Celebrada por conseguir en seis capítulos ser entrañable, inventiva y al mismo tiempo dolorosa, Maricón perdido encarna la forma de una suerte de autobiografía hecha serie. Su cerebro, el escritor y crítico español Bob Pop, creó episodios de media hora que condensan sus propias experiencias de juventud y adultez, dando vida a uno de los puntos altos de la ficción hispana de este año.

“¿Hasta dónde hay de realidad y hasta dónde hay ficción?”, se pregunta Carlos González, el actor que interpreta al protagonista desde su periodo en la universidad en adelante. “Nunca se sabe. Al fin y al cabo, Maricón perdido son recuerdos de Bob Pop, partiendo de sus emociones, sus libros, su música”.

En calidad de principal guionista y productor de la producción (tres últimos capítulos en TNT este jueves a las 22 hrs. y temporada completa en HBO Max), el autor siempre estuvo presente en las grabaciones de la historia. Una oportunidad, dice González, de “poder observarle y atrapar todo lo posible de él para poder interpretar, no desde una imitación, sino que desde un lugar más creativo”.

Con secuencias oníricas, la serie sigue desde su adolescencia junto a sus padres en un pueblo de Madrid, el descubrimiento de su orientación sexual, hasta su ascenso profesional (es autor de la novela Mansos, editada por Alfaguara) y la esclerosis múltiple que le diagnostican.

“La vida no es todo el rato feliz, no es todo el rato triste. Al final la vida es una montaña de emociones, igual que la serie”, señala Gabriel Sánchez, a cargo de encarnar a Bob Pop en su etapa más joven, conectado a una videollamada con Culto y un grupo de medios latinos.

“Creo que cuando hay un guión que está muy bien escrito y hay personajes definidos, tú como artista ya tienes la mitad del trabajo hecho. Se trata de que como actor empatices con el personaje, sin caer en clichés, intentando no frivolizarlo ni victimizarlo, que yo creo que era la clave para hacer este personaje; mantener ese punto medio, en cuanto a seguir llevando la vida, a pesar de todo lo que le pasa, con mucho coraje y mucha valentía”, plantea González en la misma instancia.

El actor que interpreta a Bob Pop en su adultez se detiene en el que considera es el principal tema de la serie, la búsqueda de la identidad. “Es algo de lo que no se habla mucho y es lo más latente en nuestras vidas”, afirma. “Maricón perdido habla de referentes, de libros, de música, y cuenta una historia dura, a la vez que tierna, llena de comedia, de dolor”.

Desde su particular mirada, la serie también ilustra episodios de violencia y discriminación, que resuenan a semanas de un caso que movilizó a la comunidad LGBTQ: la muerte del auxiliar de enfermería Samuel Luiz, asesinado a golpes a manos de un grupo de jóvenes la madrugada del 3 de julio en Barcelona.

“Yo pensaba que habían cambiado muchas cosas”, dice Gabriel Sánchez. “Pero me doy cuenta de que tampoco hay un cambio. Se siguen metiendo contigo por ser gordo, se siguen metiendo contigo por ser maricón, te siguen matando por ser quién eres”.