Tenía solo unos pocos días, una veintena, para entregar su novela. Si no cumplía ese plazo, su editor le pondría una fuerte multa. Era octubre de 1866 y el ruso Fiodor Dostoievski, quien ya había alcanzado renombre con Crimen y castigo, estaba en un punto de inflexión en su vida. Ese contrato editorial era algo así como la primera tabla de un barco que lo llevaría a mares más quietos de los que hasta ese entonces le había tocado navegar. Había pasado por la cárcel y un servicio militar forzado por un crimen político, se había casado y enviudado, y las deudas se le acumulaban producto de un rasgo que hasta ese minuto se le hacía complicado controlar.

Dostoievski tenía solo algunos papeles rústicos garabateados con ideas para una novela. Pensaba escribir algo sobre un hombre aficionado al juego, en una ciudad turística europea llamada Roulettenburg. Era tan compleja la situación que un amigo le sugirió reunir un grupo de gente para que le escribiera la historia.

Pero Dostoievski decidió contratar a un taquígrafo para acelerar el proceso. Es decir, alguien con oficio en un sistema de escritura rápido que permite transcribir un discurso a la misma velocidad a la que se habla. Y en esa necesidad imperiosa apareció ella, Anna, 24 años menor que él. No se amilanó con el desafío y logró completarlo en tiempo record. Así, el escritor logró entregar su novela El jugador.

Esa taquígrafa de dedos ágiles que salvó a Dostoievski de una multa, Anna Dostoyevskaya, ahora tiene una biografía propia. En Estados Unidos, la editorial Riverhead Books acaba de publicar The Gambler Wife: A True Story of Love, Risk, and the Woman Who Saved Dostoyevsky, escrita por Andrew D. Kaufman, doctor en lengua y literatura eslava de la Universidad de Stanford.

El hecho que Anna fuese taquígrafa responde a una tendencia de su tiempo. Hacia la década de 1860, las mujeres en Rusia comenzaron a tomar conciencia de sus derechos, y comenzaron a vivir menos preocupadas de la idea de depender de un marido. Fue así como decidió aprender taquigrafía para ganarse la vida.

Pero la pluma invisible que escribe el destino quiso otra cosa. Anna y Fiodor se casaron poco tiempo después de conocerse, en febrero de 1867, y lo que sería una luna de miel de tres meses en Alemania, se convirtió en una residencia de cuatro años. El problema es que para ella fueron años tortuosos. El jugador de la novela que había ayudado a dar vida, pronto lo tuvo a su lado.

Según el libro, la ludopatía de Dostoievski se había vuelto tan aguda que no podían regresar a Rusia sin temor a que lo arrestaran en la frontera y lo enviaran a la prisión de deudores. Eso fue alargando la estadía en tierras teutonas. Pero ahí estuvo Anna, nuevamente, para salvarlo de una deuda. No dudó en empeñar cosas, e incluso llegó al punto de vender su propia ropa interior.

Anna no estaba preparada para una vida tan dura. Había crecido en una casa señorial en San Petersburgo, en una familia estable, sin peleas, dramas ni catástrofes. Curiosamente, su padre, un funcionario, era un gran admirador de Dostoievski.

Fiodor Dostoievski.

La primera editora

Pero no hay mal que dure 100 años, y tras una noche particularmente catastrófica de juegos de azar en Wiesbaden, el escritor se dio cuenta que no podía seguir en ese estado. Quizás emulando al sufrido Rodión Raskólnikov de Crimen y castigo, se angustió tanto que corrió por las calles en busca de un sacerdote, no lo encontró.

Cuando al fin pudieron zafar de las deudas, el matrimonio regresó a Rusia. Dostoievski al fin tenía la estabilidad para poder concentrarse netamente en su escritura. Ahí estuvo Anna, nuevamente. Astuta, y para evitar que nuevamente un contrato editorial lo pusiera entre la espada y la pared, se dio cuenta que establecer una imprenta era la única forma de evitar acuerdos financieros poco provechosos para el autor.

Así, Anna comenzó a imprimir el trabajo de su esposo en forma de libros. Según Kaufman, sin quererlo Anna fue la primera editora en Rusia, lo cual marcó todo un hito. Tanto así -señala- que la misma Sofya Tolstaya, la esposa de León Tolstoi, se le acercó buscando su consejo cuando decidió iniciar una operación similar.

De este modo, ya más tranquilo, y con la conducción editorial de su esposa, Dostoievski pudo continuar su carrera, la cual cerraría con la que se considera su obra maestra, la voluminosa Los hermanos Karamazov (1880), la cual se publicó un año antes de su muerte.

Esta biografía no llega en un momento azaroso, puesto que durante 2021 se conmemoran 200 años del natalicio del escritor y 140 de su fallecimiento. En la literatura chilena, Dostoievski fue un autor influyente en la generación del 50. Su narrativa centrada en el interior de los personajes tuvo impacto en nombres como Jorge Edwards o José Donoso.

The Gambler Wife: A True Story of Love, Risk, and the Woman Who Saved Dostoyevsky, por ahora solo disponible en inglés, se puede encontrar en el portal Amazon en formato Kindle o físico.