Como está estipulado por sus normativas, esta semana la Academia Sueca liberó información acerca de las deliberaciones del Premio Nobel pasados 50 años de su última entrega, en este caso, la de 1971, que tuvo por ganador al poeta chileno Pablo Neruda.
En este caso, las deliberaciones revelan que el autor de Residencia en la tierra despertó ciertas resistencias entre los deliberantes debido a su reconocida filiación al Partido Comunista Chileno.
Según reveló el sitio La Vanguardia, uno de ellos fue el académico Karl Ragnar Gierow quien expresó: “Desde el punto de vista de regiones que deberían ser resaltadas habría que tener en cuenta a Inglaterra, país hasta entonces poco favorecido con el Nobel de Literatura y Latinoamérica. No por causa de que el español hubiese estado poco representado sino porque es un continente en donde emerge una poesía nueva llena de fuerza”.
Pese a todo, Gierow se plegó a Neruda, aunque señaló que no le convencía del todo. “A diferencia de los nominados el año anterior, ninguno de los finalistas de este año presenta grandes ventajas cualitativas sobre sus contrincantes. Se podría decir que los finalistas de este año son todos merecedores del premio”. No obstante, refiriéndose a Neruda escribe “me uno a su candidatura para el premio pero no sin cierta reserva”.
De hecho, uno de los motivos de su reserva es que -según él- Neruda llevaba pocas publicaciones en los años anteriores, y que algunos de sus poemas no tienen la misma calidad del resto de su producción anterior. “Resumir su producción sería como tratar de atravesar a nado el río amazonas”.
El mismo académico se refirió en este párrafo especialmente a W.H. Auden expresando que " no se puede ignorar el hecho de que este escritor ha logrado una posición muy importante en la actual conciencia literaria europea”.
Por su lado, el miembro de la Academia Eyvind Johnson expresó: “Este autor no me ha logrado encantar tanto como para que yo lo recomiende como candidato”. Derechamente, el sueco se refería tanto a la ideología política como a los poemas afirmando, y expresó un duro juicio: “Me dejan con frecuencia una sensación de vacío. La misma sensación de vacío que me dejan sus versos políticos o discursos”.
Artur Lundqvist, otro miembro de la Academia también tuvo reservas por la posición política del vate. “Las dudas sobre este escritor han tenido que ver, en parte con el volumen y calidad de su obra y en parte por su posición política. Pero quiero recalcar otro aspecto. Neruda habla por un continente habitado por muchas personas a quienes él les ha otorgado una voz”.
Para la edición de 1971, junto a Neruda fueron postulados autores como Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Henrich Böll, Elias Canetti, Günter Grass, Graham Greene, Eugéne Ionesco y André Malraux.
En su veredicto final el Comité se refiere a los tres finalistas. “Durante el encuentro del Comité Nobel de la Academia Sueca, el 13 de septiembre de 1971 decidió por mayoría recomendar en primer lugar a Pablo Neruda como ganador el Premio Nobel de Literatura, en segundo lugar a W.H. Auden y en tercer lugar a Patrick White”. Estos últimos, empatados en segundo lugar.
De hecho, no era primera vez que Neruda era cuestionado por su militancia con el PC. En 1963 se indicó que “se desaprueba su orientación política”. De hecho, el propio secretario permanente de la Academia, Anders Österling, planteó en aquella edición que su nombre solo sería una opción “si la tendencia comunista cada vez más dominante en su poesía es compatible con el objetivo del premio Nobel”.
Tras ello, aprensiones similares se entregaron en las ediciones de 1965 y 1968.
Incluso, como señaló Culto, Neruda era favorito pleno para ganar el Nobel en 1964, pero ahí la mismísima CIA entró al ruedo con gestiones con la academia sueca para que no se le otorgara el galardón. El documento “se centraba en la cuestión del compromiso político de Neruda y afirmaba que era ‘imposible disociar al Neruda artista, del Neruda propagandista político’. Lanzaba la acusación de que Neruda, miembro del Comité Central del Partido Comunista Chileno usaba su poesía como ‘instrumento de un compromiso político que era total y totalitario’; era el arte de un hombre que era estalinista ‘militante y disciplinado’”.