Un retrato letal: la historia tras Blanco en Blanco, la película chilena que va a la carrera por los Oscar
Protagonizada por Alfredo Castro, la cinta se filmó entre Tierra del Fuego e Islas Canarias. Su inspiración incluyó las perturbadoras fotos que le tomó Lewis Carroll a niñas y la masacre que cometió el rumano Julio Popper en contra del pueblo selknamn a fines del siglo XIX. Ahora inicia una áspera competencia frente a obras de cineastas como Paolo Sorrentino, Apichatpong Weerasethakul y Julia Ducournau.
Lo primero con lo que se encontró el director Theó Court fue con las imágenes de Julio Popper, un ingeniero de origen rumano que recorrió Asia, Europa y Norteamérica, hasta asentarse en Tierra del Fuego en 1886. Ese archivo de más de un siglo de antigüedad, compuesto de retratos de Popper junto a los miembros del pueblo selknam a los que mató como parte de su expedición en el fin del mundo, iluminó la realización de su segundo largometraje.
Nacido en Ibiza en 1980, y también autor de Ocaso (2010), el cineasta chileno-español encontró en ese momento la semilla de Blanco en blanco, la película que acaba de ser seleccionada como la carta local en la carrera por los Oscar según comunicó la Academia de Cine de Chile este miércoles.
“Esas fotos eran representaciones a posterior de lo que había ocurrido, una puesta en escena, porque la técnica de fotografía de placas de la época no te permitía esa instantaneidad. Investigando en archivos y crónicas, vi que ahí había un western, una historia que me llamó visualmente”, dijo el director a Cinemanía en 2020.
Dentro de un proceso que le demandó siete años de escritura, investigación y financiamiento, el realizador logró comprometer tempranamente a Alfredo Castro en el rol principal, un opaco fotógrafo de nombre Pedro que es enviado a la Patagonia para retratar a una niña que se casará con un acaudalado terrateniente conocido como Mr. Porter.
Si para dar forma a este último personaje –que nunca aparece en el filme pero que es una especie de sombra que acecha el relato– tomó inspiración de Popper, para crear al protagonista se basó en otro hombre europeo: Lewis Carroll y las perturbadoras imágenes que el autor de Alicia en el país de las maravillas le tomó a niñas.
“Son unas fotos bastante eróticas, incluso hay algunas directamente eróticas en las que las niñas están desnudas prácticamente”, explicó Court al medio Noudiari. “Me interesaba reflejar esa idea de un hombre obsesionado con la belleza y, de repente, que empieza a maquillar la muerte porque pasa a ser fotógrafo de las matanzas de los selknam”.
El personaje de Castro, según explicó el realizador a La Tercera este año, es “una especie de gelatina moral. Sin forma. Es un ‘voyeur’ bastante timorato que sólo logra manifestar alguna voluntad cuando toma fotografías y se expresa a través de estas imágenes”.
Pese a lo que puede sugerir su premisa, la perspectiva que adopta el largometraje en torno a la masacre en contra del pueblo selkman elude la denuncia. “Nunca quise hacer una película historiográfica sobre el pueblo selknam y en ese sentido si un espectador va a buscar eso puede sentir algo de decepción”, expresó a este medio, aunque de todos modos señaló que “yo llamo a la masacre selknam nuestro propio y pequeño Auschwitz”.
Una serie de viajes a Tierra del Fuego ayudaron a seguir construyendo la película, finalmente rodada entre el fin del mundo e Islas Canarias durante 2018. Coproducción entre España, Francia, Alemania y Chile, la cinta se estrenó en el Festival de Venecia de 2019, donde el filme se adjudicó el premio a Mejor director de la sección Orizzonti, en la misma ceremonia en que Joker se quedaba con el León de Oro del certamen. En el evento también fue galardonado con el premio Fipresci de la sección, otorgado por la prensa especializada.
Su triunfal debut en Venecia luego vino acompañado de reconocimientos en Toulouse y, localmente, en Viña del Mar y Sanfic. Su estreno abierto a público, en tanto, se vio postergado por la pandemia, hasta mayo de este año, cuando se realizaron funciones digitales en la plataforma Punto Play.
Ahora el filme comenzará una ardua ruta hacia el Oscar a Mejor película internacional, donde ya se encuentran preseleccionadas cintas como The hand of God, del italiano Paolo Sorrentino; Memoria, del tailandés Apichatpong Weerasethakul (representante de Colombia), y Titane, con la que la francesa Julia Ducournau ganó el último Festival de Cannes.
Una anécdota: a pesar de estar filmada en buena parte en el país y tener director y protagonista chilenos, el propio Theó Court reconoció, en declaraciones a Noudiari en 2019, que su película es en un sentido más europea que chilena. “El 80 por ciento de la financiación de la película es española. En términos de producción es una película española”, expresó.
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