Sylvester Stallone venció por nocaut a Apollo Creed en una épica pelea. También se enfrentó a vietnamitas, al ejército soviético y a un cartel mexicano. Formó un equipo de mercenarios con Jason Statham, Jet Li y Dolph Lundgren bajo la misión de matar a un dictador de Latinoamérica. A sus 75 años, la estrella estadounidense se une a un escuadrón, pero convertido en un tiburón antropomorfo sin amigos y con un instinto depredador letal.
Es el papel que asume en El Escuadrón Suicida, la película de supervillanos que se erige como antítesis de la vapuleada cinta de 2016, Escuadrón Suicida. El nuevo filme –que el jueves debutó en el primer lugar de la taquilla de los cines chilenos– es una montaña rusa de violencia y humor guiada por un puñado de personajes entrañables, uno de ellos el King Shark al que le da voz el intérprete detrás de Rocky.
El ofrecimiento para unirse al blockbuster encabezado por Idris Elba y Margot Robbie apareció mediante un llamado de camaradería. “Contacté a Sly y le dije, ‘Sly, escribí este papel para ti’. Y me dijo, ‘¿qué es?’ Le respondí, ‘es un tiburón realmente tonto’”, explica en una conferencia de prensa el director James Gunn, con quien estrechó lazos a partir de la secuela de Guardianes de la galaxia (2017), su primera incursión en el cine de superhéroes.
En esa instancia virtual, en la que estuvo presente Culto, el actor responde por qué aceptó el rol. “Soy un gran fanático de la comida del mar, así que cuando me ofrecieron esto pensé, bueno, ¿cómo lo descarto? Hubiera preferido interpretar a un mero, pero tomaré lo que pueda conseguir”, asegura entre risas.
“Me gusta que esté siguiendo una dieta alta en proteínas. Eso funciona por definición. En realidad, creo que él es más inteligible que yo, lo cual es agradable. Nos unimos al instante”, señala sobre King Shark, una de las mayores rarezas dentro de un elenco compuesto por un hombre al que le salen enormes lunares de colores, una joven que controla a las ratas y una comadreja antropomórfica.
En ese espectáculo violento y con corazón montado por James Gunn, Stallone se acomoda sin inconvenientes. Luego de en los últimos 15 años revivir a Rambo y Rocky Balboa –con dispar suerte–, parece no tener problemas para ajustarse a una era de Hollywood radicalmente diferente a la que lo vio brillar con esplendor en los 70 y 80.
Aunque Stallone no es quien realiza los movimientos del personaje –labor en manos del comediante Steve Agee–, la película semejó una suerte de revancha tardía para la septuagenaria estrella y su voz, la que dice le trajo problemas con los papás de sus amores de adolescencia.
“Lo curioso es que yo tenía esta voz y no sé por qué, porque todos los demás en mi familia suenan como periquitos”, explica.
“Siempre tuve esta voz que me trajo muchos problemas, así que me alegro de que finalmente me esté dando beneficios. Lo agradezco”, remata un intérprete cuya voz, rostro y hasta cuerpo dicen mucho para una generación completa. Y al parecer, sigue diciendo bastante para una generación totalmente distinta, pero criada de igual forma bajo la espectacularidad acrobática de los superhéroes.