Entre octubre de 2019 y marzo de 2020 no fue un período sencillo para el Cine El Biógrafo. La emblemática sala que opera desde 1987 en calle Lastarria debió sortear las complejidades asociadas a su cercanía a Plaza Baquedano, principal centro de las protestas iniciadas hace casi dos años. Un par de semanas de cierre y un funcionamiento irregular marcaron esos meses.

Pero eso fue apenas un preámbulo de la etapa más turbulenta que recuerde el complejo dedicado al cine independiente y de autor. Su ritmo habitual –abierto al público salvo los feriados irrenunciables, cuatro funciones diarias, en general dos títulos de cartelera– se vio completamente paralizado tras la cuarentena decretada en el país tras la llegada del Covid.

“Calamitoso” es un término que usan desde el cine para describir el último año y medio. Al escaso respiro que ha tenido la industria de exhibición local, se sumaron dos inconvenientes que frenaron su reapertura: primero, durante el verano, se encontraron con un desperfecto en el DCP (el aparato que permite la exhibición digital de los filmes), que debieron encargar a Estados Unidos; luego, a mitad de este año, hallaron otro desajuste técnico que impidió volver a operar.

Si la coreana Parasite fue una de la dos últimas películas que mostró en marzo de 2020, en julio podría haber estrenado la más reciente ganadora del Oscar, Nomadland, de Chloé Zhao. Luego otra opción fue El padre, el drama que le dio su segunda estatuilla a Anthony Hopkins. Tras superar sus contratiempos, todo derivó en que finalmente el título de su reapertura fuera J’accusee, el premiado filme de Roman Polanski sobre el caso Dreyfus.

20 Noviembre 2020 Entrevista a Carolina Gonzalez, administradora cine el Biografo del barrio Lastarria Foto : Andres Perez

“La elegimos porque es el único estreno de cine arte de las últimas semanas y en El Biógrafo sólo exhibimos cine arte o europeo. No exhibimos cine norteamericano, salvo que sea independiente”, señala Carolina González, encargada de comunicaciones, reafirmando el sello que ha convertido al complejo en un epicentro de los cinéfilos desde 1993, cuando sus actuales dueños compraron el recinto inaugurado seis años antes.

Ayer a las 18.00 hrs. se concretó la primera función en casi 18 meses para la sala de Lastarria, luego de que la primera, a las 15.00 hrs., tuviera que detenerse por un desfase de audio e imagen. Hoy el complejo se define en marcha blanca, en particular por su proximidad con la plaza donde se siguen desarrollando protestas.

“No sabemos cuál va a ser la respuesta del público. Hoy viernes usualmente hay manifestaciones en la plaza, ignoramos cómo vamos a funcionar. Y de hecho no estamos abriendo la última función”, señala González sobre un periodo en que están programando tres en vez de cuatro funciones diarias. El aforo, detalla, es de 100 personas, dentro de un cine que cuenta con 180 butacas divididas entre la platea y el primer piso. A diferencia de otras salas independientes de la capital, sí exigen portar pase de movilidad.

A la espera de realizar los primeros balances, El Biógrafo ya planifica su cartelera para las próximas semanas. Una de las cintas que arribará es Cómo ser una buena esposa, comedia dramática que tiene el papel más reciente de Juliette Binoche, como una mujer que se hace cargo de la dirección de una escuela para mujeres, tras la muerte de su marido en el París de fines de los 60.

Luego debiera venir Los años más bellos de una vida, película de Claude Lelouch que debutó fuera de competencia en Cannes en 2019. Y también se alista el estreno de Adults in the room, el primer largometraje que filma Costa-Gravas en Grecia, donde retrata la convulsión del país a partir del año 2015. Títulos que guiarán el renacer de una de las salas capitalinas más emblemáticas, de vuelta tras soportar el golpe del Covid.