Flor de Rap dice recordar lo que pasó por su cabeza en esos segundos que transcurrieron mientras volaba por los aires, tras ser chocada por otro auto en Vicuña Mackenna con Camino Agrícola la mañana del 8 de septiembre.
“Yo pensaba: ‘Tengo que llegar al videoclip, no podís morirte Flor’”. No era su momento -dice ahora-, ni ese ni ninguno de los otros en que la vida la puso a prueba. Pese a que en sus 32 años el destino se ensañó muchas veces con ella, la cantante insiste en torcerle la mano una y otra vez.
“He encontrado una tranquilidad que es lo que he buscado toda mi vida. Tiene que ver con estar bien junto a mi familia, con ser feliz”, explica Ángela Lucero Areyte, nacida en Santiago pero criada en Antofagasta, madre de tres hijos, exconcursante del programa Masterchef y una de las voces más interesantes y combativas del hip hop chileno de los últimos años, además de protagonista de una historia de vida plagada de sinsabores y eventos traumáticos que a la mayoría hubiesen hundido o desarmado.
A ella la terminaron haciendo más fuerte y la ayudaron a encontrar su propia voz. La misma con la que narró muchos de esos episodios en Inmarchitable, de su primer disco de 2018. Un hogar vulnerable y violento, el abuso sexual que sufrió por parte de un familiar “que robó mi infancia” -canta-, sus diversos ingresos y escapes del Sename. También el suicidio de su padre, que se quemó a lo bonzo frente a su hermano cuando ella tenía 12 años, movido por la depresión y la separación de su esposa.
“A pesar de que fueron cosas terribles creo que hoy son mis fortalezas, mi forma de ser la voz de los sin voz, porque un montón de gente vive cosas similares y cuesta mucho a veces expresarlas o liberarlas”, dice la solista, quien acaba de liberar su tercer disco, Mariposa. Uno de los lanzamientos destacados del semestre y una analogía de la metamorfosis que asegura estar viviendo en lo personal pero también en lo estilístico. Lo suyo, de hecho, ya no es sólo rap y en sus diez nuevas canciones hay también trap, R&B y hasta un bolero (Solo contigo) junto a Demian Rodríguez.
“En el ámbito personal hoy me amo más que nunca. Estuve tantos años encerrada en mi capullo, tratándome mal, no queriéndome, haciéndome daño. Pero hoy me siento feliz conmigo y lo quería expresar en estas canciones, con distintos estilos hablar de lo que he hablado siempre, de la superación, de salir adelante, de luchar, de creer en uno y atreverse. No hay adversidad que me haya podido parar y eso me gusta traspasar en mis canciones”, dice Lucero, quien menciona entre sus referentes nombres tan diversos como Ana Gabriel y Vico C.
Algo de ambos hay en su música, que hoy también suma nuevos tópicos, como la sororidad (Báilalo mujer, con Denise Rosenthal) y la maternidad, presente en Real love, a dúo junto a su hija Rossanita, con quien ya había cantado ocho años antes en un video viral que la terminó haciendo famosa. “Me di cuenta que al simplificarme un poco aportaba más a mi vida, hago que mi música se expanda, que pueda llegar a muchos más oídos”, comenta.
Su ingreso a un reality show culinario tuvo en parte el mismo objetivo: volverse universal, ser escuchada por niños, niñas y gente de la tercera edad, “decir soy rapera y no soy una delincuente, esta es mi historia de vida y mira lo que soy, mira lo que quiero lograr”, dice a modo de leitmotiv al cierre de un año consagratorio y especialmente acontecido en el que otra vez salió adelante.
“Como estoy acostumbrada a que pasen cosas, siempre estoy preparada para lo que sea”, advierte.