Las confesiones de una guionista de Succession: “Es un reto encontrar humanidad en personajes irredimibles”
En calidad de escritora y coproductora ejecutiva de la alabada ficción de HBO, la británica Georgia Pritchett conoce al dedillo a la familia Roy. “Es un mundo muy cínico y no creo que ellos vayan a cambiar”, dice a Culto la también creadora de The Shrink Next Door (Apple TV+), una historia de ocho capítulos basada en el retorcido caso real de un terapeuta (Paul Rudd) y su paciente (Will Ferrell). “Disfruto escribiendo series que exploran los peores y los mejores aspectos de la humanidad”, afirma.
En octubre pasado, la realizadora británica Georgia Pritchett (Londres, 1968) habló con franqueza sobre el principal cuestionamiento al que se enfrentó cuando le ofrecieron unirse al equipo de guionistas de Succession. “¿Por qué quiero escribir sobre estos horribles, ricos y malvados hombres blancos que están envenenando a la sociedad?”, recordó en conversación con The Guardian.
La preocupación era atendible. Al centro de la ficción de HBO está una familia multimillonaria que carece de códigos y está desbordada por la ambición y las disputas internas. Los Roy, desde el patriarca de la dinastía, Logan (Brian Cox), hasta sus hijos, son fieles representantes de algunos de los mayores males de la sociedad actual. Pero la historia creada por Jesse Armstrong (Peep Show) se las ingenió para complejizar a sus protagonistas amalgamando la sátira más brutal con el drama de ribetes colosales, y hoy ocupa con justicia un lugar en el podio de las mejores series del último lustro.
Además de ejercer como coproductora ejecutiva de Succession, Pritchett es pieza clave de la mesa de escritores que trabaja en el proyecto desde sus orígenes, cuando el grupo estaba compuesto mayoritariamente por guionistas británicos con experiencia en comedia. En su caso, Armstrong le confió el descarnado capítulo de la primera temporada en que la familia Roy celebra el Día de Acción de Gracias, así como el hilarante episodio del segundo ciclo en que los protagonistas quedan encerrados en la habitación del pánico de su compañía luego de que un empleado se acaba de suicidar.
“Succession es una gran serie en la que trabajar, y es un desafío encontrar la humanidad en personajes que son bastante irredimibles y desagradables, en muchos sentidos. Pero disfruto escribiendo series con una mezcla de oscuridad e impacto, explorando los peores aspectos de la humanidad y los mejores aspectos”, dice la guionista a través de videollamada con Culto.
La recién finalizada tercera temporada –que la debiera conducir a repetir su triunfo en los Premios Emmy y se puede ver en HBO Max– le permitió profundizar en la exploración de ese contraste. De su pluma emanaron momentos memorables del último ciclo, como cuando el discurso de Shiv ante los empleados de la empresa es escandalosamente interrumpido por Rape me de Nirvana. O el desamparo que vive Kendall luego de que su hermana se venga exponiendo públicamente detalles sobre su salud mental. Una de las cumbres de la última tanda de capítulos también es de su autoría: la costosa pero triste celebración de cumpleaños de Kendall en que el personaje está al borde del colapso mental.
“Es un mundo muy cínico y los personajes son todos muy cínicos y no creo ellos que vayan a cambiar”, afirma la realizadora, la misma que antes del estreno del tercer ciclo proyectó que el creador tenía en mente cerrar la historia de Succession en una cuarta o quinta temporada.
Guionista y coproductora ejecutiva de Veep (por la que también ganó el Emmy), Pritchett ha cultivado una exitosa carrera en televisión escribiendo sobre las miserias del ser humano desde el humor más ácido y pulido. Un enfoque que también aplicó en su libro de memorias publicado este año (My mess is a bit of a life: Adventures in anxiety), un relato en primera persona sobre su lucha contra la ansiedad y su trayectoria en la industria.
“Creo que la comedia siempre es útil como una forma de hacer que el público se relaje y baje las defensas, y luego puedes golpearlos con mensajes bastante poderosos o temas difíciles”, señala. “Disfruto escribiendo para cosas que tienen una mezcla de oscuridad y luz, de emoción y humor”.
El psiquiatra y su paciente
En paralelo a su trabajo en Succession, la guionista encontró la inspiración para su siguiente proyecto en un podcast, The shrink next door (El psiquiatra de al lado). El insólito caso que lleva a la pantalla se inscribe en el género de los crímenes reales pero sin la vuelta policial que suele guiar ese tipo de tramas: gira en torno a “Marty” Markowitz, un hombre de familia judía que en Nueva York durante los años 80 fue absorbido en cada plano por su terapeuta, “Ike” Herschkopf, hasta el punto que este tomó el control de su negocio y se mudó a su casa.
De la mano de las actuaciones de Will Ferrell y Paul Rudd –también productores–, la historia terminó convertida en una miniserie de ocho capítulos de Apple TV+ (ya completa en la plataforma) que a la realizadora le abrió un nuevo marco para examinar los claroscuros que dominan a los humanos.
“Solo he escrito dos cosas sobre personas reales. Una fue Spice World. Algo muy diferente (se ríe). Esto (The shrink next door) tenía lo mejor de ambos mundos, porque el podcast estaba contado desde el punto de vista de Marty, y me quedé con muchas preguntas en torno a Ike y sobre cómo y por qué sucedió esto”, explica sobre un proceso que la llevó a “representar la verdad y los hechos, y también poder crear e imaginar respuestas a algunas de esas preguntas”.
La producción –en la que Pritchett ejerce como showrunner– transita por distintas décadas y vaivenes en la relación de los protagonistas, flanqueados por dos personajes femeninos que son clave, la hermana de Marty, Phyllis (Kathryn Hahn), y la esposa de Ike, Bonnie (Casey Wilson). Encontrar el punto medio entre la comedia y el drama, dice, fue crucial.
“Habiendo escuchado la historia y conversado con el mismo Marty, muy sentí muy decidida a retratar la verdad de la historia, que en realidad es una tragedia”, apunta. “Todos compartimos el mismo sentido de responsabilidad y el mismo entusiasmo por contar esta historia complicada, y no simplificar o reducir o dar respuestas fáciles al explorar el desorden de la vida y las relaciones”.
¿Pero cómo se distancia ese relato del cínico mundo de Succession? “En The shrink next door estos dos hombres emprenden este viaje increíble, al igual que Phyllis. Es muy emotivo y llega directo al centro de lo que los humanos necesitamos y queremos de la vida y de nuestras relaciones. Eso me entusiasmó: explorar algo que era muy emotivo y una historia realmente triste”. Pero el norte, en algún sentido, no varió: “Para mí, era importante llegar al corazón de esto y ser audaz en cuanto a mostrar la oscuridad y la luz”.
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