Leones, bombas y un fósforo fatal: la bitácora de los peores accidentes en los rodajes
El fatal tiroteo protagonizado por Alec Baldwin en la filmación de Rust es el último episodio de una trágica bitácora desde los inicios del cine. Empalamientos, miembros amputados, graves quemaduras, balazos mortales, palizas y secuelas de por vida. El celuloide ha costado la muerte y el dolor de sus trabajadores desde siempre.
Arena movediza
Medios como la revista Billboard pusieron en duda el accidente, calificando de “misteriosas” las circunstancias. Se hablaba de un truco publicitario para atraer al público al estreno de Across the border (1914). “El más grande de los largometrajes de la Guerra de México”, proclamaba un anuncio, “en el que la bella y atrevida protagonista, la señorita Grace McHugh, perdió la vida”, aludiendo a la escena en que la actriz cruzaba el río Arkansas a caballo en una zona de escasa profundidad. El animal tropezó, la actriz cayó al agua, otro jinete intentó ayudarla sin éxito, hasta que el operador de cámara Owen Carter se lanzó al rescate. Cuando parecía que lograba salvar a McHugh, y ante la estupefacción del equipo de filmación, quedaron atrapados en un banco de arena movediza. El cuerpo de Carter fue recuperado cinco días más tarde. El de Grace McHugh demoró doce.
Demasiado realista
El primer fallecido por disparo en una filmación ocurrió en el rodaje de The Captive (1915), dirigida por el legendario Cecil B. DeMille. En una escena, soldados debían disparar y derribar una puerta. Para darle realismo, los tiros fueron con munición de verdad. En la siguiente toma, las armas debían ser cargadas con fogueo, pero alguien lo olvidó volando la cabeza del extra Charles Chandler. La actriz Blanche Sweet, que decía sentirse “aterrorizada” por el director, lo acusó de instar el uso de balas en las escenas de acción.
Los riesgos y los accidentes se convirtieron en sinónimo de las taquilleras cintas de DeMille. En The Crusades (1935) cuatro jinetes rodaron junto a sus caballos. Los animales fueron sacrificados y los extras terminaron hospitalizados. El director se negó a pagar adicional a los accidentados alegando que habían “estropeado una simple escena”. En Unconquered (1947) el uso de flechas incendiarias y bolas de fuego en una batalla, dejó con quemaduras a nueve extras, incluyendo uno con pérdida parcial de su cabellera.
Rápido y furioso
Wally Reid parecía tenerlo todo: buena facha, cualidades atléticas, estudios en Princeton y en una academia militar, talento para escribir y muy interesado en dirigir en los albores del cine. Debido a su aspecto, se encaminó como actor convirtiéndose en el galán destinado a salvar a oscuros personajes femeninos en apuros.
Figura en los primeros clásicos de la pantalla como El nacimiento de una nación (1915) e Intolerancia (1917), así como en la primera versión de El Retrato de Dorian Gray (1913), entre decenas de títulos. Avanzando la década se especializó en otra veta que haría escuela en Hollywood: el héroe de acción, particularmente en autos de carrera, el primer Rápido y furioso si se quiere, en cintas como The Roaring road (1919) y Double speed (1920). Por si fuera poco, estaba felizmente casado con la actriz Dorothy Davenport. Tuvieron un hijo en 1917 y adoptaron una niña en 1922.
En el rodaje de El valle de los gigantes (1919), Wally quedó gravemente herido en un accidente ferroviario. En la hospitalización y convalecencia le fue suministrada morfina con la anuencia del estudio, hasta hacerse adicto. Reid cayó en depresión y se alcoholizó. Aunque intentó rehabilitarse con asistencia médica siguió en caída libre. Murió en los brazos de su esposa en 1923. Dorothy nunca más se casó.
Esa bomba no es broma
Harold Lloyd colgando de las agujas de un reloj gigante en altura, es una de las imágenes clásicas del cine mudo, cuando los actores cómicos como Charles Chaplin y Buster Keaton hacían gala de extraordinaria destreza física en arriesgadas escenas. Lloyd era de esa escuela. Hábil e ingenioso, ingresó a la industria colándose como extra. Tras un periodo de ensayo y error que incluyó imitar a Chaplin, dio con su personaje, un tipo de traje moderno y lentes redondos.
Filmando Haunted Spooks (1920), el actor hizo una foto promocional con una supuesta bomba de utilería que resultó ser real. Harold Lloyd perdió el pulgar y el índice, y quedó temporalmente ciego. Demoró ocho meses en recuperarse. Regresó a las filmaciones con una prótesis y siguió con las escenas de riesgo, incluyendo Safety last (1923), donde pende de las manecillas del reloj.
Fósforo fatal
El traje de la guerra civil prendió fuego por completo y jamás se supo cómo ocurrió exactamente. Martha Mansfield descansaba sentada en un vehículo cuando su pesado atuendo comenzó a incendiarse el 29 de noviembre de 1923, en medio de la filmación de The Warren of Virginia.
El protagonista Wilfred Lytell reaccionó lanzando su abrigo al rostro de la actriz. A su vez, el chofer de la estrella se quemó severamente las manos al intentar arrancarle la ropa en llamas. Trasladada al hospital, murió al día siguiente. Hay dos teorías sobre cómo se quemó. A) testigos aseguran que alguien le arrojó una cerilla. B) Mansfield encendió un cigarrillo para relajarse. Su madre descartó la opción dos.
Daño permanente
Dos millones 300 mil litros de agua se utilizaron para El Arca de Noé (1928). Se ahogaron tres extras, otro perdió una pierna y abundaron las fracturas, lo que condujo a la industria hollywoodense a tomar nota en temas de seguridad. La protagonista Dolores Costello, “La diosa de la pantalla muda” como la bautizó su marido el actor John Barrymore, enfermó gravemente de neumonía. Dolores fue madre del también actor John Drew Barrymore y abuela de la actriz Drew Barrymore.
En el Arca de Noé trabajó como extra un joven John Wayne. Años más tarde, bajo las órdenes de Cecil B. DeMille en 1942, Wayne quedó con daño auditivo hasta el fin de sus días por las escenas acuáticas. Bruce Willis también perdió dos tercios de la audición por el disparo de un arma en Duro de matar (1988). Linda Hamilton quedó con daño permanente en Terminator 2 (1991) en un oído, por no usar tapones en una escena de tiroteo al interior de un ascensor. Cayó de rodillas por el dolor, pero siguió actuando.
Las peores tragedias
Los testigos dijeron que las alas de los dos aviones que filmaban una escena de paracaidismo de la cinta Such men are dangerous (1930) se toparon, para luego chocar violentamente y estallar en llamas. Las aeronaves se precipitaron al mar cerca de Santa Mónica en Los Ángeles. Murieron diez personas, entre ellas el director Kenneth Hawks y otros cuatro miembros del equipo.
Filmar un iceberg para The Viking (1931), la primera película de la historia en registrar sonido y diálogos en el sitio del rodaje, costó la vida de 25 tripulantes de un barco que estalló, incluyendo ocho trabajadores de la cinta.
El drama histórico The Sword of Tipu Sultan (1990) cosechó éxito de audiencia y crítica en India, pero también fue tristemente célebre por el incendio que asoló los estudios Premier de Mysore en pleno rodaje. Insuficientes extintores y el amateurismo generalizado para enfrentar siniestros, se cobraron la vida de 62 personas. El protagonista Sanjay Khan resultó con quemaduras tan graves que su recuperación requirió 72 operaciones y 13 meses de hospitalización.
En el film ruso The Messenger (2002) murieron aplastados por una avalancha 42 miembros del rodaje, contando al afamado actor y director Sergei Bodrov Jr.
Empalado
El general George Armstrong Custer fue uno de los militares más mediáticos de la Guerra de Secesión. Con su muerte en la batalla de Little Bighorn en 1876 en contra de tribus nativas, y los posteriores libros biográficos escritos por su esposa, su figura fue recreada en el film They died with their boots on (1941), protagonizada por Errol Flynn y Olivia de Havilland, en la última aparición conjunta de ambos.
Durante el rodaje perdieron la vida un jinete que cayó del caballo quebrándose el cuello, un extra fulminado de un infarto, y el actor Jack Budlong. La muerte de este último fue horrorosa. Insistió en usar un sable verdadero en una escena de caballería bajo fuego. Una carga explosiva lo lanzó del caballo y al aterrizar, quedó empalado en el arma que debió ser de utilería.
Conjuntivitis eterna
La afamada actriz Katharine Hepburn tenía reparos con la escena de Summertime (1955) donde caía a un canal mientras intentaba una fotografía. El director David Lean insistió, ordenando verter sobre el agua un desinfectante que aumentó la espuma. Luego obligó a Hepburn repetir cuatro veces la toma. Esa misma noche la protagonista sintió molestias en los ojos, con picazón e intenso lagrimeo. El diagnóstico fue conjuntivitis y le acompañó de por vida.
Lluvia radiactiva
La operación Upshot-Knothole de 1953 implicó una serie de ensayos nucleares en Yucca Flats, Nevada. Al año siguiente se filmó cerca del área de prueba la película The Conqueror.
Según un artículo de 1980 publicado por la revista People, de 220 miembros del equipo, 91 desarrollaron cáncer. En 1981, 46 personas habían muerto por la enfermedad. Entre ellos, el director Dick Powell y el actor Pedro Armendariz, quien cometió suicidio en 1963 devastado por su condición terminal.
En los años 70 sucumbieron miembros estelares del reparto como Susan Hayward, John Wayne y Agnes Moorehead, la inolvidable Endora en La Hechizada. Los hijos de Wayne, que visitaron el plató, también padecieron cáncer.
En la nota de People, el doctor Robert C. Pendleton aseguraba que “con estas cifras, este caso podría calificarse de epidemia”. Sin embargo, el facultativo también observó que “la conexión entre la radiación de la lluvia radiactiva y el cáncer en casos individuales, ha sido prácticamente imposible de probar (...)”. El artículo obviaba un par de datos clave: el tabaquismo de los fallecidos, y que la tasa de pacientes de cáncer en los años 80 era de un 40% en la población.
Arde Godzilla
El actor Haruo Nakajima vistió el traje de Godzilla en 12 películas durante 18 años, como también apareció en las legendarias series infantiles Ultraman y Ultraseven, encarnando infinidad de monstruos, la razón de ser del cine kaijū, traducido como “bestia extraña”. Participó además con un pequeño rol en el drama épico Seven samurai (1954) de Akira Kurosawa. Hasta hoy es considerado como el mejor actor representando a Godzilla.
Filmando Varan el increíble (1958), Nakajima sufrió graves quemaduras por lo cual debió ser reemplazado. Hasta su retiro en 1972 encarnando a la legendaria criatura, aquella fue la única vez que cedió su lugar bajo un traje.
Sólo se vive dos veces
Los médicos intentaron reimplantar el pie del camarógrafo John Jordan durante la filmación de You only live twice (1967), pero cuando regresó a Inglaterra la amputación fue definitiva, tras ser alcanzado por las aspas de un helicóptero. Tres años después, cuando trabajaba a las órdenes de Mike Nichols como director de la segunda unidad de la cinta Catch-22, Jordan rehusó utilizar un arnés mientras grababa una escena de bombardeo. Se precipitó a la muerte desde la torreta de un avión B-25 a 1200 metros de altura.
Cortesía de la casa
Si bien el cuarto puñetazo de James Caan encarnando a Sonny Corleone pasa a medio metro del mentón de Gianni Russo -su cuñado Carlo Rizzi en El Padrino (1972)-, el resto de la paliza es bastante realista, con un saldo para Russo de dos costillas quebradas y lesiones en un codo.
La leyenda dice que ambos actores no congeniaban y Caan aprovechó de desquitarse. Lanza sobre una reja a su contendor, lo estrella contra la pared, lo golpea a dos manos, propina tres rodillazos, un par de patadas, le muerde los nudillos, le saca un zapato y se lo arroja al rostro, le da con un bote de basura en la cabeza y descarga tres golpes con la tapa, otras tres patadas, y una cuarta cortesía de la casa cuando ya había dado medio paso para marcharse.
El marcador indica 666
Películas cargadas en mala como The Omen (1976), pocas. A dos meses de iniciar el rodaje, el hijo del protagonista Gregory Peck se suicidó. En la cinta de trama satánica que aterrorizó a un par de generaciones en los 70 y 80 -conocida como La Profecía por estos lados-, el legendario actor debía lidiar con el destino de asesinar a su pequeño hijo, el mismísimo Anticristo.
Los rayos, protagonistas de una de las escenas más memorables, fueron los convidados de piedra del proyecto. Tres aviones distintos, donde viajaban Gregory Peck, el guionista David Seltzer y el productor ejecutivo Mace Neufeld, fueron alcanzados por descargas eléctricas. Un cuarto rayo sorprendió en Roma al productor Harvey Bernard. El director Richard Donner salvó de milagro a un atentado del IRA en el hotel donde se alojaba, pero fue atropellado durante la filmación.
Gregory Peck casi le arranca un dedo al actor que interpretaba a un taxista al cerrar una puerta; los rottweilers que protegían a Damian, el hijo del demonio, atacaron a sus entrenadores, y un cuidador que colaboró en la inquietante escena de los babuinos fue devorado por un león a dos semanas de las filmaciones. John Richardson, un técnico de efectos especiales que participó en la escena de decapitación, se vio involucrado al año siguiente en un fatal accidente automovilístico mientras trabajaba en la cinta A bridge too far. Liz Moore, su novia que le acompañaba, era una reputada escultora que había diseñado el niño estrella de 2001 Odisea en el espacio (1968), las figuras eróticas del bar de La Naranja Mecánica (1971), y diseños icónicos de Star Wars (1977) como C-3PO y el casco de los soldados imperiales. Liz murió decapitada cerca de la ciudad de Ommen. El accidente ocurrió en el kilómetro 66,6.
Cuidado con el gatito
Los padecimientos de Tippi Hedren a manos de Alfred Hitchcock en Los Pájaros (1963) no fueron nada comparado a la filmación de Roar (1981), la historia de un amante de la naturaleza que se va al África para disfrutar la vida salvaje, hasta que su familia llega de visita. Protagonizada por Noel Marshall, actor, director y productor ejecutivo de El Exorcista (1973), era también esposo de Hedren y padre de la actriz Melanie Griffith.
La familia completa protagonizó Roar, que pasó a la historia como una de las cintas más accidentadas de todos los tiempos debido a la presencia de animales salvajes, particularmente tigres y leones, en un proyecto que además demoró más de una década. En dos años de filmación se reportaron 48 heridos por ataques de animales.
De los 140 trabajadores, la mitad tuvo lesiones. Hedren fue golpeada por un elefante causando una fractura de tobillo que derivó en gangrena. Marshall estuvo a punto de perder un brazo por mordeduras de un león. Otro felino le causó ocho heridas en una pierna sumadas a otras once. También padeció gangrena y envenenamiento en la sangre por mordeduras y desgarros. Melanie Griffith fue atacada por una leona y terminó con 50 puntos en el rostro y riesgo de perder un ojo. El que sacó la peor parte fue el director de fotografía Jan de Bont. Un león le arrancó el cuero cabelludo. Requirió 220 puntos de sutura. Roar fue un fracaso de taquilla.
Jackie y Sly: Duros de matar
Jackie Chan se hizo famoso por sus coreografiadas peleas de artes marciales y proezas sin recurrir a dobles. La espectacularidad de sus escenas tiene una cara B, con todo lo que salió mal en distintas filmaciones.
Fue noqueado en la cinta Hand of death (1976). Un actor le voló un diente de una patada en Snake in the Eagle’s shadow (1978), y terminó con cortes en un brazo tras ser atacado con una espada que se suponía sin filo. Quemaduras de tercer grado en las manos al deslizarse por un poste en Police story (1985). Se cayó de cuatro metros en Armour of God (1986), se quebró el cráneo y fragmentos se alojaron en la masa encefálica, perdiendo audición en el oído derecho. Sus piernas fueron aplastadas por dos autos en Historia de un crimen (1993), y terminó con una pierna enyesada en Rumble in the Bronx (1995).
Otro aporreado histórico en filmaciones es Sylvester Stallone. En First Blood (1982) -Rambo I en esta parte del mundo-, Sly repitió tres veces la escena en que salta por un acantilado para caer en el follaje de un árbol, fracturandose varias costillas. Quedó contuso por las 19 tomas requeridas por la secuencia donde es aporreado en la cárcel. En la escena de la mina abandonada casi pierde un pulgar en un incidente con un arma.
Para Rocky IV (1985) exigió a Dolph Lundgren -el monumental Ivan Drago- que la pelea fuera real. Como resultado, estuvo internado ocho días. Los reiterados golpes redundaron en una hinchazón cardiaca y un peligroso aumento de la presión arterial. Sufrió una lesión cervical por luchar con Steve Austin en The Expendables (2010), y lesión lumbar por una caída en The Expendables 3 (2014), que implicó insertar placas metálicas en su columna.
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