Debieron pasar dos años para que Succession, una de las series más elogiadas del mundo de la TV y el streaming en la actualidad, pudiera seguir su rumbo natural. Frenada por razones pandémicas, la historia familiar del magnate Logan Roy (Brian Cox) volvió recién en octubre pasado, despertando la admiración de la crítica y desplegando un relato que no solo indaga en buscar un heredero, sino que también en aquella amalgama de poder, mentiras, traiciones y problemas de escala millonaria desprendidos del imperio del octogenario.

La apuesta que debutó en 2018 se sitúa actualmente como una de las piezas fundamentales de la TV, siendo parte de las creaciones más reconocidas en años marcados por una oferta de producciones tan amplias como insondables.

Y si su retorno logró congregar a 1,4 millones de espectadores, este domingo busca repetir el éxito de cifras con la emisión del noveno y último episodio de su tercera temporada (a través de HBO y HBO Max).

Eso sí, cuando se trata de sacar cuentas ad portas de una nueva conclusión del núcleo Roy, surge una pregunta inevitable: ¿estuvieron los capítulos más recientes a la altura?

“Me gustan. Es una temporada quizás más desafiante en algunos aspectos, más enfocada en los personajes y sus dolores”, define el guionista Enrique Videla, conocido por su trabajo en series como Prófugos y Dignidad.

“Tiene un poco menos de esa cosa vertiginosa que tenían las dos primeras, mucho más centradas en la intriga y la sucesión. Cuando la familia de alguna manera se divide al final de la dos, cambia un poco el tono, haciéndose más introspectiva, sombría. Eso me ha llamado la atención, es distinta”, detalla. “Pero yo diría que por la calidad de la historia, el trabajo de personajes, la actuación y el ritmo, es la mejor serie al aire”.

Pensamientos similares comparte el coguionista de Mala junta y Mis hermanos sueñan despiertos, Pablo Greene. “Fue muy refrescante en el último tiempo”, menciona sobre lo más reciente.

“Ha tenido un ritmo distinto y hay gente que ha estado media insatisfecha, pero creo que ha construido consistentemente personajes cuyos arcos uno cree conocer o saber a dónde van, y a cada rato te van sorprendiendo con cosas que uno no vio venir, pero que si lo piensas bien, siempre estuvieron ahí. Nada es gratuito. En ese sentido está todo súper bien hilado, es muy entretenida y una buena temporada”.

Luego sigue: “La temporada dos terminó con un gran cliffhanger donde Kendall (Jeremy Strong) por fin se convirtió en un asesino, donde parecía que finalmente iba a tomar las riendas de su vida y de la compañía y quedamos todos con esa tónica. Efectivamente partió así, pero la tercera se fue por otro carril rápidamente y a eso voy, rompió mis expectativas de lo que esperaba y a donde creía que iba a ir el guión. Pero, lo hizo de forma súper consistente, fue un giro de manubrio que te hace decir ‘hey, esta era una opción totalmente viable, solo que yo estaba esperando ver lo que quiero ver’”.

Aquellos tonos y giros explorados por la ficción la alzaron previamente como la gran ganadora en distintas ceremonias. De hecho, entre sus dos primeras temporadas consiguió nueve Premios Emmy (de 23 nominaciones) y dos Globos de Oro. Claro que ahora no solo podría aparecer en listado de la edición 2022 de los certámenes, sino que también conquistar a otro sector de la industria en los Critics’ Choice Television Awards, donde ya lidera con menciones en ocho categorías.

“Los personajes de Succession son fascinantes en sus torpezas y sus fracturas internas, y eso a uno lo hace volver”, dice Gonzalo Maza, guionista y fundador de schoolofguion.com, al rememorar los capítulos recientes del drama. Quien a la vez destaca uno de los aspectos más aclamados: los diálogos y ese guión ácido, incorrecto y repleto de humor negro que sirve como espina dorsal de cada capítulo.

“Uno espera qué brutalidad asquerosa y agresiva va a soltar el personaje de Roman (Kieran Culkin), o cuan extraviados están personajes como Greg (Nicholas Braun) o Connor (Alan Ruck). Ahora, hay una energía alfa en los principales (papá Logan versus hijo Kendall) que entiendo a que mucha gente hace ver la serie, pero es lejos lo que menos me interesa”, sigue el hombre detrás de los guiones de Una mujer fantástica y Ella es Cristina.

“Es una serie eléctrica que perfectamente podría ocurrir en Chile. Creo que eso resuena mucho cuando uno la ve y piensa en los herederos de empresas chilenas que (a escala menor) están en la misma disyuntiva que los hijos de Logan Roy. Retrata muy bien la hipocresía y la adulación que circula en esos mundos, y el contraste que tiene eso con la violencia reprimida y una cuenta que siempre quiere pasarse a quienes fueron tus padres, sobre todo si amasaron mucho dinero”.

Un imperio que apunta alto

Y aunque suena anticipado intentar medir el impacto de la serie en la historia de la televisión, hoy existen indicios de que podría pasar a formar parte de aquel podio de producciones inolvidables gestadas en las últimas dos décadas.

En octubre, la BBC la incluyó en el décimo puesto de las 100 mejores series del siglo XXI, consagrando el fenómeno con apenas 21 episodios emitidos por ese entonces. Aquel ranking la posicionó por debajo de emblemas como The wire o Breaking bad, y a la vez superando a otros contendientes como House of cards y True detective.

Pero hoy no solo se mide frente a tramas ya concluidas. Sin ir más lejos, el pasado miércoles el American Film Institute, reputada entidad que año a año corona a lo más destacado del mundo audiovisual, situó los pasajes recientes de la familia Roy dentro de las diez mejores series de 2021. Un listado exclusivo donde también aparecen otros nombres que se han apoderado de las conversaciones durante los últimos meses: Ted Lasso, Las cosas por limpiar o Reservation dogs.

“Si vamos en la temporada tres todavía creo que es pronto para emitir el juicio de si va a ser o no una serie histórica. Por ejemplo, con las primeras tres temporadas de Mad men la gente decía ‘esta es una de las mejores series de todos los tiempos’, pero con el tiempo perdió ese rol tan icónico en la discusión. También pasó con El cuento de la criada que tenía una primera temporada demoledora y después se desinfló, y Homeland también con una primera temporada prácticamente perfecta que perdió peso más tarde”, comenta Videla.

Por el contrario, Greene es un poco más optimista cuando se intenta trazar su futuro. “Creo que ocupará un lugar potente (en la historia) y es que habla mucho de nuestra sociedad”, puntualiza sobre la propuesta que ahora se encamina a una cuarta parte confirmada por la cadena, pero sin fecha de estreno definida.

“Si lo ves a largo plazo, es una de esas series que sirven para entender qué pasó en estos tiempos. Un buen retrato de una elite absolutamente acomodada y desapegada de la realidad, sin ninguna empatía por quienes no son parte de su 0,1%, pero también es una imagen de una sociedad fragmentada, de la hegemonía de los medios y especialmente de la tremenda desigualdad de oportunidades”, concluye.