No fuimos tan afortunados como Peter Jackson”, bromea Ajoy Bose, conversando vía Zoom con Culto y contraponiendo el recién estrenado documental de Disney+ con su propio proyecto, The Beatles in India.
“Pero encontramos muchas horas de filmación para utilizar y las unimos en una historia que no solo trata acerca de la música, sino que más bien sobre dos culturas que se encuentran. Hoy en día se habla de apropiación cultural, pero para mí no es ese el caso, porque creo que el interés de los Beatles con la India fue en búsqueda de sabiduría ancestral”.
El escritor político de origen indio, autor también del fascinante libro Across The Universe: The Beatles in India (Penguin Books), obra que inspiró la gestación posterior del documental que le complementa, está consciente de las diferencias a nivel de presupuesto entre su iniciativa y y el monumental Get Back que ha cautivado a los beatlemaníacos repartidos por el globo las últimas semanas.
Pero Ajoy apunta a que, de alguna manera, la relación de los Fab Four con la cultura india es una de las semillas de lo que hemos visto en Get Back. El famoso viaje a Rishikesh de febrero de 1968 tuvo lugar tan solo seis meses después de la muerte de su mánager Brian Epstein, en un momento que definiría el curso de la banda y los caminos que cada uno de ellos tomaría posteriormente.
El llamado White Album nació de aquel estado de búsqueda y apertura, de renacimiento y carta blanca en todo aspecto en el que el cuarteto se sumergió durante su estadía en el ashram del Maharishi Mahesh Yogi, personaje aclamado en su momento, despreciado después.
“No tenían en mente hacer un disco, por eso el Álbum Blanco no tiene estructura y expresa una liberación de esa idea, al contrario de Sgt. Pepper’s o Magical Mystery Tour”, comenta Ajoy. “Estar ahí en la jungla fue diferente a todo lo que habían experimentado hasta entonces y les hizo salir de ellos mismos, les liberó a tal punto que muchas de sus relaciones se quebraron desde entonces. Las semillas de su disolución se encuentran en aquella experiencia”.
Según el director, el momento en que los Beatles conocieron al Maharishi fue propicio para mantener su cordura, en especial en el caso de John Lennon.
“John se hubiera desmoronado más tras la muerte de Epstein, que fue un golpe terrible. Quizás hubiera colapsado por completo, sobre todo si le sumas su uso exacerbado de las drogas. Pero creo que ese viaje al ashram fue el final de una fase en particular de los Beatles. Todo lo que viene después es el fin del juego, pero los Beatles son tan fantásticos que, tal como nos muestran las tomas que ves en Get Back, incluso en el final, cuando ya no se hablaban y todo era tenso entre ellos, al tocar música juntos creaban algo maravilloso. Es algo raro que una banda sea capaz de hacer eso. Eran únicos, porque su música florecía incluso ahí”.
Viaje por un día
Pero aquel viaje a la India, que es el más recordado por los fans, no fue el primero. En 1966, debido a la salida apresurada de la banda huyendo de un momento incómodo y peligroso en Filipinas, ocasionado por un supuesto desaire a la primera dama Imelda Marcos, la banda hizo escala en Bangkok para posteriormente aterrizar en Nueva Delhi y, a escondidas del acecho de los fans, aprovecharon de comprar un sitar.
Si bien no tuvieron tiempo de conocer con detención el país que ya había cautivado para entonces con su música el espíritu de George Harrison, fue un año después, animado por su entonces esposa Pattie Boyd que el beatle silencioso conocería antes que el resto de sus compañeros al Maharishi, atendiendo una charla sobre meditación trascendental en el Hotel Hilton de Londres, en agosto de 1967.
“El caso de George fue bien particular, porque su interés por la sabiduría hindú era intenso. Por algo llegó a convertirse al hinduismo”, explica Ajoy. La inquietud del guitarrista contagió a los demás, que se encontraban en un momento de exploración y apertura propiciado por las drogas psicodélicas.
“India y las drogas coincidieron en un momento en que ellos querían ver más allá de lo ordinario, más allá de la cultura comercial. Vivían en Occidente, pero no estaban satisfechos con eso, y querían que su música también lo reflejara”.
The Beatles no fueron los únicos. Los primeros atisbos del llamado raga rock fueron estampados por The Kinks con nueve meses de antelación a Norwegian Wood de Lennon, con su See my friends, la que se le ocurrió a Ray Davies tras una parada de la banda en Bombay, en enero de 1965. Los Yardbirds grabaron Heart full of soul en junio del mismo año en una de sus primeras grabaciones con Jeff Beck, y los Rolling Stones tallaron Paint it black en mayo del 66.
Todos se dejaron permear, buscaban algo más y la filosofía india los llevó a hacerse preguntas sobre quiénes eran, dónde estaban y hacia dónde iban. Pero todo eso funcionó como una simbiosis especial en el caso de los Beatles, entre ellos y la cultura india y la música india, que en su caso la utilizaron para gatillar cosas nuevas en sus creaciones, grabando cosas al revés, utilizando varios instrumentos indios como la tambura, la tabla, o el sitar, que les ayudaron a enriquecer su música y hacerla más compleja”.
Cuidado con la oscuridad
Durante la investigación que nutrió el filme, la ex esposa de Harrison, Pattie Boyd, le concedió a Ajoy una entrevista extensa y reveladora -”y no habló con ningún otro periodista de mi país”, confiesa honrado- la cual le dio luces claras sobre el cambio de mentalidad que ocurrió en el hombre que le dedicó alguna vez Something. Se trataba de una actitud diferente ante la vida, que incluso le llevaría a dejar partir a Boyd rumbo a los brazos de su colega y amigo Eric Clapton, tras una crisis matrimonial que involucró aventuras con otras mujeres y un amorío con la esposa de Ringo Starr, Maureen.
“Pattie me contó que, tras ese viaje, George se fue metiendo de lleno en la espiritualidad. Tanto así, que hay una fotografía maravillosa que ella tiene donde George tiene un look a lo Jesucristo. Me contó que él parecía haberse ido a otro mundo. George estaba moviéndose hacia otro plano, y es cosa de fijarse en su vestimenta ya hacia el final de los Beatles, te das cuenta de su simpleza. Pienso que All Things Must Pass es un disco grandioso por eso, porque él nunca pudo expresarse bien en los confines de los Beatles, y luego encontró una sensación de alivio, se sentía un hombre libre”.
Harrison tenía su mente puesta en la India de tal forma que dedicó un disco completo a explorar las posibilidades de un diálogo entre el rock y aquellos ritmos ancestrales, el soundtrack para el filme Wonderwall, que fue dirigido en 1968 por Joe Massot y contaba con la participación de la actriz Jane Birkin.
Para Ajoy, aquella grabación es “un acto de amor, y nació debido a que él estaba muy cautivado por la música india en ese punto. Si ves el filme te darás cuenta de la felicidad que hay en el rostro de George. Ver a una estrella del rock británico sintiéndose tan cómoda ahí, entre músicos que vienen de una formación completamente distinta. Eso te muestra cuánto se había abierto él realmente a nuestra cultura”.
¿De los Beatles, con cuál trabajo se quedaría?
Siendo crítico, diría que Abbey Road. Pero personalmente estoy dividido entre Revolver y el White Album, porque ambos son muy diferentes a cualquier otro de su tiempo. Revolver fue experimental en tantos niveles que marcó un quiebre y el White Album ni siquiera es un disco, es una colección disparatada que muestra a los Beatles dejándose llevar, y lo compusieron en gran medida en Rishikesh, un lugar donde se sentían libres y capaces de hacer lo que quisieran. La mayoría de los grupos se hubiera detenido en la cúspide de su estrellato, pero los Beatles quisieron seguir experimentando más allá de la música incluso, y eso fue fantástico.
Ganador del Best Film Audience Choice y Best Music en el UK Asian Film Festival 2021, donde se estrenó este año, The Beatles and India se deja acompañar por el álbum Songs Inspired By The Film The Beatles And India, disponible ya en streaming, donde artistas actuales provenientes de la India reinterpretan clásicos del cuarteto que les cambió la vida y que cambió al mundo. Una vuelta de mano que incluso los Beatles presagiaron.
Abbey Road precisamente termina el canon beatle con la frase “El amor que te llevas es igual al amor que das”, algo que no podrían haber dicho sin haber descubierto verdades sobre sí mismos y el mundo con aquel viaje.
Absolutamente. Creo que es una gran línea y que ellos dieron mucho amor a la gente, y a diversas culturas. Los Beatles han dado mucho no solo a los músicos de su era y no creo que otra banda tenga ese estatus icónico. Es algo que queda claro en el filme, cuando escuchas las bellas palabras de los jóvenes que hasta el día de hoy se inspiran en ello.