“Primero que nada, tristeza”. Eso es lo que parte expresando el cantautor cubano Silvio Rodríguez en una reciente entrevista con el diario español El País, cuando se le pregunta qué sintió en torno a las protestas callejeras que estallaron en el pasado 11 de julio en contra del gobierno de su país, exigiendo mejoras en el ámbito económico y social, sobre todo en un escenario tan adverso como la pandemia del Covid-19.
De hecho, el músico apunta a eso mismo como una condición aún más lacerante para la población de la isla: “Es que ha ocurrido en el peor escenario posible: una pandemia mundial aún no controlada, que mata a diario, que exige medidas de distanciamiento que estaban siendo masivamente vulneradas. Por otra parte, en un panorama económico especialmente desfavorable —por la pandemia, claro está— y, para mi país, además, por 62 años de un bloqueo que ha sido muy dañino; para colmo incrementado por 240 medidas de asfixia extra que el gobierno de Trump nos impuso y que Biden mantiene hasta el día de hoy. De pronto se nos juntaron demasiadas crueldades e infortunios”.
También abordó el tema de la represión policial contra los manifestantes en distintos puntos de Cuba: “Respecto a la acción policial, en la primera manifestación, que fue en San Antonio de los Baños, no hubo respuesta alguna. Los manifestantes recorrieron las calles principales, pasaron por las sedes del gobierno municipal, frente al Partido y hasta por la policía. Allí no hubo represión, aunque después, en otras ciudades, sí la hubo. Una represión que, por tratarse de Cuba, se amplifica, aunque sabemos que algunos que nos señalan están acostumbrados a ver mucha más brutalidad en sus propios países. Por supuesto, afirmo categóricamente que estoy en contra de todo tipo de abuso”.
De igual forma, dice que esta situación marca “un antes y un después” en la siempre intensa historia de su país, asumiendo que es un estrés social que cada vez aumenta más y que “no sólo es culpa del bloqueo”.
También asegura que está de acuerdo con el diálogo entre las distintas opiniones que hoy se pueden dar en Cuba y que ve esperanza en los jóvenes, incluso en aquellos que se han mostrado críticos al régimen: “Todo el mundo sabe que en Cuba es difícil adquirir cualquier cosa que tenga tecnología de los Estados Unidos (el bloqueo lo impide). Las profesiones que requieren de cierta base material, aunque sea mínima, están como condenadas a las limitaciones. Creo que todo eso, aunque no determine, influye; va creando una especie de sentimiento fatalista acerca de un futuro con estrecheces, mientras que en otros lugares del mundo no es así. Y lo cierto es que cuando uno es joven piensa que no le va a tocar la parte fea de la aventura sino la recompensa. Es parte de la ilusión de venir al mundo. El pueblo cubano ha escrito ejemplares páginas de resistencia, pero también ha pasado por décadas de penurias y escaseces”.
También se refirió a los detenidos -muchos de ellos manifestantes pacíficos- que incluso han recibido condenas; él mismo hizo un llamado hace algunas semanas en apoyo a tales personas. “Hice esa petición pública y la sostengo. De hecho, ya muchos han sido liberados. No sé de cuestiones legales y hablé con una amiga abogada, para aclararme. En primer lugar es obvio que las capacidades de nuestro sistema legal fueron sobresaturadas en unas horas. Eso explicó los juicios sumarios que, según me dicen, heredamos de una ley española del siglo XIX”, aseveró.
“Mi criterio es que la mayoría de los manifestantes es pueblo saturado de múltiples angustias e incomodidades, estresado por un año y medio de pandemia, por un descenso drástico en el turismo (nuestra fuente principal de ingresos) y por el recorte severo de las remesas que impuso Trump. Algunas medidas, como poner las tiendas mejor surtidas en MLC, han sido francamente impopulares. En fin, no comparto la calificación esquemática que se dio a los manifestantes, aunque en los videos se ve que entre la masa heterogénea también hubo casos de vandalismo. Me pareció particularmente repudiable un caso de violencia contra un hospital materno-infantil en Cárdenas”, culmina en el diálogo con el periódico español.