Raimundo Santander es uno de los guitarristas más reputados e inventivos de la escena jazz en Chile -empezó a los 19 años y su debut, Catorce, es de 2009- bajo una fórmula que, según describe, le debe mucho a la improvisación, a los quiebres, a cierta “ignorancia” a la hora de enfrentar tanto una nueva fase creativa como un show en un escenario: “un minuto antes a veces con mis músicos no sabemos qué vamos a tocar”.
Ese es parte de un credo que desarrolló desde niño -”cuando estaba fascinado por los ruidos más que por la música hecha con palabras”- y que compartió el pasado miércoles 11 en el espacio Sesiones íntimas de Culto que se emite a través de las plataformas digitales de Culto y La Tercera.
De hecho, su ADN está volcado en proyectos como La Orquesta del viento; en su último disco, El tesoro del presente (2021), donde el guitarrón chileno y la guitarra traspuesta lo acercan al lenguaje más vernáculo; y en su escala en conjuntos como Roja y Negro, liderados por Ana Tijoux y vinculados al bolero.
“El jazz es una mentalidad. No es sólo un estilo musical. Es una manera de transitar por la calle, es una manera de conversar por teléfono, de leer libros, de hacer música o de tocar folclor. Todo eso para mí es jazz. Es escuchar lo que está pasando y responder en el momento”, aseguró en el programa, para luego ejemplifcarlo: “Yo estoy tocando y escucho lo que viene, en mi oído suena la nota que viene. Entreno mi mano, min cuerpo y mi instrumento para ese sonido que está en el futuro”.