La piedra de la locura, de Benjamín Labatut (Anagrama, 2021).
Constanza Michelson, psicoanalista y escritora.
Los ensayos dan con la sensación de extrañeza que hoy crece en el mundo; esa especie de incomprensión, que, a pesar de que cada vez sepamos más cosas, nos hace sentir una inquietud larvada. Lo genial es que lo hace a través de la literatura e historias reales de quienes ya advertían el retorno de los miedos atávicos y la alteración de la textura del mundo. La pregunta por la locura tiene una vigencia urgente.
El hombre de la bata roja, de Julian Barnes (Anagrama, 2021)
Pablo Simonetti, escritor.
Lo he disfrutado mucho. Los personajes principales son el doctor Samuel Pozzi y el conde Robert de Montesquiou, ambos aristócratas célebres de la Belle Époque en Paris. Barnes recorre novelas inspiradas en ellos, diarios, documentos, fotografías y retratos (uno de Pozzi pintado por Sargent da título a la crónica), tejiendo una trama de chismes, complicidades y malquerencias con pintores, escritores y otros dandis contemporáneos. Así nos vamos formando una imagen poliédrica de las ideas y fuerzas predominantes de esa época rara y fascinante. O, como dice Barnes, una época que estuvo muchas veces a punto de implosionar pero que terminó durando 40 años.
Mugre Rosa, de Fernanda Trías (Literatura Random House, 2021)
Diamela Eltit, escritora.
Este 2021 ha sido intenso y, más aún, tenso, marcado por la pandemia y la política. Especialmente la urgencia que implicó remontar en la segunda vuelta de las recientes elecciones. Las lecturas han transcurrido con ese trasfondo. Y leyendo el panorama social chileno, me han resultado muy atingentes las columnas de Rodrigo Karmy donde despliega agudas miradas acerca del acontecer político local. En realidad no me puedo centrar en un libro, pero pienso en ciertas ficciones recientes que atraviesan el realismo, que más allá de sus notorias diferencias, se fundan en comunidades precarias posibles e imposibles. Novelas que detonan, en su interior, situaciones excepcionales regidas por poéticas. En este sentido, me resultan muy significativas, Mugre Rosa, de Fernanda Trías, la escritora uruguaya; Estrella Madre, de Giuseppe Caputo, escritor colombiano; Cometierra, la primera novela de Dolores Reyes, escritora argentina.
Los que sueñan el sueño dorado, de Joan Didion (Literatura Random House, 2003)
Rafael Gumucio, escritor.
Resume un poco toda la obra de Joan Didion. Es un libro hermoso que hace ver la maravillosa capacidad que tenía para escribir de distintos temas. Un universo y una voz siempre lúcida, propia. Acá sale de El año del pensamiento mágico o Noches azules, que son libros muy bonitos pero que son un poco autoayuda. Este muestra un aspecto menos de autoayuda.
El arte del asesinato político, de Francisco Goldman (Anagrama, 2009)
Óscar Contardo, escritor y columnista La Tercera Domingo.
Lo recomiendo porque lo leí un verano y me atrapó. El arte del asesinato político es un gran ejemplo de crónica narrativa que alterna el reporteo riguroso con un relato denso, espeso, como un torrente, que arrastra por los vericuetos de una historia tan lejana y tan cercana a la vez. Goldman, el autor y narrador, investiga en este libro el asesinato de un obispo guatemalteco. La muerte del sacerdote ocurre justo después de que se entrega un informe de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la guerra civil ocurrida en ese país. El informe, naturalmente, involucra la responsabilidad del ejército, de políticos y jueces. El autor sigue las distintas hipótesis del crimen, desde las más estrambóticas, a las más inocentes, construyendo a través de esa narración, el retrato de un país asfixiado por la corrupción y la violencia. El estilo de Goldman, periodismo clásico y escritura pulcra, recrea ambientes y sensaciones tal como lo haría un novelista, sin nunca dejar de tensar la cuerda de la realidad. Una obra excepcional, admirable y un fresco de la realidad latinoamericana.
No-Cosas, de Byung-Chul Han (Taurus, 2021)
Laura Infante, librera de Librería Catalonia.
Es uno de nuestros libros favoritos del 2021. En este libro Byung-Chul Han nos habla sobre cómo la digitalización ha desmaterializado el mundo, ya no tenemos cosas, ahora la información reina y en este reinado nos llenamos de datos. Pero esos datos no nos llenan. Nos volvemos adictos a la información, a los seguidores pero nos sentimos cada vez más solos porque nos aleja de lo real. Los peligros de la era de las fake news, dónde la información falsa circula y se iguala con la verdadera. Es un libro interesante para des-conectarnos un rato, que quizás pueda ayudarnos a disfrutar las vacaciones contemplando los momentos y tomando distancia de nuestros smartphones.
Hamnet, de Maggie O’Farrell (Libros del Asteroide, 2021)
Marco Antonio de la Parra, siquiatra, escritor y dramaturgo.
Quizás haya sido el mejor libro del año. Maggie O’Farrell escribe como los dioses (o mejor dicho como las diosas) y su fraseo es espléndido, imaginativo, sabroso y potente. Hamnet se inspira en el hijo de Shakespeare, aquel cuya muerte parece ligada a la escritura del gran clásico de la literatura universal, el inefable Hamlet. Pero aquí William Shakespeare es un personaje secundario, es el preceptor de latín y su historia el telón de fondo donde las protagonistas son sus mujeres, su madre, su esposa, sus hijas. John Shakespeare, su padre, mientras tanto fabrica guantes y el lenguaje se convierte en una aventura lúdica exquisita. Hamnet emociona y entretiene, cautiva y no suelta explicándose el lector el éxito mundial de este volumen de cerca de prodigiosas 350 páginas que no sueltan al lector que se preguntará una y otra vez cómo se llega a escribir tan bien y cuánto tiempo había pasado que no leíamos algo de este nivel. Perfecto, que le dicen. Hamnet, anótenlo.
Yoga, de Emmanuel Carrère (Anagrama, 2021)
Paula Escobar, periodista. Columnista de La Tercera Domingo.
Para quienes seguimos a Carrère, una obra que es insoslayable en su trabajo y en su vida. Se lee con la agilidad con que fue escrito. Nos enfrenta al viaje al infierno de este periodista y escritor francés, con todos sus claroscuros, y con la certeza de que ningún estado mental es permanente, todos son transitorios. Una buena lección en tiempos de pandemia.
El hombre que salvó los cerezos, de Naoko Abe (Anagrama, 2021)
Sergio Parra, librero Metales Pesados.
Es un buen libro para el verano. Es la historia de un inglés, Collingwood Ingram, que en un viaje que hace a principios del XIX recorre Japón y se da cuenta de que los cerezos están abandonados. Habían muchas especies dispersas de cerezos pero no estaban clasificadas, y él se encarga de hacer una clasificación. A él se le debe que en el Japón contemporáneo existan jardines de cerezos. Es un libro maravilloso de Naoko Abe, es una gran investigadora. Es una biografía del inglés y una biografía cultural de Japón a partir de los cerezos, es extraordinario, un libro muy bien escrito.
Bolívar, de Marie Arana (Debate, 2020)
María José Cumplido, historiadora.
Tengo la impresión de que en Chile no somos muy dados a las biografías, ni tampoco a los grandes biógrafos, con algunas excepciones. Además, somos poco propensos en Latinoamérica en general a leer libros sobre otros países o regiones. La biografía de Marie Arana sobre Bolívar no solo tiene una pluma espectacular, que te deja pegado en el asiento siguiendo las peripecias de Bolívar, sino que también logra magistralmente mostrarnos a este general y libertador de América dentro de un contexto global. Es una nueva manera, mucho más latinoamericanista, de entender nuestras independencias en contexto. Mirar y comparar el rol de Bolívar con San Martín, y poder observar también cuál fue el rol de O’Higgins. Bolívar es un personaje increíble. A la altura de George Washington y, según la autora, del mismo talante que Alejandro Magno. Su lucha por liberar a Venezuela, Colombia, Bolivia, Ecuador, Panamá y Perú son mostradas de una manera cinematográfica y con una documentación potente que la sustenta. Además, todas las traiciones, amoríos y decepciones que Bolívar vivió (y padeció) durante este periplo. Una de las mejores biografías que he leído y, sin duda, de las mejores biografías de Simón Bolívar que se han escrito.
Todas las crónicas, de Clarice Lispector (Siruela, 2021)
Matías Rivas, crítico literario, director Ediciones UDP.
Dentro de la obra genial de Clarice Lispector prefiero sus crónicas. Están en ellas los mismos enigmas que en sus ficciones, a lo que suma una intimidad y un pensamiento particular que expone con su estilo único. Cree en los baños de mar, en la poesía de Pessoa, en la virtud de no pensar demasiado. La intuición, el pensamiento mágico y la melancolía, son emociones que Lispector convierte en puntos de vista. Se trata de textos breves, sintéticos, llenos de dolor y desacato.
Escritas por encargo, para ganar dinero, estás crónicas conforman una autobiografía involuntaria. Leerlas desde esa óptica ayuda a entender la formación y el transcurso vital de Lispector. Lejos de ser confesionales, son escritos que se refieren a episodios, situaciones cotidianas, objetos, siempre desde la oblicuidad. Nada es obvio.
Cuestión aparte son las menciones a personajes de interés general, ya sean políticos, escritores o celebridades: Lispector suele mirarlos con ironía, sin piedad. El poder y las explicaciones estaban fuera de sus intereses. Los repele. Le gusta la sensualidad del idioma, los caracteres sombríos. Es una experta en el arte de divagar, de instalarse en los entresijos de la realidad para extraer breves consideraciones acerca de los misterios existenciales.