Los proyectos cinematográficos que involucran la reunión de múltiples recursos y la participación de un ramillete de países nunca son simples. Lo saben los realizadores de La contadora de películas, el filme que esta semana ha copado los portales norteamericanos bajo el nombre The movie teller. O, lo que es lo mismo, la primera adaptación en formato largometraje de la exitosa novela homónima que Hernán Rivera Letelier publicó en 2009 y que se ha traducido a casi una veintena de idiomas.
En etapa de desarrollo desde 2010, la cinta primero sería dirigida por el brasileño Walter Salles (Diarios de motocicleta), quien se mantiene como uno de los guionistas de la producción. En otro momento, en 2018, se confirmó que la dirección recaería en la española Isabel Coixet (La librería), una especie de experta en adaptaciones de novelas. Ambos realizadores estuvieron seducidos en llevar a la pantalla la historia de María Margarita, la niña de 11 años de la pampa salitrera que posee el extraordinario don de narrarle a su familia y a su pueblo las películas que ve en el cine.
Tras una serie de vueltas y cambios ejecutados durante la pandemia, la cinta finalmente camina a paso firme para concretar su rodaje durante el segundo trimestre de 2022. Aunque ahora la silla de director cambió de ocupante, sigue estando reservada para una figura internacional, en este caso la danesa Lone Scherfig.
Nacida en Copenhague en 1952, la cineasta es responsable de títulos como Wilbur wants to kill himself (2002) y Italian for beginners (2000), ganadora del Gran Premio Jurado del Festival de Berlín. Pero probablemente es más conocida mundialmente como la autora de Enseñanza de vida, el drama sobre una joven británica (Carey Mulligan) que se enamora de un hombre mayor (Peter Sarsgaard) en el Londres de los 60, que estuvo nominada a tres premios Oscar, incluido Mejor película.
La contadora de películas la llevará a la misma década al sur del mundo, y probablemente a una recreación de época más exigente. Desde el equipo del filme comentan que la cineasta llegó durante miércoles a Santiago para emprender un viaje hacia el norte, específicamente hacia el pueblo de María Elena, en la región de Antofagasta, y alrededores.
El fin es buscar las locaciones definitivas que recibirán el rodaje, que se desarrollará íntegramente en el país y en idioma español, dos de las claves de un proyecto de ambición internacional y que suma esfuerzos desde España (A Contracorriente Films, de Adolfo Blanco), Francia (Selenium Films, de Vincent Juillerat), Chile (Al Tiro Films, de Andrés Mardones) e Inglaterra (Embankment, a cargo de las ventas de la película).
La visita de Scherfig también servirá para terminar de definir al elenco local, labor que lleva desarrollándose durante largo tiempo y hoy está bajo la conducción de la reconocida directora de casting Moira Miller (Joven y alocada, Una mujer fantástica).
En su primer anuncio oficial, la cinta oficializó a Bérénice Bejo, la intérprete franco-argentina que postuló al Oscar en 2012 por El artista y que ha protagonizado otros dramas como El pasado (2013), de Asghar Farhadi, y La quietud (2018), de Pablo Trapero. Ella interpretará a la madre de la protagonista, rol que a su vez asumirá Sara Becker, actriz chilena que también es parte de la serie No nos quieren ver (Mega, HBO Max).
El último nombre del elenco confirmado hasta ahora es el español Antonio de la Torre, doble ganador del Goya, por AzulOscuroCasiNegro (2006) y El reino (2018). Con los tres se logró calzar la agenda, uno de los grandes retos de las producciones audiovisuales en tiempos de pandemia y en medio de un atochamiento de rodajes.
Por mientras, el equipo internacional de La contadora de películas mantiene dialogo permanente con Rivera Letelier, quien si bien no figura como guionista (el texto es autoría de Walter Salles y Rafa Russo), “está muy cercano a la producción”, aseguran desde el proyecto.
Previamente, en 2015 la compañía Teatrocinema estrenó con éxito la versión teatral de la novela en el teatro CorpArtes. Y ahora, luego de una década de preparación, el largometraje le daría por segunda vez salida audiovisual a la creación del narrador chileno: también hace seis años, Fatamorgana de amor con banda de música inspiró el filme belga-francés Mirage d’amour avec fanfare. En esta ocasión, sin embargo, la ambición es que su imaginario anclado al norte del país tenga un alcance más global que nunca.