Crítica de discos de Marcelo Contreras: propuestas diversas con Neil Young, Green Day y Plumas

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Neil Young reflota el estilo que lo ha transformando en leyenda, mientras Green Day salta al pasado para rememorar sus mejores y veloces años. El nuevo proyecto chileno Plumas aún requiere ajustes.


Plumas - Plumas

La pandemia contagió de nostalgia a los líderes del fenómeno pop Moral Distraída, los hermanos Abel y Camilo Zicavo, derivando en esta aventura bautizada Plumas que indaga y reinterpreta la música con la cual crecieron. Figuran como productores Francisco y Mauricio Durán de Los Bunkers, y la ingeniería del reputado Pablo Giadach, entre otros. Estos créditos optimizan todo lo posible un material ampuloso, semejante a un musical con referentes de matriz Beatle, contando Electric Light Orchestra y Fito Páez. Otras canciones ofrecen rock ruidoso de difícil tránsito, zigzagueante entre un punk ininteligible, y el funk metal según el evangelio de Chancho en Piedra. La sensación emanada de estas composiciones ligeras a pesar de las grandilocuentes intenciones, es de perfecto aderezo para una serie Disney cargada de mensajería positiva, en un empaque liviano y desechable, coincidente con el efecto de Moral Distraída. Las voces destempladas y chillonas junto a unos versos de discutible cuadratura, contribuyen a un pop oportunista y ramplón. De nada sirve colorear con los fondos lisérgicos y renacentistas de Lennon y McCartney, si el material de base redunda en clichés.

Green Day - BBC Sessions

American Idiot (2004) marcó un punto sin retorno para Green Day. Emigraron del power pop con linaje punk interpretado con furia y resolución, para convertirse en una especie de orquesta punk desnaturalizada con la costumbre de dominar masas desde estadios. Como toda banda de renombre, registran periodos clásicos. Esta selección de sesiones para la BBC rastrea su mejor etapa entre 1994 y 2001.

De Dookie hay éxitos inapelables como She, When I come around y Basket case, conducidos con energía ramoniana. En 1996 grabaron Geek stink breath y Stuck with me, entre otras, en una pasada donde el sonido guitarra-bajo se espesa y la batería clava precisa y contundente. Un par de años después estamparon material de Nimrod (1997) como Redundant y Hitchin’ a ride, que despegaba impecable en otras direcciones. Hacia 2001 registraron temas de Warning (2000), cortes como Castaway, Church on sunday, Minority y Waiting.

Ante la falta de público, la experiencia permite redescubrir el material como si se tratara de remezclas y tomas alternativas. En paralelo, reconecta con una seguidilla de canciones macizas y memorables a más de dos décadas.

Neil Young & Crazy Horse - Barn

Esta sociedad por más de medio siglo entre el músico canadiense y la banda de Los Ángeles, refleja las grandezas del rock como actitud de vida, y a la vez concita parte de las razones por las cuales el género cedió en relevancia. Neil Young & Crazy Horse representan longevidad y autonomía con un recetario conservador en el terreno musical, otra cosa son las lúcidas letras de Young. El rock que producen persiste acalambrado, tosco y espontáneo. Barn parte a fuego lento con Song of the seasons -armónica, guitarra acústica, acordeón y plumillas-. La nostálgica Heading west chasquea como latigazo recordatorio: Neil Young es el padre del grunge. Chain ain’t never gonna sugiere al abuelo de Los Simpsons rockeando. La autobiográfica Canerican describe su configuración entre Canadá y EU. They might be lost es un relato reflexivo campirano. Guitarrazos, solos aullantes y escasa muñeca en las baquetas componen la apocalíptica Human race, contrapuesta al jugueteo de Tumblin’ thru the years. Welcome back resalta la sensación de ejercicio en el momento. El cierre de aire hippie ecuménico Don’t forget love, declara principios de amor y paz con música detenida en el tiempo.

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