Para muchos, se trata de la prueba de fuego para el regreso de los festivales de música en la era Covid-19. El hito definitivo que mostrará el camino y pondrá a prueba la capacidad de la industria de los conciertos para reactivarse en serio y volver a una cierta normalidad tras un año y medio de parálisis producto de la pandemia. Mañana jueves, Lollapalooza Chicago, la edición madre de la gigantesca franquicia creada por Perry Farrell, regresa con su edición 2021 y a capacidad completa en el Grant Park de dicha ciudad, en el inicio de cuatro días de música en vivo, multitudes nuevamente reunidas en torno a diversos escenarios y una serie de medidas y protocolos especiales que buscan minimizar los riesgos y sacar adelante un espectáculo de manera ordenada y segura para el público.

El festival, que se extenderá hasta el domingo 1 de agosto y que cuenta con el respaldo de la alcaldesa de Chicago, Lori Lightfoot, así como de la principal autoridad médica de la ciudad, parte con nombres fuertes como Foo Fighters, Post Malone, Tyler the Creator y Miley Cyrus. También con algunas dudas en torno al momento en que se realiza. Según diversos medios locales, existe cierta preocupación entre los expertos de salud y epidemiología, debido a que el promedio diario de casos nuevos en Chicago se ha duplicado las últimas semanas.

De acuerdo a los últimos reportes reproducidos por NBC Chicago, el promedio diario de nuevos casos de coronavirus en dicha ciudad fue de hasta 130 por día el lunes pasado, un aumento del 76% con respecto a la semana pasada. De hecho, la tasa de casos diaria promedio de la ciudad fue de 90 por día la semana pasada y 41 por día la semana anterior, lo que significa que los casos se triplicaron aproximadamente en las últimas tres semanas. Con todo, “se trata de números más bajos que los más de 700 casos por día que registraba Chicago a principios de este año, antes de que las vacunas estuvieran ampliamente disponibles”, consigna el medio.

En paralelo, las hospitalizaciones en Chicago aumentaron un 19% con respecto a la semana pasada -aunque las muertes bajaron un 43%-, mientras que la tasa de positividad en las pruebas fue cercana al 2,2% el lunes, frente al 1,5% de la semana pasada y el 1% de la semana anterior. Todo lo anterior, en medio de la preocupación por la llegada de la variante Delta a la ciudad, que se espera sea la dominante en Chicago a partir de agosto.

Según ha detallado la producción del festival, para ingresar a Lollapalooza los asistentes deben entregar una copia impresa de su tarjeta de vacunación contra el Covid-19 o el mismo registro de la vacuna. Pero aquellos que no estén vacunados contra el coronavirus también podrán entrar al evento siguiendo ciertos requisitos e instrucciones específicas, como presentar un test negativo al ingreso y usar mascarilla en todo momento una vez dentro del recinto. Un permiso que marca una clara diferencia con lo que ha ocurrido en otros conciertos realizados en Estados Unidos en el último tiempo, como los que montaron los mismos Foo Fighters en Nueva York a fines de junio, donde se negó el acceso a las personas que aún no han sido inoculadas contra el virus.

“De acuerdo con los requisitos de la Ciudad de Chicago”, dice el sitio oficial de Lollapalooza, “se requerirá la vacunación COVID-19 completa o los resultados negativos de la prueba COVID-19 para asistir a Lollapalooza 2021. Para los clientes que no estén completamente vacunados, se debe contar con el test negativo de la prueba COVID-19 dentro de las 72 horas previas a Lollapalooza. Para aquellos que no están vacunados contra COVID-19, se requiere una máscara dentro del festival en todo momento”, añade.

“Como saben, desde el momento en que se anunció por primera vez, nos complació mucho asociarnos con Lollapalooza con su decisión de exigir la vacunación o las pruebas negativas para los asistentes y eso ciertamente agrega un nivel de complejidad a la situación, pero queremos que la gente tenga un buen momento y queremos que esto sea lo más seguro posible”, dijo a la prensa local la doctora Allison Arwady, comisionada del Departamento de Salud Pública de Chicago.

“Ciertamente estaremos observando eso tal como lo hacemos en cualquier otra reunión, pero estoy más preocupada por las muchas personas que no han elegido la vacuna COVID”, dijo la especialista, quien ha mostrado su apoyo a la realización de uno de los eventos que más turismo e ingresos genera para la ciudad durante el verano boreal.

Delegación chilena

Según confirman desde Lotus, la productora que realiza la versión chilena de Lollapalooza desde 2011 -cuya postergada décima edición está anunciada para noviembre de este año en el Parque O’Higgins, a la espera de su ratificación-, un grupo de representantes de la compañía local viaja en este momento a Chicago para asistir al festival “y recoger experiencias del evento, respecto a medidas de seguridad y sanitarias”, explican.

Una serie de protocolos especiales que pondrán a prueba el éxito del espectáculo y que servirán de guía no sólo para los otras ediciones de Lollapalooza que se realizan en el mundo -incluyendo la versión santiaguina-, sino que para la industria de la música en vivo en general.

De acuerdo a lo informado por la organización del festival del Grant Park, el espectáculo tendrá mascarillas disponibles para el público de forma gratuita en las puertas de entrada y también en los servicios para huéspedes y las carpas médicas. Además, la producción comprometió “más estaciones de alcohol gel y desinfectante de manos en el recinto, mientras que nuestros equipos de limpieza harán limpiezas frecuentes en áreas de alto contacto”.

Entre las recomendaciones que los realizadores del evento han entregado a sus asistentes, destaca el ya mencionado uso de mascarilla obligatorio para aquellos que no están vacunados; evitar las “zonas concurridas del festival” y “mantener al menos a 6 pies de distancia de otros grupos de personas” en el caso de aquellos no vacunados o con alto riesgo de contraer Covid-19; “evitar el contacto físico con personas ajenas a su grupo”, lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia durante el festival y “limitar el consumo de alcohol y sustancias, que puede hacer menos probable que sigas las medidas de seguridad contra el COVID-19”, detallan.

Foto: Reuters

La compra de comida y bebidas en el predio reforzará la misma lógica que tenía el espectáculo antes de la pandemia: se podrá adquirir y activar previamente una pulsera especial para comprar cosas durante los cuatro días sin necesidad de contacto ni manipulación de efectivo (cashless).

“No asista a Lollapalooza si tiene síntomas de COVID-19 (fiebre, escalofríos, tos, dificultad para respirar, fatiga, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza, pérdida del gusto u olfato, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, náuseas o vómitos, diarrea), incluso si ha sido vacunado”, especifica la información del sitio oficial del festival. “No asista a Lollapalooza si ha dado positivo por COVID-19 en los últimos 14 días”, agrega.

En cuanto a las personas que hayan dado positivo por COVID-19 y no puedan asistir por esta razón al festival, podrán recibir un reembolso, enviando su caso al correo info@lollapalooza.com.

La amenaza Delta

La realización de Lollapalooza esta semana en Chicago coincide además con el alza paulatina de casos de la llamada “variante Delta” del coronavirus en dicha ciudad. La propia Arwady señaló recientemente que espera que la Delta sea la variante dominante en Chicago el próximo mes “seguro”, por lo que más de algún experto ha alzado la voz contra el desarrollo del espectáculo musical o al menos ha hecho un llamado de atención.

La epidemióloga de la Universidad de Chicago, Emily Landon, dijo al diario Chicago Sun-Times que seguir adelante con el festival era una “mala idea”. “Lolla estará demasiado lleno. Ese es el resultado final “, comentó el viernes.”Se trata de la reducción de daños. Tienes que tomar la decisión por ti mismo. No podemos asegurar que los nuevos casos que se generen sean debido a Lollapalooza, ¿pero veremos un alza? Sí, y Delta probablemente lo hará más alto”, aseguró al medio. “Mucha gente va a contraer COVID en Lollapalooza, pero mucha gente ahora también se está contagiando en otros lugares”, sentenció.

J.B. Pritzker, gobernador de Illinois, uno de los estados de ese país que primero flexibilizó sus medidas sanitarias y permitió cierta reapertura para los espectáculos, dijo esta semana que planea asistir al festival, al que declaró como un evento “seguro” para los vacunados contra el coronavirus. “Tengo la intención de ir a Lollapalooza. Voy a llevar a mi esposa y algunos amigos”, comentó. “A poca distancia y vacunado, es seguro que asistas a algo como esto”, agregó.