó secuelas de por vida. Pinturas como La columna rota (1944), Sin esperanza (1945), El venado herido (1946) o Unos cuantos piquetitos (1935) son ejemplos de esa marca.
Pero Kahlo no solo trabajaba con el pincel, también con los lápices. A lo largo de su vida, dejó un centenar de dibujos, que fueron quedando desperdigados en museos y colecciones privadas antes de que fueran declarados monumentos artísticos de México.
Esos dibujos, hasta ahora desconocidos, acaban de ser compilados y publicados en el volumen Los Sueños de Frida, por el sello editorial ARTIKA. Resultado de un trabajo de recopilación que duró entre cuatro y cinco años.
En este volumen, hay cerca de 100 dibujos hechos por la oriunda de Coyoacán y que de algún modo permiten dar un vistazo a su intimidad.
“Aquí ha habido un trabajo de varios años de búsqueda de dibujos que están en museos o que tienen coleccionistas particulares a los que hay que contactar para luego llegar a un acuerdo. Después, fotografiamos las obras con máquinas de alta definición para hacer una reproducción exacta del original. En la parte final pensamos: ‘Y a esto, ¿qué forma le damos?’ Es un contenido totalmente exclusivo porque nunca antes se habían juntado todos los dibujos de Frida Kahlo y para mí es un punto de inflexión. No es un libro normal, es una edición artística o de coleccionista que va mucho más allá”, señaló Marc Buil, el director global de ARTIKA, en declaraciones recogidas por el sitio Infobae Colombia.
En rigor, son dibujos que no fueron concebidos para mostrarse al público, por lo que en ellos, Kahlo exterioriza su mundo más íntimo sin tapujos. “Frida es de los pocos artistas que ha traspasado esa frontera de ser un artista a un ícono, desde el punto de vista feminista y de reivindicaciones políticas, pero también de superación personal -dice Buil-. De superarse en un mundo lleno de hombres, de superarse tras recibir 38 operaciones y aún así sacar fuerza para seguir pintando. Yo creo que todo esto de alguna forma está en sus dibujos”.
En esta edición, se muestran los dibujos que han quedado, dado que gran parte de los originales en papel desaparecieron tras su muerte, en 1954. De ahí comenzó la dispersión del material que sobrevivió.
Edición limitada
Sin embargo, en esta pasada costará mucho hacerse de un ejemplar, dado que ARTIKA solo sacará cerca de 3 mil copias del volumen al mercado. Esto, según Buil, por la naturaleza del material. “Siempre jugamos con ediciones limitadas y numeradas. Es una obra muy lenta y costosa de producir, un trabajo en el que participan talleres artesanales de alrededor de Barcelona. Para la reproducción de los dibujos originales se busca el mismo papel; si el papel original tiene algún defecto, el de la copia se troquela al igual que el original, si tiene alguna mancha, se reproduce esa misma mancha”.
Sin embargo, Buil reconoció que pese a lo dificultoso de hacer una edición de gran tiraje, en ARTIKA pretenden que haya una masificación. “No podemos hacer una obra masiva, pero sí tenemos una pretensión de llegar a más gente. Realmente no hay mucha gente que pueda tener una obra de Frida, muchas están en museos y las que no, las tienen cuatro coleccionistas”.