La escritora Joan Didion, una de las voces más destacadas de la literatura estadounidense de la segunda mitad del siglo XX y parte del XXI, ha muerto a los 87 años en su casa de Manhattan (Nueva York), según ha confirmado el periódico The New York Times.
La autora ha fallecido a causa de la enfermedad de Parkinson, tal y como ha explicado a través de un e-mail enviado al diario neoyorquino Paul Bogaards, editor de Knopf, el sello estadounidense que publica a Didion.
Didion cultivó múltiples géneros en su carrera, los que fueron desde lo vivencial hasta la literatura más vinculada a la crónica periodística, los viajes o los hitos políticos.
Pero uno de los episodios más célebres de su recorrido como escritora guarda más relación con lo personal que con lo externo: particularmente célebre y emotivo es El año del pensamiento mágico, en el que narra el duelo al que hubo de enfrentarse tras el repentino fallecimiento -de un momento a otro- de su marido John Gregory Dunne. Es uno de los textos básicos para entender el luto y como funciona en nuestra existencia.
En todos sus textos no sólo resaltaba su fina arquitectura para escribir y trazar relatos, sino que también su lucidez para hacer universales experiencias cotidianas y su talento para hacer vibrantes relatos disímiles y diversos.
También periodista, junto con Tom Wolfe, Nora Ephron y Gay Talese reinó en el panteón de los nuevos periodistas que surgieron en la década de 1960 y que cambiaron las reglas del juego, inaugurando un estilo donde la realidad se describía de forma aguda, ácida y atiborrada de detalles.
Fue la era de oro de la no ficción.
“Soy tan pequeña físicamente, temperamentalmente discreta, y tan neuróticamente inarticulado que la gente tiende a olvidar que mi presencia va en contra de sus mejores intereses”, dijo en su momento para definirse, marcando un punto aparte con el estilo más irónico y grandilocuente de muchos de sus contemporáneos
Didion recibió una Medalla Nacional de Humanidades en 2012, cuando fue elogiada por dedicar “su vida a darse cuenta de las cosas que otras personas se esfuerzan por no ver”. Durante décadas, se había involucrado en la disección meticulosa de la política y la cultura, desde los hippies y los latinos, hasta las campañas presidenciales y el secuestro de Patty Hearst, caracterizándose por su desconfianza en las historias oficiales.
El álbum blanco, Noches azules y Según venga el juego, entre muchos otros libros, se convirtieron en colecciones esenciales de periodismo literario mezclado con tines de novela. Una figura esencial para leer al mundo de esa última parte de nuestra historia.