La música en vivo despierta de su pesadilla: 15 megaeventos y un millón de espectadores se esperan para 2022
Pese a que no habrá grandes festivales en el verano, los hitos ya confirmados para la cartelera de conciertos de los próximos doce meses anticipan cifras que superan largamente incluso las que mostró la escena local antes de la pandemia y el estallido social. Desde el sector asumen que será un año especialmente prometedor y potente para los shows masivos, pero advierten que la industria tardará "entre seis y ocho años en recuperarse" completamente.
A una semana del cierre de 2021 y el inicio de una nueva temporada para la música en vivo, el mapa de los festivales y grandes conciertos en Chile del próximo año se empieza a consolidar como uno de los más abultados, diversos y cargados a las grandes giras y los espectáculos de alta convocatoria que se recuerden en el último tiempo.
Si bien será un verano tan o más flojo que los dos anteriores, con festivales como el de Viña y Olmué nuevamente cancelados y los municipios del país redestinando sus recursos a propósitos más urgentes que los tradicionales espectáculos artísticos de cada comuna, la carta de la esperada reactivación para el sector de la música en vivo se juega a contar de marzo-abril, con los primeros megaeventos internacionales desde el inicio de la era Covid-19 en el país, pero sobre todo en el segundo semestre del próximo año, períodos en que se concentra la mayor cantidad de festivales y fechas programadas en estadios y arenas, con cifras que superan largamente incluso las que mostró la industria local antes de la pandemia y el estallido social.
De hecho, sólo considerando los recitales de alta convocatoria ya anunciados para 2022, se proyecta una asistencia que roza el récord y cercana al millón de espectadores durante los próximos doce meses. Un número que desde el gremio de los productores se toman con mesura -”hay otros factores en la ecuación”, explican- pero que equiparan con el de otros años especialmente generosos en cuanto a grandes conciertos en el país, como 2008 y 2012.
La necesidad de los propios artistas extranjeros de volver a salir de gira para recuperar dos temporadas perdidas, el retorno de Rock in Rio en Brasil y de otros festivales de la región, junto a una positiva reacción del público chileno para conservar entradas adquiridas hace años y también para agotar tickets para nuevos shows en tiempo récord (Dua Lipa, Coldplay, Ricardo Arjona), configuran un panorama llamativo y prometedor para la paulatina recuperación de la industria.
Tomando en cuenta los recitales ya confirmados de aquí a fines del próximo año en el Estadio Nacional, cuya capacidad oscila entre las 55.000 y 60.000 personas dependiendo de la configuración de recinto, se proyecta una asistencia de público cercana a las 250.000 personas: Coldplay reunirá a 110 mil asistentes en dos fechas ya agotadas en septiembre, mientras que el show de Soda Stereo “Gracias Totales” y el debut en el coliseo de Metallica -ambos en abril-, junto al show de Justin Bieber en septiembre, esperan reunir a más de 50 mil fanáticos por jornada.
A los anteriores se podrían añadir otros grupos que ya confirmaron su regreso a Sudamérica y que negocian por estos días su aterrizaje en el estadio de Ñuñoa el próximo año, como Iron Maiden y Guns N’ Roses. A su vez, Taylor Swift, Pearl Jam, Bad Bunny, Roger Waters y los Rolling Stones son otros nombres que tienen programado bajar a la región de aquí a 2023, lo que podría abultar aún más la numerosa cartelera musical del principal estadio del país.
2022 será también el año del debut de la inglesa Dua Lipa en la capital, con un ya agotado espectáculo en septiembre en el Estadio Bicentenario de la Florida, con capacidad para cerca de 25 mil asistentes. Si bien se tanteó el Nacional como opción para el desembarco de la estrella pop, que fácilmente podría haber llenado más de un show en Ñuñoa -la fila virtual para comprar tickets llegó a tener 250 mil personas, algo así como 4 veces el Estadio Nacional-, el apretado itinerario sudamericano de la artista y las actividades que planea el coliseo deportivo para Fiestas Patrias impidieron que el cambio de recinto o sumar más shows fueran alternativas viables por ahora.
Pero si se trata de grandes números, están los que aportarán los dos principales festivales de música que tendrá 2022, la postergada décima edición de Lollapalooza y el debutante Primavera Sound, ambos en Cerrillos. Mientras el primero pretende mantener su configuración y su aforo habitual de 80 mil personas en cada una de las tres jornadas, pese a su cambio de casa desde el Parque O’Higgins, los organizadores del evento de origen español detallan que esperan juntar a 45 mil fanáticos durante tres días en el predio de Cerrillos. En total, 375 mil personas participando en los mayores eventos musicales de la temporada, sin contar las que irán a los shows y actividades paralelas que se desprenderán de cada uno.
A todo lo anterior hay que sumar los cinco recitales ya oficializados de Ricardo Arjona en el Movistar Arena, así como las visitas confirmadas en el mismo recinto de nombres como Gorillaz, Michael Bublé, A-ha y el festival Fauna Otoño, totalizando más de 100 mil asistentes al lugar hasta ahora.
También, hitos como el festival Ritual, anunciado para abril en el estadio Santa Laura -con figuras como Paloma Mami y Bomba Estéreo- y los planes de Creamfields, la myor franquicia dedicada a la electrónica en vivo del país, que en 2022 retornará con dos ediciones en Espacio Riesco, en meses distintos, con 30 mil asistentes aproximadamente en cada jornada.
“Cinco estadios nacionales confirmados ya es un número potente. Va a ser un año positivo y con un crecimiento desde el punto de vista del número de eventos y audiencia”, asegura Francisco Goñi, vicepresidente de la Asociación Gremial de Empresas Productoras de Entretenimiento y Cultura (Agepec), quien comenta que “2022 va a tener una mayor asistencia que el 2019, por ejemplo, debido a los artistas que están confirmados. Y debido al nivel de impacto que están teniendo además estos conciertos en el país, con alta propensión de la gente a comprar tickets, que es algo que también está pasando en todo el mundo”.
Eso sí, el productor advierte que pese a estas proyecciones positivas, la ecuación incluye otros factores, ligados sobre todo a “cómo la autoridad sanitaria se enfoca a tener políticas como en otros países desarrollados, cómo se adapta a la pandemia”.
En ese sentido, Goñi señala: “La industria chilena de conciertos estaba en crecimiento hasta el año 2019, sobre todo porque había pasado a ser una plaza muy saludable. Lo que está sucediendo hoy es que pasamos por dos años muy malos, hay muchas variables en juego y no hay claridad si vamos a vender más tickets que en 2019 en términos generales”.
“Hay shows que están vendiendo muy bien, va a ser un buen año, pero después de dos años sin eventos no creo que alcance para amortizar lo que se ha perdido. Esta industria va a tomar cerca de seis u ocho años en recuperarse”, advierte.
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