El salmón llega a los 60: documental en Star+ revisitará la vida de Andrés Calamaro
Bordeando el cumpleaños del trasandino, se estrenará un nuevo capítulo del documental Bios: vidas que marcaron la tuya, de Nat Geo, que anteriormente narró la vida de otras figuras destacadas de la música latinoamericana. En Chile se podrá ver a contar del martes 31 de agosto. En sus minutos, revelará episodios como por ejemplo, que compuso su primera canción a los 7 años, o que la separación de Los Rodríguez se debió a diferencias económicas.
Nada menos que seis décadas, o 60 velitas en una torta soplará este domingo 22 de agosto el cantante argentino Andrés Calamaro. Justo en momentos en que el hombre tras éxitos inolvidables como No se puede vivir del amor volverá a la palestra, pues el próximo martes 31 de agosto se estrenará un documental sobre su vida.
En rigor, es un capítulo más de la aclamada serie documental Bios: vidas que marcaron la tuya, de Nat Geo, que anteriormente narró la vida de otras figuras destacadas de la música latinoamericana, como Gustavo Cerati, la banda Café Tacvba, Charly García o Luis Alberto Spinetta.
Como en las ocasiones anteriores, será otro músico quien conduzca el episodio. En este episodio, dicho rol recae en la cantante argentina Nathy Peluso. El episodio podrá ser visto en nuestro país a través de la plataforma Star+.
Para quienes han visto los episodios, se reconstruye la historia de las personalidades más destacadas de la cultura popular latinoamericana, y se revelan anécdotas y detalles desconocidos de su vida artística y personal. Es un viaje a la fibra más íntima de cada uno de los biografiados.
De hecho, Peluso mantendrá una charla íntima con él, pero también se recurrirá a imágenes de archivo inéditas junto a testimonios de amigos, colaboradores y destacadas figuras del rock latino.
Algunas revelaciones
Del documental, podemos adelantar que vienen una serie de revelaciones. Por ejemplo, su medio hermano Horacio Rosell cuenta que fue a los 7 años cuando “El Salmón” compuso su primera canción. Ocurre que Andrés estudiaba piano con Violeta Gainza y en una clase le mostró una composición. A la profesora le encantó y, orgullosa, la llevó a congresos mundiales, uno en Rusia y otro en México.
También, el documental revela que en un momento, el músico sintió miedo de no poder componer. Eso pasó cuando Los Rodríguez consiguieron su primer trato discográfico con Warner, puesto que lo comprometía a componer diez canciones y letras por año. Esto le causó pánico, puesto que no se sentía seguro de poder cumplir la meta impuesta.
Incluso, aclara cuál fue el motivo de la separación de la exitosa banda hispano-argentina: el vil dinero. Sí, porque a partir del álbum Sin Documentos (1993) Los Rodríguez consiguieron un éxito rotundo con hits como Dulce condena o la canción que le dio nombre al disco. Luego, la banda volvió a romper charts con Palabras más, palabras menos (1995). Fue ahí cuando diferentes discográficas comenzaron a tentar a Calamaro con contratos como solista.
Así, en el documental, el guitarrista Ariel Rot recuerda que en ese momento Andrés planteó una redistribución económica dentro del grupo sugiriendo que como la mayor parte del trabajo creativo era suyo, debía ganar más que el resto. Como los demás no estuvieron de acuerdo, eso significó el fin del cuarteto.
O también, que ya como solista, el disco Alta Suciedad estuvo en peligro de no grabarse. Ocurre que una vez contratados los músicos de sesión, el músico alquiló un estudio por seis días para grabar el álbum. Sin embargo, en la primera jornada solo consiguieron grabar una canción, y aún faltaban 14.
Desesperado, Calamaro le propuso a Blaney tocar él todos los instrumentos y despedir a los músicos. Sin embargo, el estadounidense lo convenció de seguir y no más volver al estudio agarraron velocidad y lograron completar las 15 canciones en cinco extenuantes jornadas.
Otra anécdota revelada, del mismo disco, es con la canción Flaca. Alfonso Pérez recuerda que durante la grabación, los músicos le pidieron a Calamaro los arreglos que debían grabar para el tema. Y fue en ese instante en que el trasandino se sentó al piano y creó el pegajoso “Na na na na na”, que forma parte del estribillo del corte.
Asimismo, ya para el monumental disco quintuple El Salmón (2000), Andrés Calamaro se encerró durante todo un verano cual monje en su departamento a componer canciones sin parar. A veces sin dormir ni comer durante días. Según recuerda el compositor Marcelo “Cuino” Scornik, el músico llegó a tener alrededor de 700 canciones, de las cuales 103 fueron las elegidas.
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