Dostoievski: Cuatro historias para ingresar en la mente del padre de la novela psicológica

Dostoievski

Autor de múltiples clásicos de la literatura universal, Dostoievski es considerado como uno de los autores más relevantes de la Rusia zarista. Aquejado por la muerte, la enfermedad y la incertidumbre del futuro, su obra inspiró a grandes intelectuales como Nietzsche y Freud. A 141 años de su partida, recopilamos cuatro libros para adentrarse a las múltiples voces de uno de los más importantes precursores del existencialismo.


Fiódor Dostoievski es uno de los escritores rusos más influyentes de todos los tiempos. Nacido en noviembre de 1821 en San Petersburgo, el protagonismo temático que el autor entrega en sus historias a la psique del ser humano inspiró a varias de las figuras más relevantes de la psicología. Entre ellos, nada menos que Sigmund Freud –padre del psicoanálisis–, quien manifiesta que Dostoievski es “el único psicólogo, por cierto, del cual se podía aprender algo, es uno de los accidentes más felices de mi vida”.

Hermann Hesse, Jean Paul Sartre, Marcel Proust, Albert Camus y Franz Kafka son algunos de los nombres en los que es posible reconocer inspiración directa de la pluma del célebre autor ruso, cuyas novelas forman parte del repertorio indispensable de la literatura universal.

Sus novelas y cuentos reflejan su preocupación respecto no sólo a su propio futuro, sino también al de la humanidad. A pesar de que su obra se caracteriza por ser especialmente autobiográfica (aunque hay algunas excepciones como El jugador, donde el escritor proyecta sus propios problemas de ludopatía), sus experiencias vitales marcaron profundamente las temáticas exploradas a través de sus personajes. Entre ellas, la muerte, el existencialismo, el libre albedrío, la mirada crítica hacia la occidentalización de Rusia, las injusticias sociales y el interés propio por la condición humana.

Retrato de Friódor Dostoievski, del pintor Vasili Perov
Retrato de Friódor Dostoievski, del pintor Vasili Perov

Desde niño sufrió la severidad de un padre bastante autoritario en sus formas. Así, su madre se transformaría en un símbolo de amor y protección para él y sus siete hermanos. Por eso mismo, su prematura muerte, provocada por una tuberculosis, lo marcó de por vida. El deceso de su progenitora sumió a su papá en el alcoholismo. Tras la tragedia, lo emplazó a ingresar en la Escuela de Ingenieros de San Petersburgo.

Allí, con 18 años, se enteraría de otra muerte. Ahora, la de su padre, que, según se decía, había fallecido torturado por sus siervos mancomunados que, tras uno de los arranques de ira que el hombre tenía a raíz del alcohol, lo inmovilizaron y obligaron a beber vodka hasta morir ahogado. Cabe destacar que el joven escritor quedó profundamente perturbado. En su interior, sentía culpa por haber deseado la muerte de su progenitor varias veces en el pasado.

Friódor Dostoievski en su paso por la Escuela de Ingenieros. Registro de Соломон Лейбин
Friódor Dostoievski en su paso por la Escuela de Ingenieros. Registro de Соломон Лейбин

Así, la muerte de sus padres y el futuro fallecimiento de una esposa y dos hijos, despertaron en él varios episodios depresivos, que se sumaron a la epilepsia que sufría desde muy joven y que también fue determinante en la construcción de varios de sus personajes. A pesar de todas las dificultades atravesadas durante su vida –entre ellas el fracaso público de varias de sus obras, su paso por la prisión, el destierro, las deudas y sus problemas con el juego–, el ruso logró canalizar todas sus inquietudes en una vasta cantidad de textos que reflejan las virtudes de su prosa y su visión del mundo.

Aunque su vida y obra es extensa, en Culto recopilamos cuatro libros escritos en distintas etapas de su vida, cuya lectura permite sumergirse en el particular universo de Dostoievski.

*Noches blancas (1848)

Su primera novela fue Pobres gentes, lanzada en enero de 1846 a través del almanaque St. Petersburg Collection. Con ella, el escritor gozó de los elogios de los críticos y de un salto abrupto a la fama, convirtiéndose rápidamente en una celebridad de la escena literaria con sólo 24 años.

Sin embargo, sus novelas subsiguientes no gozaron de la misma recepción. El poco éxito de sus siguientes tres trabajos y las malas críticas recibidas sumieron al autor en un período de depresión donde vivió un acercamiento a grupos nihilistas, movimiento del que se volvería detractor en el futuro.

Pero el tiempo se encargaría de valorar los textos que nacieron durante aquella época de infravaloración. Noches blancas es una novela corta que en cerca de 90 páginas cuenta, con una capacidad de condensación destacable, la historia de un joven que cree haber encontrado durante las noches del solsticio de verano, por fin, el alivio a su soledad.

Libro Noches Blancas, de Dostoievski. Editorial Mestas Ediciones
Libro Noches Blancas, de Dostoievski. Editorial Mestas Ediciones

Su historia vuelve a ser referenciada por Dostoievski en la novela El idiota, cuyos pasajes también suceden en esa época del año.

Una de las características de la literatura del ruso es que el narrador siempre está inmerso en los acontecimientos que rodean la historia. En este caso, el protagonista narra en primera persona sus paseos solitarios por las calles casi completamente desiertas de un pueblo ubicado en la latitud alta de Rusia, en una época donde la mayoría de los habitantes de su pueblo se encontraban de vacaciones. El relato, en total, se desarrolla a lo largo de cuatro noches y una mañana, que separan las distintas etapas de la historia.

*Recuerdos de la casa de los muertos (1861)

Otro de los eventos trascendentales en la vida del autor fue su paso por la cárcel. El 23 de abril de 1849 fue arrestado por participar en el círculo intelectual liberal bautizado como el Círculo Petrashevski, una asociación ilegal fundada en San Petersburgo que funcionó entre 1844 y 1849, donde se debatían y propagaban ideas propias del socialismo utópico. Se le acusaba de conspirar contra el zar Nicolás I, en un momento histórico en que la estabilidad de la monarquía rusa ya había sido abatida por eventos como la revuelta decembrista y las múltiples revoluciones ocurridas durante 1848 en Europa.

Dostoievski y otros miembros fueron condenados a muerte. En varias ocasiones, el escritor debió escuchar con los ojos vendados el sonido de las armas disparando a los presos que eran fusilados. Y aunque estuvo al borde de la muerte, su pena fue conmutada a último minuto. En lugar de morir, como varios de sus compañeros, se le condenó a cinco años de trabajos forzados en Siberia, y al salir de prisión, debía reincorporarse al ejército como soldado raso, donde se acuarteló en una fortaleza ubicada en Kazajistán.

La casa de los muertos, de Dostoievski. Editorial Biblok
La casa de los muertos, de Dostoievski. Editorial Biblok

Allí, el novelista vivió y presenció una serie de vejámenes en un cuartel que en una carta dirigida a su hermano describió de la siguiente forma: “En verano, encierro intolerable; en invierno, frío insoportable. Todos los pisos estaban podridos. La suciedad de los pavimentos tenía una pulgada de grosor; uno podía resbalar y caer... Nos apilaban como anillos de un barril... Ni siquiera había lugar para dar la vuelta. Era imposible no comportarse como cerdos, desde el amanecer hasta el atardecer. Pulgas, piojos, y escarabajos por celemín”.

Varios años después, recordaría estas experiencias para plasmarlas en Recuerdos de la casa de los muertos¸ una obra de 412 páginas en las que el ruso consigna la desesperación que vivió en su paso por la cárcel a través de una historia de ficción, pero con una sólida base en la realidad. En ella, el personaje principal, Aleksandr Petróvich Goryánchikov, es capturado en la cárcel siberiana por matar a su esposa en el primer año de su matrimonio.

*Crimen y castigo (1865)

Para este entonces, el escritor había ido y venido de San Petersburgo varias veces, entre medio de los problemas suscitados por su pasado carcelario y el hostigamiento de quienes lo perseguían para cobrarle sus crecientes deudas.

En 1965, volvió a su ciudad natal para comenzar la redacción de Crimen y castigo¸ reconocida transversalmente como una de sus obras más importantes. Su publicación se fue dando de forma paulatina a través de la revista El mensajero ruso. Pero sus deudas no dejaban de aumentar y se vio obligado a firmar un contrato bastante severo y restrictivo con el editor del medio.

En él, se establecía que Dostoievski recibiría tres mil rubros, que serían entregados directamente a sus acreedores, a cambio de los derechos de edición de todas sus obras, más el compromiso de entregar una nueva novela en ese mismo año. En caso de infligir el acuerdo, sería multado con una suma bastante grande de dinero, además de perder el derecho patrimonial sobre sus obras.

Libro Crimen y castigo, de Dostoievski. Editorial Catedra
Libro Crimen y castigo, de Dostoievski. Editorial Catedra

Así, el escritor contrató los servicios de Anna Grigórievna Snítkina, una joven taquígrafa a la que dictó su novela El jugador en sólo 26 días, y que luego se transformaría en su esposa.

Crimen y castigo es considerada una de las obras del escritor clasificadas como una novela psicológica, y hoy aparece como uno de los textos más influyentes internacionalmente de la literatura rusa, junto con Guerra y paz¸ de León Tolstói. Originalmente, se publicó en 12 partes, y fue editada como libro al año siguiente de su aparición en El mensajero ruso.

Su narración va cambiando entre la perspectiva de los distintos personajes. Está contada en tercera persona, a través de un narrador omnisciente que manifiesta los pensamientos y acciones que van experimentando los protagonistas.

*Los hermanos Karamázov (1880)

Dostoievski estaba trabajando en Diario de un escritor, una serie de artículos de distintos estilos que publicaba en el semanario El ciudadano como parte de un suplemento literario. Allí, recopilaba historias cortas, notas sobre política y varias críticas literarias.

Aunque tuvo muy buena recepción por parte de los lectores del medio, el novelista pausó definitivamente su publicación en 1878, para dedicarse en un cien por ciento a trabajar en otra de sus novelas imprescindibles: Los hermanos Karamázov, también publicada, en gran parte, a través de El mensajero ruso.

Ya en 1874, el escritor pensaba en pausar su participación en el semanario. Sentía que aquella escritura no satisfacía sus aspiraciones. Entre medio, publicó el libro El adolescente, cuya remuneración le permitió vivir tranquilo junto a su familia por un tiempo. Finalmente, tomó la decisión de paralizar la publicación del diario por cerca cuatro años. En ese tiempo, de dedicó exclusivamente a su nuevo proyecto literario.

Libro Los hermanos Karamázov, de Dostoievski. Editorial Penguin Random House
Libro Los hermanos Karamázov, de Dostoievski. Editorial Penguin Random House

Apenas inició su publicación, Los hermanos Karamázov llamó la atención no sólo de los lectores de El mensajero, sino también de la crítica, que miraba con más que buenos ojos la nueva historia del novelista.

El mismo Dostoievski la consideró como su magnum opus¸ o sea, lo mejor que había escrito hasta ese momento. Esa sería su última novela. Dentro de la historia, el ruso aborda temas como el parricidio, la duda, la fe, el juicio y la razón, en un escenario de inminente modernización en Rusia, y que muestra la influencia que el filósofo Nikolái Fiódorov tuvo en su obra.

Inicialmente, la novela estaba concebida para contar con dos partes, pero la segunda entrega, que se ambientaría varios años después de los acontecimientos sucedidos en la primera mitad, nunca llegó a materializarse. El escritor ruso falleció a raíz de una hemorragia pulmonar asociada a un enfisema y un ataque epiléptico, apenas cuatro meses después de la publicación de Los hermanos Karamázov. Aunque inconclusa según su planificación inicial, la novela de más de mil cien páginas es considerada por la historia literaria, y por el mismo autor, como una de las obras más importantes de Friódor Dostoievski.

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