“Yo volveré a las calles” es una de las frases que marca la canción Espadas y Serpientes, perteneciente al disco El Cielo Puede Esperar, de Attaque 77, editado en 1990 y que relata la experiencia de un hombre que estaba en prisión por un robo. La misma frase hoy toma un nuevo significado para la banda argentina, pues es el título con que decidieron nombrar a los conciertos de reencuentro con el público que la agrupación realizará a comienzos de septiembre en el teatro Broadway de Buenos Aires.

Desde que comenzó el encierro por el coronavirus, Attaque 77 -al igual que la mayoría de los grupos del mundo- tuvo que buscar la manera de mantenerse vigente. Esta situación fue especialmente dura para la agrupación trasandina, acostumbrada a realizar conciertos con relativa frecuencia. En este caso en particular, apostaron las fichas en dos elementos clave: realizar un concierto vía streaming -que recientemente se editó como disco bajo el nombre de Sesiones Pandémicas- y trabajar en material nuevo, que próximamente verá la luz como un nuevo trabajo de la banda.

Pero en lo inmediato, lo que concentra la atención del grupo es el reencuentro con su público. “Estamos volviendo a la actividad, con todo lo que eso implica. Para nosotros tantos años de estar juntos todo el tiempo, y de repente en estas épocas nos empezamos a extrañar. En la cuarentena decíamos que cuando nos juntáramos a ensayar va a ser una fiesta, va a ser como ir a un cumpleaños. Y eso lo que antes era rutinario. Está bueno eso, porque nos puso a valorar algunas cosas bien simples que pasaban en la rutina o vorágine de un grupo de rock”, relata vía Zoom Mariano Martínez, guitarrista y vocalista de la agrupación. Es, además, el único integrante que sobrevive desde los inicios de la banda, en 1987.

Desde los último 12 años, Attaque 77 es un trío. A Martínez se suma el bajista Luciano Scaglione y el batería Leonardo De Cecco.

En conversación con Culto, Mariano Martínez relató el presente de la banda, cómo la imagina en 25 años más, cómo mira ahora la salida del exvocalista Ciro Pertusi y qué le pareció la exclusión del documental de rock Latinoamericano Rompan Todo.

“Lo único que hicimos el año pasado fue Sesiones Pandémicas, el disco que salió ahora editado, que es el registro del show que hicimos vía streaming”, cuenta el músico. Agrega además detalles de cómo fue esa experiencia: “A mí se me ocurrió que si íbamos a tocar vía streaming, cualquier persona del mundo nos podía ver e incluso gente que no nos conoce tanto. Entonces dije ‘bueno, contemos la historia entonces, aprovechemos para contar la historia’. Entonces hicimos un recorrido bien largo, por toda la trayectoria del grupo, y contando algunas anécdotas e historia del grupo. Fue como transmitir una especie de reunión de viejos amigos, con un montón de historias y cosas para contar”.

-¿Cómo fue el cambio de tocar frente a miles de personas, a tocar solos dentro de un bar?

Fue rarísimo, porque no estábamos acostumbrados. De repente, detrás de cámaras nos dijeron están al aire, arranquen. Fue como si te mandaran en un cohete al espacio, pensé qué es esta cosa tan extraña. Cosa que empezamos, hicimos unos compases y paramos. Dijimos que teníamos que hablar con la gente. Saludemos. Respiremos y arrancamos de nuevo. A medida que fuimos avanzando ya nos acostumbramos a la situación. Fue como hacer un especial de televisión. Creo que estuvo bueno, distinto, raro, extraño, y con ese espíritu de reencuentro que está ahí. Me gusta eso de este disco.

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En 2020 Attaque 77 tuvo solo una presentación más, que para Martínez fue aún más extraña: “Fue en el hipódromo de Buenos Aires, para autos. Fue un show para autos, con la gente dentro de los autos. Salimos al escenario y fue como salir a tocar en el estacionamiento del shopping. Nos hacían luces, la gente nos tocaba la bocina. ¿Qué hacíamos ahí? No entendíamos nada”.

-¿Cómo lo hicieron para mantener viva y vigente a la banda en este tiempo de encierro?

De alguna manera, ya teníamos una experiencia en un sentido. Yo no vivo en Buenos Aires, vivo en las sierras de Córdoba, a 800 km. Entonces, de alguna manera estamos acostumbrado a hacer algún trabajo a la distancia. Yo estoy siempre grabando. Entonces armo algo acá, se lo mando a mis compañeros en Buenos Aires. Ellos graban algo ahí, me lo vuelven a mandar. Hoy tenemos toda la tecnología para hacerlo de ese modo y está bueno, porque es una manera de avanzar en cosas buenas, pese a que no estemos cerca.

-¿Viene música nueva de Attaque 77?

Ahora estamos grabando dos discos. Uno que pienso que para septiembre lo vamos a tener listo y un segundo que saldrá, seguramente, para marzo o abril del año que viene. Con esta manera de trabajar a la distancia, se activó esto de generar nueva música.

-¿Por dónde va este nuevo camino?

Para adelantar algo, siento que es música más directa. Está en evolución, pero yo lo siento como música más visceral. Me parece que Triangulo de Fuerza, que es el disco anterior, tiene varios climas y paisajes. Pero como viene ahora, siento que es música más directa. Rock fuerte. Siento como que ahora tenemos más urgencia de sacar música. Antes nos tomábamos un poco más de tiempo.

- Después de más de 30 años de carrera, ¿cómo se mantiene la banda vigente y no se convierta en un grupo que haga tributo a Attaque?

No creo que haya una fórmula. Uno va siguiendo el instinto y dejarnos llevar por eso. Sin tanto plan. No planificamos demasiado qué es lo que gente quisiera escuchar. Sacamos para afuera lo que nos sale y después, al momento de compartirlo, hay gente que le gusta más, otra menos. Siempre fuimos un grupo bastante inquieto, en que no se nos vuelva una cárcel el estilo o el sonido, y tratar de jugar un poco con eso y ampliar ese horizonte. Correr ese límite. Nos hemos permitido un origen desde la música punk, después a un rock más amplio, con un poco de reggae, de ska, y canciones con mucha melodía. El grupo tiene su identidad. Pero seguimos un poco ese instinto, tratando de ser honesto con nosotros mismos. Cuando empezó este grupo tenía 16 años. Ahora tengo 50, entonces no tengo las mismas inquietudes.

-¿Cómo te imaginas Attaque en 25 años más? Existen músicos como los Rolling Stones, Roger Waters, Paul McCartney que se mantienen vigentes y todavía rockeando en los escenarios.

Obviamente sí me imagino a mí mismo tocando hasta mis últimos suspiros. Tú me diste tres ejemplos que están muy buenos. Por ejemplo Roger Waters y Paul McCartney, que fueron miembros de grupos muy importantes y luego siguieron con sus carreras. Y los Rolling Stones que sigue siendo el grupo, increíblemente siguen siendo los Rolling Stones desde el año 62. No te digo que me puedo imaginar a Attaque 77 tantos años más adelante. No podría decir que no, ni que sí. Pero sí sería muy diferente. Hoy no podemos ser nosotros mismos adultos imitándonos a nosotros mismos cuando chicos, porque sería un poco ridículo y patético. Por eso el grupo se ha transformado y hoy el grupo es un grupo clásico de rock. Podemos decir que somos un grupo de adultos siendo una banda de rock clásico de Argentina.

-¿Cómo te sientes ante el reencuentro con el público? No sé si antes habías pasado tanto tiempo sin tocar frente a personas.

Nunca. Ahora estamos planificando el show y a medida que pase el tiempo y nos vamos acercando, aparece un nervio. No digo que se haya perdido, pero ahora está mucho más a flor de piel. Nos pasó el año pasado con el show vía streaming, nos pasó al subirnos al escenario del estacionamiento del shopping. Creo que hemos recuperado esa capacidad de sorpresa, de emoción, de agradecimiento. Bueno, se viene ahora el reencuentro cara a cara con la gente y probablemente será un momento muy emotivo.

-¿Algún plan para presentarse en Chile?

Obvio que sí, porque nosotros justo en abril del 2020 íbamos a viajar a Chile. Que no era solamente por Santiago, la idea era recorrer de punta a punta. Entonces, está eso pendiente. De todas maneras, tiene que ver con cómo va evolucionando toda esta situación en cada país, el tema de las fronteras, y tengo entendido que en Chile también comienzan los espectáculos. Me imagino que estamos más cerca de nuestro regreso a Chile y eso será un momento impresionante.

-Ustedes son una banda que ya cuenta con un sello en América Latina. ¿Crees que se ha hecho justicia con el legado de Attaque 77?

Lo que más rescato es la cantidad de amigos que hemos hechos. Yo tengo amigos muy queridos en Chile, en Perú, en Colombia, en Brasil, en México. Todos estos años de viajar, visitar a la gente, me ha dado un puñado de grandes amigos que te da la música. Gente muy querida, y después encontrarnos con un público que nos está esperando. Eso no tiene precio. Sabemos que en cada lugar hay gente a la cual tu música le ha llegado, entonces ir a compartir esa energía en cada viaje, es algo que nos gusta.

-En el documental Rompan Todo, que buscaba contar la historia del rock en América Latina, no hay menciones a Attaque 77. ¿Cómo tomaste eso?

Sinceramente, no conecté con eso. No lo vi y además supe que hubo mucha polémica. Igual tengo que decir que si vas a hablar de la historia rock en Latinoamérica, a mí me parece que tendrían que habernos, por lo menos, mencionado. Además es una mirada subjetiva, de una persona. Detrás de esto está (Gustavo) Santaolalla y algunos más, pero es la mirada de Santaolalla, que es subjetiva de él y eso está perfecto. Si yo hiciera un documental del rock en Latinoamérica, seguramente se me pasarían algunas cosas. Sería mi mirada subjetiva. Entonces, no tengo problema con eso. Nosotros no tenemos vínculos con Santaolalla. Él es un artista impresionante, yo lo admiro mucho. Yo tengo sus discos, es un tipo realmente groso, pero no tengo problema con no haber estado en el documental. Pero sí sé que se armó mucha polémica.

-¿No estimas que son necesarios esos reconocimientos?

Yo creo que el reconocimiento más importante es el que da la gente. Con ese reconocimiento ya estoy conforme. No conecto demasiado con la industria del espectáculo. Si somos reconocidos por la industria, bienvenido también. Cuando eso ocurra lo recibiremos también.

-Attaque ya es una especie de marca. Cuando se fue Ciro Pertusi muchos pensaron que la banda llegaba hasta ahí, pero ustedes fueron capaces de poder seguir adelante.

La verdad es que nosotros siempre funcionamos como un grupo, en que ninguno de los cuatro estuviera por encima de los demás. Con ese espíritu, en los shows comenzamos a cantar todos. Luciano, el bajista, cantaba algunas canciones. Yo cantaba otras. Ciro otras y si ibas a un show de Attaque, veías que todos cantábamos. En el escenario había movimiento, no había una figura sola y los demás acompañando. Siempre fue así. Entonces, al momento de la partida de la Ciro, fue simplemente que uno de los cantantes se fue. Yo seguí haciendo lo mismo que hacía en ese momento y fue un cambio importante, pero lo tomamos así, como una instancia de crecimiento. Todo lo que vino después fue muy lindo, con una banda con mucha trayectoria como lo era Attaque en ese momento, con una oportunidad de reinventarnos y de ser un poco una banda nueva, pero con toda esa experiencia. Entonces me parece que todo fue muy válido y creo que todo lo que ocurrió en estos años, desde aquel momento hace 12 años, le alargó la vida al grupo. Lo siento un poco así. Siento que tuvimos bastante suerte de pasar por esas experiencias y salir fortalecidos.

-Durante la pandemia, ¿has escuchado música nueva? ¿Has redescubierto algo?

Sí. No tiene mucho que ver con el rock, porque estuve escuchando otras músicas. Toda la vida escuché el rock desde que soy chico, es mi gran influencia. La influencia que se combina con lo que uno tiene en la sangre, que es como nuestra esencia, que en nuestro caso sería el folclore, el tango. Entonces, me gustó mucho ir por ese lado, porque yo entiendo que el rock argentino tiene una identidad, no es igual al rock inglés o estadounidense, porque es música hecha en esta parte del mundo. Ahí se hace una ensalada que es lo que termina siendo el rock argentino, que es una música con mucha identidad. Lo mismo en Chile, porque yo escucho mucho en el rock chileno ese ADN que viene de raíz. Entonces, tomé conciencia de eso y empecé a escuchar y estudiar a los artistas nuestros. Y cómo crear una música bien original, mezclando todo eso. Me parece que es una buena experiencia. Yo me tomo mucho tiempo en escuchar música. Tomo mate, tomo algo, y estoy horas y horas con mis discos. También mucha música italiana hemos escuchado. Estoy produciendo el disco nuevo de Valeria Lynch, que es una cantante muy reconocida. Estamos trabajando desde hace tiempo juntos y tiene una influencia de la música italiana, que también es muy interesante.