Junto con señalar que le gusta ver a Jesús “como alguien cualquiera”, la escritora belga Amélie Nothomb indica que para su última novela, su centro líquido fue el “Jesús que sufre, no el de los milagros”. Ocurre que el punto (o punctum, como diría Roland Barthes) de Sed, lo nuevo que publica vía Anagrama, es la crucifixión de Cristo vivida en primera persona. Es como un refrito de los evangelios -escritos en tercera persona-, pero la autora hace el ejercicio de llevarlo a un plano más vivencial.
“Me pareció algo evidente escribir en primera persona, no porque yo me tome por Jesús sino porque para aceptar la crucifixión tenía que tener como una cámara, es decir estar adentro, y esto lleva a la primera persona del singular”, explica la mujer de La nostalgia feliz en una rueda de prensa.
Incluso, Nothomb va más allá: “Yo no quería escribir la historia de Jesucristo, eso ya lo han escrito muchas veces. Lo que quería escribir era la historia de la cruz y eso es lo que plantea un problema porque es esta cruz lo más difícil”. Pero no fue tan fácil.
Más allá del innegable talento de Nothomb, escribir sobre Jesucristo no le resultó simple. “Cada mañana cuando me levantaba pensaba: ahora tienes que volver a subir a la cruz”, cuenta. Pero en ese ascenso al pesado madero astilloso, la belga tenía una idea clara. Escribir desde el cuerpo.
“A los evangelios les falta el cuerpo; la crucifixión, precisamente, es el cuerpo, por lo que intenté escribir el evangelio del cuerpo y de ahí el título Sed, que es la unión entre el cuerpo y el espíritu”, señala. Su reflexión apunta al sufrimiento físico que pasaba un cuerpo crucificado. “No veo un equivalente físico. La crucifixión era la pena de muerte más infame. Incluso si pensamos en las decapitaciones que hacen los terroristas, son horribles, pero son más rápidas. La crucifixión es eterna”.
“Yo no tengo la sensación de haber sido blasfematoria”
Nunca escribir una novela sobre un personaje tan crucial como Jesucristo va a dejar a alguien indiferente. Nothomb asegura que, a sus padres, la novela les gustó, aunque al resto de su prole, una familia católica y tradicional de Bélgica, la novela les resultó menos agradable.
Pero no todo han sido respuestas familiares. A la autora le han llegado reacciones e incluso acusaciones de “blasfema”. Pero ella se defiende. “Yo no tengo la sensación de haber sido blasfematoria. Jesús tiene relaciones sexuales con una mujer, considera que la crucifixión ha sido un error y esto es lo que algunas personas han considerado que era blasfemo. A mi familia no le gustó el libro, pero tampoco pasó nada más. En cambio sí recibí cartas de otros católicos que eran auténticos insultos y para mí es un misterio cómo una persona que dice pertenecer a una religión que promueve el amor al prójimo escribe cosas tan odiosas”.
De hecho, a Nothomb le llegaron cuestionamiento por parte de los dos lados de la verja. Los creyentes, porque consideran que el libro es blasfemo; los no creyentes, porque les parece un libro religioso. “A los dos tenía ganas de decirles ‘se equivocan completamente. es solo una novela sobre la cruz y el héroe’”. Y sobre lo mismo, aclara que es la novela trata “de una persona que acepta un dolor infame”.
“El Vaticano fue muy tibio -asegura Nothomb-. Después, algunos curas me escribieron insultándome; no eran las primeras cartas que recibía con insultos, pero sí las primeras de religiosos. Son unas cartas admirables”.
Aunque Sed también tuvo reacciones favorables desde otros sectores de la Iglesia Católica menos ortodoxos. “He recibido cartas de curas jóvenes que me agradecían el libro. La iglesia joven es favorable al libro y la vieja iglesia es bastante tibia, para no decir insultante”.
De Scorsese a Saramago
Nothomb también se dio tiempo para otras reflexiones sobre el tema. “La crucifixión de Jesús no ha servido para nada -señaló-. Jesús sabe que su dolor se va a utilizar y va a hacer daño a la humanidad y aún así somete su cuerpo a esa cosa tan horrible. Sólo sé que fue un sacrificio horroroso y un despilfarro monstruoso”.
Nothomb señala que para la escritura de esta novela, leyó los cuatro evangelios, y hace una lectura bastante literaria de ellos. “El único evangelista que ha manifestado un talento de escritor digno de ese nombre es Juan. Precisamente por eso su palabra es la menos fiable”, señala.
Referencia obligada en cuanto a objetos culturales basados en la pasión de Cristo, es la película La última tentación de Cristo, de Martin Scorsese, aunque basada en la novela del griego Nikos Kazantzakis. Nothomb la vio y opina de manera favorable. “En la película Jesús puede escoger entre una vida normal y la crucifixión; se casa con María Magdalena y tiene hijos, es decir que puede optar por una vida ordinaria. En mi libro también está presente ese amor, pero quizá sea menos central que el tema del sufrimiento”.
Sin embargo, más que la obra de Kazantzakis, para ella lo más destacado al respecto es El Evangelio según Jesucristo, de José Saramago. “Nunca se escribió algo tan duro sobre Jesús; Saramago narra la crucifixión de una manera sofocante, quita la posibilidad de respirar y en comparación mi Sed es una novela adorable. Lo que sorprende es que este tema inspira y ha inspirado desde siempre. Y seguramente seguirá inspirando”.
Sed llegará a las librerías trasandinas a fines de enero, y según pudo confirmar Culto, en mayo arriba a nuestro país.