Explorar culturas no tan retratadas en producciones estadounidenses pareciera ser uno de los objetivos actuales de las animaciones que llevan el sello de Disney. Y si previamente estas asestaron golpes de éxito rotundo con relatos que tuvieron como inspiración principal a países como México o Italia, su película más reciente amplía el catálogo y suma una cuidada reproducción de Colombia bajo el nombre de Encanto.
Se trata de la nueva cinta de Walt Disney Animation Studios que narra la historia de la familia Madrigal, un clan que vive en una casa mágica escondida entre montañas y que goza de una particularidad: cada uno de sus miembros posee un don especial -desde una fuerza sobrehumana hasta poder comunicarse con los animales- que sirve como apoyo a la comunidad que los rodea.
Naturalmente, la protagonista Mirabel (Stephanie Beatriz) es la excepción a la regla. Como la única Madrigal común y corriente, es quien debe embarcarse en un aventura para resguardar a su familia y a aquellos poderes mágicos cuando todo lo que se ha construido a lo largo de tres generaciones comienza a desmoronarse súbitamente.
“Desde el primer día, supimos que queríamos contar una historia con una familia extensa”, comenta el director Jared Bush en una conferencia virtual en la que participó Culto. “Así que al principio, toda la investigación fue realmente sobre nuestras propias familias. Y encontramos estos arquetipos: la oveja negra, el favorito, el responsable o la mamá que cura con su comida. Entonces, lo que intentamos hacer fue tomar estas dinámicas muy familiares y luego simplemente agregarlas y hacerlas mágicas”, aclara sobre el filme que se estrena este jueves 25 en salas chilenas.
Ahora, a la cabeza del proyecto junto a Bush también está Byron Howard, concretando una nueva reunión de la dupla que en 2017 se alzó con el Oscar a Mejor película animada por Zootopia. De hecho, el germen de lo nuevo precisamente se gestó tras aquel proyecto de animales antropomórficos, donde la idea no tan solo fue trasladar la nueva aventura a Latinoamérica, sino que también añadir una buena dosis de música, y quizás pasar con una de esas pistas a aquella privilegiada y pegadiza playlist compuesta por las canciones más notables de la compañía.
Con ese último punto en mente reclutaron a un par de nombres importantes para dar forma a lo sonoro. Como parte de las composiciones originales sumaron a Lin-Manuel Miranda (Hamilton) y Germain Franco, mientras que Carlos Vives y Sebastián Yatra integraron las voces de la banda sonora.
“Definitivamente estábamos muy inspirados por el realismo mágico”, dice la guionista y codirectora Charise Castro al ahondar en uno de los puntos centrales que dotaron de personalidad al proyecto. “Estaba leyendo 100 años de soledad y El amor en tiempos del cólera de Gabriel García Márquez y también a Isabel Allende con La casa de los espíritus. Un montón de realismo mágico diferente mientras comenzábamos a trabajar en esta película”, puntualiza sobre una idea que se formuló durante cinco años.
Eso sí, armar el entramado fantasioso y en clave de homenaje conllevó que los realizadores viajaran Colombia en 2018 para recorrer distintos pueblos y ciudades como Bogotá, Barichara y Cartagena. Incluso, dándose el tiempo para buscar expertos en botánica, vestuario y arquitectura con el fin de recrear con la mayor fidelidad posible cada uno de los fotogramas de la cinta.
Y si bien se podría pensar como un producto bastante local, parte de la gracia de la apuesta es que remece fibras globales. Algo así como una réplica de la formula que utilizó Coco (2017) en su momento.
“Es una historia totalmente universal, no es una película sobre Colombia, podría ocurrir en cualquier lugar del mundo”, explica la actriz Angie Cepeda en otro encuentro con este medio, voz de Julieta Madrigal, madre de la protagonista. “Está hablando de la familia, de los roles que también cumplimos y asumimos dentro de nuestro núcleo y de qué tanto lo conocemos o qué tanto nos conocemos a nosotros mismos”, agrega Cepeda.
Apuntando a convertirse en uno de los éxitos de un período que se debate entre los estrenos en streaming y las funciones presenciales, el filme de animación número 60 del estudio se perfila además como una sus creaciones visuales más complejas, según su productor Clark Spencer, reconocido por estar involucrado en largometrajes como Lilo y Stitch y Ralph, el demoledor.
“Disney tiene esta gran tradición de contar historias increíbles y emocionales. Hay muchos lugares, historias y tradiciones en todo el mundo que la gente no conoce y esta película es uno de esos casos”, dice Byron Howard durante el encuentro con la prensa. “Estoy muy entusiasmado con los próximos diez años de animación, porque tenemos cineastas que van a ampliar lo que estamos haciendo con nuestra narrativa”, cierra el director.