¿Cómo exhibir ante el público por primera vez a un psicópata? Partiendo de la base de que el título de la historia es lo suficientemente explícito (Dr. Death), el guionista Patrick Macmanus se inclinó por una presentación que contrastara una apariencia normal con los brutales hechos de los que se le acusan.
“Él está parado afuera sonriendo, saludando, parece encantador, parece carismático. Queríamos que la audiencia pensara: ‘espera, espera, ¿cómo ese tipo podría ser el monstruo del que están hablando estos muchachos en los primeros 30 o 40 minutos del capítulo piloto?’”, dice el realizador a Culto.
En el primero de los ocho episodios de la producción –que se acaba de estrenar en la plataforma Starzplay en Chile– los doctores Randall Kirby (Christian Slater) y Robert Henderson (Alec Baldwin) luchan para reunir antecedentes y llevar ante la justicia al neurocirujano Christopher Duntsch (Joshua Jackson).
Sus motivos no admiten discusión: saben de primera fuente que, en diferentes recintos de salud del estado de Texas, el especialista ha realizado procedimientos en que personas han terminado mutiladas o muertas. “Queríamos que, a lo largo de la serie, la audiencia viviera el mismo viaje que experimentaron los pacientes”, añade Macmanus sobre la primera aparición de su protagonista en la ficción.
Basada en el podcast de crímenes reales Dr. Death (2018), la miniserie reconstruye las experiencias de Duntsch desde sus tiempos de universitario, pasando por sus investigaciones en el campo del cáncer y las células madre, y rematando en febrero 2017, cuando un jurado de Dallas (Texas) lo condenó a cadena perpetua.
Al interiorizarse en su caso, el showrunner de la miniserie dice que se encontró con un personaje que “sentí que no era unidimensional o bidimensional, era una persona tridimensional completamente desarrollada”. También expone una impresión propia: “Señalando que merece estar en la cárcel por el resto de su vida, es alguien que tenía un gran futuro por delante si se hubiera quedado en la investigación y nunca hubiera realizado cirugías. Era muy inteligente, muy motivado, tenía una gran mente para la investigación”.
En contraste, la historia real le ofrecía “tres héroes realmente grandes”: los doctores Kirby y Henderson, junto con Michelle Shughart (AnnaSophia Robb), una joven figura de la fiscalía de Texas que fue determinante en que, pese a que el estado nunca había enfrentado un caso de tales características, Duntsch fuera sometido a un proceso judicial y terminara tras las rejas.
Además, explica Macmanus, apareció un tercer aspecto que le interesaba subrayar. “Sería imposible contar esta historia sin explorar el fracaso sistémico que le permitió continuar”, indica. “No fue solo Christopher Duntsch, fue todo el sistema el que no pudo detenerlo. Ese también fue un elemento que queríamos sacar a la luz”.
Luego de desplazar a otros dos escritores que estaban en carrera para asumir las riendas de la creación de Dr. Death, Macmanus decidió darle una estructura con permanentes saltos temporales y un tono que apuesta por los matices.
“Debido a la forma en que yo narro, sabíamos que sería muy difícil simplemente tener una historia muy oscura, muy deprimente. Necesitábamos infundirle algo de ligereza, y ahí es donde el personaje de Randall Kirby realmente entra en juego”, señala, precisando: “No se trata solo de tener ligereza, eso ocurre en la vida real. Pasamos por tiempos oscuros y, a menudo, infundimos ligereza en situaciones incómodas”.
Como toda ficción basada en crímenes reales, Dr. Death fue escrita sabiendo que estaría bajo escrutinio de los cerca de 40 pacientes que terminaron con secuelas debido a sus malas prácticas y los familiares de estos. “El objetivo número uno en la sala de escritores era asegurarnos de que no nos aprovecharíamos de las historias de las víctimas. Que no las explotaríamos”, aclara el creador.
“Sus historias son tan convincentes y tan trágicas, y de inmediato te arrancan el corazón, que mientras las estábamos contando no pensé que íbamos a explotar su dolor o por lo que pasaron. Espero que eso sea así”, agrega.
Aunque un proceso de apelación –que no prosperó– impidió que conociera al verdadero Duntsch en la cárcel de O. B. Ellis, en Texas, el guionista detalla una pregunta que le quedó dando vueltas. “Quisiera preguntarle si hubo un momento durante el juicio en que se dio cuenta de que en realidad él era responsable de las cosas que hizo. Y cuál fue la sensación cuando te das cuenta de que te equivocaste. No lo sé, supongo que su respuesta sería que nunca hizo nada malo, porque creo que aún es un psicópata”.