A mediados de agosto Manuel García volverá a empacar sus maletas y su pasaporte - añadiendo esta vez al equipaje el certificado de vacunación- para volar rumbo a Europa, donde tiene una serie de fechas agendadas en ciudades como Madrid, Barcelona y París. Será el reencuentro del ariqueño con el público del Viejo Continente después de varios meses, y también la excusa para una gira de despedida que el cantautor iniciará la próxima semana por diversas ciudades de Chile, en sus primeros conciertos con público desde fines del año pasado.
“Volver a tener público va a ser una experiencia muy especial, algo que no deja de ser novedoso, además, como si fuera de nuevo la primera vez”, cuenta el músico, quien se suma a la incipiente cartelera de reapertura que comienza a configurarse a partir de los cambios de aforos para eventos anunciados recientemente por el gobierno.
“Ya resulta un poco extraño comunicarse sólo a través de las pantallas y de los soportes telemáticos. Y aunque ha sido interesante, porque se multiplican las posibilidades de llegar a muchos países, nada reemplaza el hecho de compartir con el público”, asegura.
El reencuentro de García con sus seguidores tras una larga temporada limitada a las presentaciones online, en la que incluso sacó un nuevo disco, Compañera de este viaje -editado en marzo pasado-, comenzará el 6 y 7 de agosto en Olmué (Olmué Natura), para continuar al día siguiente por el Trotamundos de Quilpué.
El tour seguirá en Santiago, el 9 de agosto, en el bar Cuento Corto, y culminará el viernes 13 de ese mes en Espacio Marina de Concepción. Un recorrido que el solista completará reduciendo al mínimo la carga y la logística -todos los recitales serán con guitarra y voz- y en recintos de distintas características, algunos con capacidad para cerca de 100 asistentes y otros para aproximadamente 1000.
“Desde que hice Compañera de este viaje estoy tocando solo con guitarra, no me reduje por el tema de la pandemia sino que ya venía explorando esta idea”, cuenta el artista, quien se moverá con un “equipo técnico muy contenido, tratando de trabajar con los técnicos que pueda haber en las provincias”, pero siempre buscando “que estas limitantes no le quiten profesionalismo a los conciertos”, explica.
Pese a la falta de actividad en vivo, el último año no ha sido precisamente descansado para Manuel García, quien se las arregló en 2020 para colaborar con diversos artistas a distancia -entre ellos, el cubano Silvio Rodríguez, uno de los invitados de su último disco-, marcó presencia en las dos películas chilenas más elogiadas de la temporada (Tengo miedo torero y El agente topo), obtuvo un premio Gardel por su trabajo junto a Pedro Aznar y realizó shows virtuales “por todas las giras que no se hicieron” durante la pandemia.
“Es súper importante que cuidemos la salud, que tengamos ese resguardo, que no nos tomemos esto con ligereza”, declara el cantautor sobre este nuevo intento de reapertura de los conciertos y de la actividad en vivo, en un momento que él mismo define como “de mucha reflexión” y donde el arte tiene un rol fundamental.