El futuro inmediato de Lollapalooza se juega en el Concejo Municipal de Santiago. Esta semana, las ocho concejalas y dos concejales que integran esa institución resolverán si la alcaldía finalmente arrendará o no el Parque O’Higgins para el evento de marzo. Las ocho concejalas ya anunciaron preliminarmente su rechazo al festival, lo que, de mantenerse, supondría un golpe difícil de revertir para la edición 2022 del mayor espectáculo musical del país.

Es, finalmente, el único punto que resta por resolver a la organización, que espera el visto bueno de la municipalidad para anunciar formalmente a sus artistas y volver al predio donde montan el evento desde su debut en 2011. Y aunque desde Lotus, la productora a cargo del festival, comentaron días atrás que las reuniones con la alcaldesa de Santiago Irací Hassler habían sido auspiciosas, la jefa comunal dejó la determinación en manos de los concejales, luego que diversas comisiones del concejo plantearan su negativa a arrendar el parque para Lollapalooza, debido a los supuestos daños que este significaría para el predio y para la rutina de los vecinos.

El escenario se ve complejo para la décima edición de Lollapalooza en el país y así lo han entendido también diversos artistas nacionales, que ven con inquietud la posible cancelación por tercer año consecutivo de una de sus instancias de trabajo más importantes del año. Por lo mismo, desde la semana pasada, una serie de grupos y solistas han enviado cartas formales a los integrantes del Concejo Municipal de Santiago y también a la organización de vecinos del barrio Rondizzoni que se opone al evento -que ayer domingo se manifestaron en el mismo parque-, destacando lo vital que es el festival para un sector especialmente golpeado por la pandemia.

Foto: Patricio Fuentes Y./ La Tercera

“Queremos comunicarles oficialmente lo importante que es para nosotros como artistas que este evento se realice. No sólo es una fuente laboral para nosotros, sino que también es una importante plataforma que visualiza nuestro arte”, planteó Pedropiedra en una misiva dirigida a concejales y vecinos.

“Su realización después de casi dos años es determinante también en la proyección de nuestra economía que se ha visto fuertemente golpeada, dado que este importante escenario también nos abre la puerta a nuevas actuaciones”, señalaron por su parte los integrantes de Quilapayún en una carta firmada en nombre del conjunto.

Lo mismo hicieron artistas como Beto Cuevas, Princesa Alba y Stefan Kramer, quienes también enviaron cartas de apoyo formales a la producción en pos de la realización de la cita.

“Es lamentable que luego de un cambio de administración municipal que todos pensamos que iba a ser beneficioso para los músicos y para el barrio, ocurra esto. No entiendo la jugada. Hay muchos grupos de vecinos que sí están de acuerdo con que se haga el festival”, comenta a La Tercera PM la cantautora Javiera Parra, una de las artistas nacionales que había acordado su participación en el Lollapalooza chileno de 2020, suspendido por la pandemia y postergado hasta marzo.

“No me cabe en la cabeza que ocurra esto viniendo del estallido y la pandemia, después de casi tres años en que los músicos hemos tenido este vacío gigante. No se puede entender que una nueva alcaldesa joven, con comprensión de lo precario que funciona el arte en este país, deje que el Concejo decida por ella. Me parece súper grave y no me queda clara si ella tiene toda la información, porque el mundo de la cultura, de la música, son cerca de 9 mil trabajadores que se ven afectados con esto”, agrega la líder de Los Imposibles.

Una visión que comparte su colega Fernando Milagros, otro músico que ha participado en diversas ocasiones del festival santiaguino.

“La plataforma de Lollapalooza ha sido desde el comienzo súper importante para artistas internacionales y nacionales, nos obliga a ser más profesionales, genera un movimiento de industria que antes no existía en Chile. Entonces creo que es bien violento que nos sigan golpeando. Nosotros también necesitamos trabajar”, dice a este medio.”Lo primero que me choca cuando me entero de la noticia es eso, porque el sector de la música ha sido golpeado sistemáticamente desde el estallido social y la pandemia, un sector totalmente invisibilizado por este gobierno. En las medidas sociales que se han tomado no nos han nombrado, entonces que empiecen a ocurrir este tipo de trabas que nos imposibiliten seguir trabajando a roadies, choferes, proveedores, músicos, técnicos, me parece bien chocante”, añade el cantautor.

En ese punto, los artistas consultados subrayan que la organización del festival ha planteado a diversas administraciones municipales de Santiago su intención de ser parte de las mejoras en el parque. Una propuesta que desde Lotus aseguran vienen presentado a la alcaldía desde 2011 y que este año se actualizó, planteando mayor protección a las áreas verdes del recinto, un proyecto de sostenibilidad “y un legado social y cultural enfocado a mejoras sustanciales en la implementación deportiva del parque y en mejoras de accesibilidad universal”.

“Lo más importante de toda esta discusión es que hay mucha desinformación, como si la nueva propuesta que hizo Lotus no le hubiese llegado a la alcaldía”, señala Javiera Parra.

“Durante las últimas administraciones Lotus ha insistido en que la plata que se paga por Lollapalooza por concepto de arriendo sea reinvertida en el Parque O’Higgins. Entonces lo que uno no entiende es que se han farreado la posibilidad de que esa plata se use efectivamente para el parque. No creo que haya ningún otro evento que devuelva en términos económicos lo que Lollapalooza genera, ni tampoco que esté preocupado de la sustentabilidad del parque. No se ha talado un solo árbol para hacer Lollapalooza”, explica.

Y agrega: “A mí me consta que la productora ha ofrecido estas instancias, y que la propuesta se mejoró. Yo la tengo, pero no sé si otros eventos de ninguna índole están tan preocupados de pensar en los vecinos, en la sustentabilidad, en la ecología. Quisiera saber si la Parada Militar, o las fondas, o cualquier evento que se hace allí trabaja con esos estándares”, dice la solista.

Mario Mutis, bajista de Los Jaivas, otro conjunto que ha pasado por los escenarios del festival capitalino, cree que tanto la producción como el municipio deben acoger los planteamientos de los vecinos del parque, pero que, en sus palabras, “la solución no puede ser cancelar Lollapalooza”.

“Esto de que se rompe el parque, de que hay muchos autos estacionados, son cuestiones de poca envergadura y de fácil solución, porque habiendo financiamiento se pueden solucionar”, explica el músico.

“Es una obligación de Chile como país llegar a un acuerdo y solucionar los problemas, porque no podemos ser tan giles de perder un evento de esta magnitud”, agrega Mutis. “Es un evento de carácter internacional y Chile tiene muy pocas posibilidades como país pequeño de acceder a eventos de esta envergadura. Uno que muestra a artistas internacionales que no siempre tienen la posibilidad de llegar al público chileno y una vitrina muy buena para los artistas nacionales. Si no lo hacemos probablemente lo lo vamos a perder”.

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