El hermetismo, los cambios de última hora y el énfasis en las composiciones cristianas han marcado la última etapa de Kanye West, hasta hace no tanto años el indiscutido rapero número uno de su generación. Su nuevo -y postergado- disco, que estrenó este jueves en Atlanta (aún ausente en plataformas digitales), no escapa de los rasgos que lo han convertido en una figura impredecible y plagada de interrogantes.
Lanzado en octubre de 2019, Jesus is king (2019) era el más reciente álbum del rapero con su firma, un LP de media hora en la frontera del gospel y el hip hop con el que debutó con su grupo de iglesia, The Sunday Service Choir. Desde que lo anunció, su llegada al mercado tardó más de un año, modificó su título (Yandhi era el original) y emergieron múltiples pistas que desorientaron y aumentaron la expectación. Como sea, la obra le dio el 22° premio Grammy de su carrera, empatando con Jay-Z como los artistas de hip hop más galardonados en la historia del reconocimiento.
Donda, el disco que presentaría esta semana, ha seguido un derrotero similar. Entre abril y marzo de 2020 se dispararon las alarmas en torno a que el artista de Power habría estado trabajando en el que sería su 10° álbum. Pusha T, uno de sus colaboradores habituales, reveló que tenían planificado grabar una nueva canción juntos, pero que no fue posible llevarla a cabo por la escalada de vuelos cancelados que produjo la crisis del Covid.
México habría sido una parte importante de su centro de operaciones, según también confirmó Will Welch, periodista de la revista GQ que estuvo dos días con el rapero y escuchó canciones en distintas etapas de desarrollo. A esa publicación le confesó que había pensado seriamente en el retiro, luego de convertirse en un ferviente cristiano. “Rapeé para el diablo durante tanto tiempo que ni siquiera sabía cómo rapear para Dios”, le dijo.
Julio del año pasado fue el mes en que West protagonizó su comentada conferencia en que oficializó su candidatura a la presidencia de Estados Unidos -y estalló en lágrimas al contar que con la modelo Kim Kardashian, de la que hoy está separado, estuvieron cerca de abortar-, pero también fue cuando se acentuaron las señales en torno a la aparición de un nuevo álbum, que en un comienzo se llamaría God’s country.
El 13 de julio, día en que su madre Donda habría cumplido 71 años, compartió una canción bautizada con el nombre de su progenitora y un extracto de su voz, que cruzaba un tributo a su figura con su vuelco personal: “El diablo te está usando, confundiéndote / Nuestro trabajo es entender quién es quién / Justificada indignación en esta nación / Vamos a empezar una revolución en este sótano”.
Aunque el disco nunca se lanzó en esa fecha (y modificó su título por Donda), el adelanto brindó una pista clara de hacia dónde se dirigiría el artista: una creación en honor a su mamá, fallecida en Los Angeles en noviembre de 2007 por complicaciones en una cirugía. Dos meses antes de su deceso el músico había estrenado su tercer álbum, el imbatible Graduation, pasaporte garantizado a la primera plana de la industria musical, la misma que con el paso del tiempo lo ha observado con mayor distancia a causa de su comportamiento errático y su accidentada carrera por la Casa Blanca (por la que dijo volverá a postular en 2024).
Poniendo fin a sus escurridizos pasos, esta semana el sello Def Jam confirmó el lanzamiento de Donda para este viernes, seguido del lanzamiento de un comercial protagonizado por la velocista Sha’Carri Richardson -recientemente excluida de los Juegos Olímpicos de Tokio por dar positivo por consumo de marihuana-, que presentó una canción que se mantenía inédita, No child left behind.
El show de Atlanta
West escogió el estadio Mercedes Benz de Atlanta como el lugar donde el público podría escuchar por primera vez su nuevo disco. Este jueves, frente a 42 mil asistentes (que pagaron entre US$ 20 y US$ 100 por ticket) e invitados como su exesposa, Kim Kardashian, junto a Khloe Kardashian, Rick Ross y 2Chainz, el artista reprodujo íntegramente Donda.
Aunque el desarrollo del show fue bajo sus propios términos: llegó casi dos horas tarde y al momento de salir a escena -completamente de rojo- se limitó a moverse, sin dirigirse jamás a la audiencia. Una vez finalizado el álbum, se retiró completamente en silencio.
El LP presenta colaboraciones con Jay-Z, Pusha T, Travis Scott y Playboi Carti, y marca la insistencia de West por rapear desde su fe, aunque con una vuelta respecto a Jesus is king. “Es impresionante que nunca se sienta sermoneador, exagerado o teatral”, sentenció NME.
Sorprendentemente -o no, según se le mire-, el disco no ha llegado a las plataformas digitales en las primeras horas de este viernes. Sólo YouTube alberga algunos registros capturados por fans que acudieron al evento de Atlanta. Es lo que, según deseos de Kanye West, el mundo puede disfrutar de Donda por ahora.