Sumo y Los Auténticos Decadentes. ¿Poseen algo en común más allá de haber nacido como bandas en el mismo país? Hay cierta sensibilidad de comunión que los vincula a ambos. Una identidad bien definida también, desde lo musical, las letras y, sobre todo, la actitud. Sabes de inmediato con qué te vas a encontrar cuando sus melodías asoman por alguna emisora que tengas sintonizada a lo lejos.
Cualquier chileno sabía qué era Sumo al oír sus canciones en la radio Concierto de los 80, mientras que diez o veinte años después cualquier fanático de esta misma tierra también entendía los códigos de fiesta y murga desatados por los Decadentes en sus videoclips o en el propio Festival de Viña.
Por eso, no es raro que una banda tribute a la otra. Que los de hoy reverencien a los que ya no están. Eso al menos se escuchó en el cover que Los Auténticos Decadentes hicieron del clásico Los viejos vinagres (1986) y que se estrenó el pasado viernes, incluyendo además un videoclip.
Además, la versión cuenta con la colaboración de la banda mexicana Panteón Rococó -también emblemas en su país de la fusión de ritmos como el ska, el reggae o el punk- lo que le da un aire de mayor modernidad, una velocidad y un acento festivo que quizás compensa el talante más rabioso del tema original.
Pero hubo un momento en que Sumo y Los Decadentes lograron verse las caras. En la escena de los 80, claro, donde el grupo de Luca Prodán era coordenada ineludible del under porteño. Así lo contó al programa argentino La Viola, Gastón “El francés” Bernardou, quien en sus días juveniles siguió a Sumo por gran parte de sus presentaciones.
“Es uno de los grupos que forma parte de nuestro ADN. Ska, reggae y rock. Luca fue un avanzado que en una época en la cual no existía internet, trajo al país todo ese after-punk, new wave y modernismo a un país que estaba atrasado. Sonaban distintos a lo que conocíamos. Fue conocerlo y seguirlo por todos lados”, dijo al recordar al artista nacido en Roma y que se vino hasta el sur para dejar su adicción a la heroína.
También rememoró una vez que tocaban en un festival más alternativo, donde compartían cartel con otros nombres de la escena independiente. “De repente, cuando estábamos tocando, lo vimos entre el público a Luca. Vimos que se movía y se reía. Eran todas bandas punks y nosotros tocábamos ‘Vení Raquel’ y algunas cumbias. Se divirtió mucho. Me quedó grabada su cara, como aprobando al grupo. Podemos decir que nos vio y que le gustó. Nos podemos retirar tranquilos”, remató.
De hecho, Bernardou dice que en algún momento se encontró con el cantante en el baño y le preguntó por recomendaciones de bandas ska: Bad Manners y The Selecters fue lo que escuchó de vuelta.
Está claro que Sumo y Los Decadentes vienen de palos distintos. Uno nacieron desde la furia y los otros desde el rito colectivo. Mientras los primeros semejaban barras bravas tirando espuma por la boca o con cierto aroma desolado, los Decadentes se semejan más a hinchas en éxtasis por el triunfo de su equipo.
Pero hoy Los viejos vinagres une piezas de la historia entre dos emblemas de la canción latina.