Que Ctrl+Z (2020), uno de los mejores discos chilenos del último año -en rigor, un EP de cuatro canciones-, no haya podido aún ser estrenado en vivo y frente al público, no es precisamente un inconveniente ni una desventaja para su autora, María José “Chini” Ayarza.
“De algún modo he podido desarrollar más el mundo visual (del disco), he tenido más tiempo para editar, para producir. Soy una persona un poco tímida respecto a tocar en vivo, me encanta, por supuesto, pero como nunca hay tiempo siempre he tenido que hacer las cosas rápido y no comulgo tanto con esa idea”, explica la cantautora, montajista, artista visual y exvocalista del grupo Chini and the Technicians, quien ha aprovechado el año y medio de pandemia fuera del escenario para complementar, expandir y sumar imágenes al personalísimo imaginario que presenta en el debut de su proyecto en solitario bajo el alias de Chini.png.
Una colección de canciones inclasificables pero conectadas entre sí, donde Ayarza juega libremente con las palabras, la repetición de ideas, las capas de sonido y los estilos musicales -de la bossa nova a algo cercano al indie post rock- para ir hilando pequeños relatos confesionales sobre relaciones frustradas y tensiones de la nueva adultez. Cada uno, por cierto, con su respectivo videoclip, uno de los aspectos de su trabajo donde la artista muestra mayor atención -fue nominada a los premios Pulsar a Mejor videoclip por Triángulo de las Bermudas- y donde rápidamente ha despuntado por sobre la media de la escena local.
Lo vuelve a confirmar su más reciente lanzamiento audiovisual: un muy elaborado video para Fisura, el tema que cierra su último disco, editado por ella misma, grabado durante el desmontaje de una muestra en una galería de arte y desarrollado en conjunto con la productora local Tropicalia, que durante los últimos siete meses realizó la animación digital de la pieza, llenando de colores, contrastes y trazos el relato de la cantante.
“La primera parte de la canción habla en parte de esta persona que cuando tiene que demostrar algo, falla como pareja. Y la parte final es más bien sobre darse cuenta que en verdad uno tiene una grieta y que no puedes juzgar tanto al otro, sino más bien darte cuenta de lo que puedes hacer por ti mismo”, explica sobre el tema y su nuevo clip, cargado de simbolismos, donde intenta plasmar incomodidades amorosas, tensiones artísticas y fracturas personales mientras todo lo que la rodea es desalojado, incluyendo su guitarra.
“Parte de la premisa tiene que ver con esto del arte por el arte. Tenía la sensación al estar haciendo el video de que hay mucha gente que hace cosas sólo por hacerlas, porque se ven simpáticas, o porque ven el video solo como una promoción de la canción. Y para mí es una expresión de arte”, cuenta.
“A veces siento que los músicos más autogestionados se van frustrando con los años, porque van dando mucho de sí mismos y como que no se llega a toda la gente a la que se podría llegar. Ese gesto de que me quiten la guitarra (muestra) que sigue en llamas la cabeza del personaje, pero le vaciaron la pieza. Uno invierte tiempo, invierte plata, y al final está esa sensación de vacío. Entonces esto es como una mini protesta”, explica.
Precisamente, el desenlace de la canción cierra el álbum con algunas de sus líneas más reveladoras, donde Ayarza traspasa la fisura de su interlocutor a la de su propia cabeza. “Me cuesta pensar antes de hablar / No es una apología a la ignorancia / Me dio taquicardia y convencí a mi mamá / para ya no tener que tomarlas”.
“La parte final se trata en parte sobre tener TDA, déficit atencional adulto, y es muy bacán poder representar visualmente lo que significa estar en esa confusión constante, de estar pensando en las cosas que uno quiere hacer, pero medio paralizado sin hacerlas”, cuenta. “Es como un meta video, porque habla justamente sobre estar creando, o cómo es para mí crear, que es algo medio tormentoso y caótico”.
Un día en la Tierra
Grabado en diciembre en la capitalina galería NAC, y con la animación digital 2D y el tratamiento pictórico a cargo de Juan Pablo Sandoval y Felipe Guzmán, el clip de Fisura cierra para Chini Ayarza el ciclo de Ctrl+Z -nominado en otras dos categorías de la última edición de los Pulsar- y abre la puerta para lo que viene en su carrera.
Un horizonte inmediato donde aparece un nuevo trabajo de estudio, el primer LP de su proyecto solista, con fecha de salida programada para el próximo año. Titulado El día libre de Pólux, por uno de los héroes mellizos de la mitología griega que dan su nombre a la constelación de Géminis, el álbum volverá a priorizar la experimentación de estilos y lo intuitivo por sobre lo cerebral.
“Son canciones muy distintas entre sí, cosas más de electrónica, cosas más indie, otras con guitarra acústica. La idea es por lo menos ir mostrando singles este año”, adelanta la autora, quien sobre el título del disco, explica: “Es el día en que uno de los gemelos no está en el infierno y puede pasar el día en la Tierra. Tiene que ver con esto mismo que hemos hablado, de que la mayoría de los músicos no vivimos de la música, trabajamos en lo que sea todo el tiempo y son estos espacios vitales de ocio en los que aparece la música, y son muy sagrados”.
En paralelo, Ayarza prepara el estreno frente al público de su proyecto solista para el 2 de octubre, con una presentación en el centro cultural Rojas Magallanes -junto a Columpios al Suelo- que servirá para mostrar las canciones de su último disco y a los músicos que forman a su actual banda: Simón Campusano, el baterista Pepe Mazurett (ambos de Niños del Cerro) y Juan Pablo Órdenes (Juan Desordenado).