No era un lugar fácil para llegar. Tampoco era céntrico ni estaba al alcance de la mano de la cualquiera. Había que cortar un par de boletos de transporte público y estar bien informado para dar con el destino. Tenía quizás esa naturaleza forajida y casi clandestina que determinó su cancionero y parte importante de su vida.

Un espacio abierto enclavado a un costado de la radio Latina de Limache, una de las más emblemáticas y señeras de la Región de Valparaíso, fue el último sitio donde apareció y habló públicamente Patricio Manns, quien falleció el pasado sábado 25 debido a una falla multisistémica derivada de su diabetes.

Hasta el recinto fue invitado por un colectivo integrado por ex miembros del comando presidencial en el sector de Daniel Jadue, quienes ahora han seguido reunidos para impulsar un nuevo centro cultural en la ciudad bautizado como Bajo el puente.

Como parte de ese propósito, el pasado sábado 21 de agosto organizaron una peña con músicos locales, pero que tenía como protagonista estelar a Manns. Eso sí, el hombre de Arriba en la cordillera se excusó por no poder cantar, ya que en ese minuto tenía diversas dolecias corporales y su estado de salud seguía en rodaje, pese a que cuando salió a hablar se mostró firme y entusiasta, sin señales de debilidad o del desenlace que vendría un mes después: “Voy como avión pa’ arriba. Y no se me caen los pernos todavía. Así que queda Manns con pernos para rato”, fue una de sus frases ante los cerca de cien presentes.

El cantante en el acto.

En vez de cruzarse la guitarra o interpretar alguno de sus clásicos, el artista llegó a hablar de sus libros y a dar un empujón al plan de levantar un recinto cultural en la zona.

El corazón a contraluz -de editorial Catalonia, la historia de un rumano despiadado que intenta colonizar el sur de Chile- fue uno de los textos con los que andaba bajo el brazo, los que firmó sin problemas. En una muestra de merchandising improvisado, también habían otras de sus obras e incluso poleras con su nombre. Todo secundado por los últimos grandes escuderos de su vida, quienes lo resguardaron en todo el último año, desde que su esposa, Alejandra Lastra, falleció en 2020 por un cáncer de colon; su hija, Liselotte, y su mánager, Marcel Dupin.

A su alrededor, las guitarras y los navegados merodeaban también como testigos, casi como una instantánea de otra era. “Esto me recuerda a la Violeta y la Peña de los Parra, es la misma onda”, repetía el músico.

El periodista Cristián González Farfán estuvo presente y recuerda: “Se veía bien, echaba la talla y se quedó como una hora y media mirando atento a los artistas que tocaron. De pronto era ayudado por su hija o tenía que andar con su bastón. También le dieron un galvano”. En efecto, uno de los concejales de Limache le dio un diploma por su aporte cultural a la música chilena.

Pero su arribo a Limache y el homenaje que recibió había empezado un poco antes. Manns llegó durante la tarde para ser entrevistado por la propia emisora -en el programa Ecos del Valle-, en lo que ahora también se convierte en su último diálogo con un medio. Michael Aedo, gestor de la visita y representante del naciente centro cultural, comenta que el también escritor estaba ilusionado con convertir 2021 y parte de 2022 -o sea, el período posterior a la pandemia- en “el año Manns”, con apariciones, condecoraciones y tributos a su legado.

El cantautor junto a Michael Aedo

Aedo incluso realizó una jugada maestra: invitaron a Jorge Jil, alcalde de Olmué, para que Manns estuviera presente en la próxima edición del Festival del Huaso. Ambos conversaron y dejaron sellado el acuerdo: el cantautor sería jurado del certamen -independiente de la modalidad en que se desarrollara- y hasta se barajó la opción de que se subiera a cantar.

“Estaba muy estimulado con todo lo que pudiera pasar con él”, expresa Aedo.

Pero al destino dio el giro menos deseado. Cuatro días después, el miércoles 25 de agosto, Manns fue internado en Reñaca por una descompensación como consecuencia de su diabetes. Nunca más pudo volver a su casa ni levantarse para algún otro acto.

Junto al alcalde Jorge Jil,

En esa noche, en el recuerdo de los presentes, queda un discurso donde habló de la importancia de los centros culturales, de lo bien que se sentía y de lo contento que estaba col proceso político actual del país.

Aquí, un extracto:

“La cultura nacional, a través de sus esfuerzos y sus motivaciones... estas son cosas que cuesta mucho pensarlas en Chile, pero yo, en mi estadía en Francia, por ejemplo, me di cuenta de que en cada ciudad francesa hay una casa de la cultura. Los extranjeros que vivíamos en aquellos pueblos compartíamos con los que vivíamos ahí. Eran franceses de cepa y había húngaros, había paraguayos, argentinos, chilenos, brasileños, que se yo, franceses, ingleses, de todo el mundo, con sus productos. Por ejemplo, el Día de la cultura local, algo así... cada cual llevaba lo suyo. Por ejemplo, yo llevaba un poncho de Peñaflor, un sombrero de huaso, unas espuelas chilenas de huaso; llevábamos comida chilena, bebidas chilenas y a mi lado por ejempo un húngaro tenía su aguardiente propia, sus danzas propias, sus vestidos propios y era maravilloso.

Nos juntábamos prácticamente la humanidad entera en un lugar chiquitito. De eso no me he olvidado nunca y me da la impresión de que aquí se pueden hacer esas cosas. Se puede compartir, conversar, beber juntos estas noches maravillosas de nuestro país. De este Chile que está creciendo aceleradamente en estos días, de este Chile que va buscando su futuro con los ojos muy abiertos y las manos muy firmes, y sobre todo la certeza de que esta en la vía razonable, en la vía correcta, por primera vez Chile está políticamente correcto.

El 18 de octubre a mí me produjo un sacudón y me dije a mi mismo: Chile despertó. Chile está despertando. Y este despertar va a durar mucho tiempo y va a llegar muy lejos. Esa es la gran esperanza que tengo y quisiera contribuir en todo lo que fuera posible, dado mi estado de salud que todavía sigue un poquito débil. Un poquito no más. Voy como avión pa’ arriba. Y no se me caen los pernos todavía.

Así que queda Manns con pernos para rato, así que al servicio de ustedes, compañeros. Para cuando y donde sea”.

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