En febrero de 1997, The Notorious B.I.G. decidió arriesgarse. Habían pasado 6 meses desde el asesinato de Tupac Shakur y el rapero preparaba el lanzamiento de su segundo disco, Life After Death. Para terminar toda la polémica de la lucha entre las costas del rap, en la que él y Tupac eran contrincantes, Christopher Wallace -suverdadero nombre- decidió tomar un avión e ir a promocionar su disco a Los Ángeles, territorio enemigo. Ahí lanzaría el sencillo Hypnotize y grabaría un video musical para el álbum.
Su madre, Voletta Wallace, tuvo un mal presentimiento. Sabía que andaban detrás de Biggie, pues la rivalidad entre el sello Death Row Records, del que era parte Tupac, y el Bad Boys Records, del que era parte su hijo, era cada vez más grande. Seis meses antes se había especulado que le habría cobrado la vida a Shakur. Sin embargo, su hijo le dijo: “Tranquila todo saldrá bien”. La noche del 9 de marzo, el rapero asistió junto a su manager, Sean Combs, conocido como Puff Daddy, a una fiesta de la revista Vibe en el Peterson Automotive Museum. Se tomarón fotos y pusieron varias veces el sencillo recién lanzado.
A las 00.30 de esa noche, la fiesta terminó. Era tanta la gente, que el lugar superaba en dos veces su aforo y decidieron cerrarlo. Notorious B.I.G. se retiró junto a sus amigos en una caravana de 3 GMC Suburban. En el primero iba Puff Daddy y su guardaespaldas, en el segundo auto iban Wallace de copiloto y sus amigos de infancia Lil Cease y Damion Butler. El último auto era de seguridad. A 50 metros del lugar una luz roja los detuvo. Mientras el auto de Combs logró pasar a la siguiente calle, el de Biggie se quedó esperando.
Un Chevy Impala se detuvo junto a ellos. Un hombre afroamericano vestido de terno azul con una pajarita negra abrió la ventana y sacó el brazo, en la mano una pistola de nueve milímetros con la que ejecutó varios disparos. Biggie recibió cuatro impactos en el pecho. A las 01.15, su muerte era declarada en el Hospital Cedar Sinai de Los Ángeles.
De la calle al estudio
Christopher Wallace nació en Nueva York el 21 de mayo de 1972. Hijo único de Voletta, una mujer jamaiquina, eran los dos contra el mundo. Su padre desapareció de la foto cuando tenía tan solo dos años y el niño tuvo que crecer en solitario en las calles del peligroso barrio afroamericano de Bedford-Stuyvesant, Bed-Stuy, en Brooklyn, mientras su madre trabajaba para mantenerlo.
La mujer era estricta y durante los primeros años su hijo no podía dejar ni siquiera el pórtico de su edificio para jugar con los niños que se juntaban en la esquina de la cuadra. “Le tenía miedo a la muerte, le tenía miedo a las drogas, le tenía miedo a todo porque sabía que no estaban sentados estudiando. Sabía que hicieran lo que hicieran, no era bueno”, declaró en el documental Behind the Music en MTV.
A pesar de sus intentos por mantener a Wallace lejos de los problemas, matriculándolo en un colegio católico y siendo severa con los permisos, a los 12 años Biggie, como ya le decían en ese entonces por su estatura y peso, ingresó a su primera pandilla. “Mi mamá estaba fuera todo el tiempo entonces me dejó mucho tiempo metiéndome en cosas peligrosas. Nadie me cuidaba, entonces quién me iba a decir que no debía callejear. Todo el mundo lo hacía a mi alrededor, eventualmente iba a pasar”, dijo el rapero más adelante en una entrevista con A&E.
La ola del crack que invadió la ciudad en esa época también le llegó a el y a los 16 años ya traficaba y manejaba armas. Podía ganar 2.000 dólares semanales, más de lo que iba a acumular en cualquier trabajo. Como creció viendo a los traficantes de su calle alimentar a su familia con eso, y ostentando grandes autos, el futuro Notorious B.I.G. no lo dudó. Sin embargo, a los 17 descubriría otro talento: el rap.
En el colegio ya había ganado varios premios de inglés, por lo que no era sorpresa que supiera rimar. Sin embargo, fueron las batallas de rap que organizaban en el barrio lo que lo instó a dejar el colegio para dedicarse 100% a componer. “¿Escuchas esa música que tu llamas ruido? Algún día nos hará muy famosos” le dijo a su madre en ese entonces. Y no se equivocó.
Grabando demos en un sótano junto a 50 Grant, Biggie llegó a oídos de Matty C, un reportero de The Source Magazine que publicó una columna al respecto. El vicepresidente de Uptown Records, Sean Combs, estuvo interesado y lo llamó al estudio. Ahí mismo Combs le pidió que rapeara, y cuando terminó de versar, el productor le dijo: “Puedo sacar tu disco en verano”.
Una gran carrera y la lucha entre costas
Si bien en un principio Biggie apareció más que nada haciendo remixes de canciones como Real Love, de Mary J. Blige, o Flava in ya ear de Craig Mack, no pasó mucho tiempo hasta que inició su carrera solo. Su primer sencillo, Party and bullshit había salido en 1993, pero fue con Juicy que llegó el éxito. Esta canción formaría parte de su primer álbum de estudio, Ready to Die. El disco ha sido reconocido por toda la industria musical, quedando en el lugar 23 de los mejores discos debut de todos los tiempos según la revista Rolling Stone.
En esa misma época conoció a Tupac Shakur, un rapero de San Francisco que iniciaba su debut en el cine. Se hicieron amigos al instante y juntos grabaron varios temas que no salieron a la luz. Shakur ya tenía un poco de carrera en la industria y por eso la manejaba mejor, por lo que compartió varios de sus conocimientos con Wallace. La amistad era tan cercana que el rapero por ese entonces dormía en el sofá de Shakur por varias noches, mientras conversaban y le pedía consejos.
Sin embargo, la amistad solo duraría hasta el 30 de noviembre de 1994. La noche de ese día, Biggie y Puff Daddy se encontraban trabajando en el álbum de The Junio M.A.F.I.A, un proyecto con el que Wallace le dio un espacio en la industria a sus amigos de barrio, entre ellos Lil Kim. Tupac Shakur también se encontraba en los Estudios Quad esa noche, pero nunca se aclaró si como invitado o si estaba grabando sus propios temas.
De todas maneras, Wallace avisó al grupo que bajaría al lobby a saludar a Shakur. Cinco minutos después Wallace avisaba que necesitaban llamar a urgencias pues Shakur había sido asaltado y estaba herido. Cinco impactos recibió el rapero y la perdida se avaluó en 40.000 dólares de joyas. Para Shakur y sus cercanos, la situación era clara: Biggie y Puff estaban tras de esto y no le habían avisado.
Esto desató una enemistad entre los sellos de Shakur, Death Row Records, en California y de Notorious, Bad Boys, en Nueva York lo que se conoció como la batalla entre la costa oeste y la costa del este. Wallace empezó a recibir amenazas de muerte anónimas causándole una paraonia constante. “Pienso en eso todos los días, todos los días es algo real. Estoy convencido de que alguien quiere matarme”, declaraba en una entrevista con MTV.
Los siguientes años se desenvolvieron entre peleas y amenazas. El 23 de septiembre de 1995, miembros de ambos sellos se enfrentaron en una fiesta en Atlanta; ahí Suge Knight, director de Death Row, perdió a un amigo y a un guardaespaldas. En otra oportunidad Mark Antony Bell, amigo de Sean Comb, director de Bad Boys Records, aseguró que en la fiesta de Navidad de Death Row Suge Knight, Tupac y otros chicos lo amedrentaron para que entregara la dirección de Comb.
Todo llegó a un punto de no retorno cuando el 7 de septiembre de 1994 Tupac recibió cuatro disparos en el pecho, saliendo de un casino en Las Vegas. El rapero murió seis días después. A pesar de que mucha gente especuló que tenía que ver con Bad Boys records, Biggie declaró en una entrevista de radio: “Cuando murió quedé en shock, me pilló por sorpresa. Aunque tuviéramos problemas jamás le desee la muerte”.
La vida después de la muerte
Seis meses después de la muerte de Tupac Shakur, Christopher Wallace entraba al estudio a ponerle unos detalles a su próximo disco. Life After Death se presentaba como un presagio en la vida del rapero. Para terminar con esta batalla entre las costas, él y Puff Daddy se dirigieron a Los Ángeles a grabar un video y promocionar el álbum. “Lo que intento hacer ahora es darle la vuelta y usar mi poder para acabar con todo esto”, afirmo Wallace en un momento. Sin embargo, un par de semanas después el rapero era asesinado en condiciones muy similares a las de su enemigo.
Su madre se enteró por medio de un llamado telefónico de Damion Butler: “Lo escuché llorar. Era un hombre llorando y gritando, y supe que algo andaba mal. Empecé a gritar”, declaró Voletta Wallace en el documental Behind the Music. Tres días después el cuerpo del rapero era despedido en las calles de Nueva York en una multitudinaria procesión.
Si bien el caso nunca tuvo culpables, la investigación llevada a cabo por el departamento de policía de Los Angeles causó varias polémicas por supuestas negligencias. En el libro Murder Rap: The untold history of Biggie Smalls & Tupac Shakur murder investigations, Greg Kading, un exdetective que estuvo a cargo del caso, afirma que la investigación era clara.
Greg Kading recibió la investigación en 2006, luego de que la familia de Wallace denunciara al departamento de policía por no querer seguir pistas que pudiesen hablar de corrupción. Rusell Poole, quien había llevado el caso, también cree que hubo colaboración por parte de la policía para cometer el crimen; sin embargo, el departamento habría desestimado las pruebas.
De acuerdo a Kading, una ex de Suge Knight, la que fue protegida bajo el pseudónimo de Theresa, le habría confesado que el productor le habría pagado a Wardell Poochie Fouse, un excolaborador, nueve mil dólares por el asesinato de Biggie. El motivo era la venganza por Tupac y ella habría sido la intermediaria. La prueba que la posiciona en esto es el auto que Knight le había regalado tiempo antes. Un chevy impala verde oscuro que calzaba con el modelo ocupado para asesinar al rapero, pues habría sido prestado por ella a Poochie esa noche.
Si bien el sospechoso murió el 2003 a causa de un disparo por la espalda, el caso todavía no se ha resuelto. Kading fue acusado de faltas a la ética en otro caso criminal y fue desligado de la investigación de Notorious B.I.G., y no volvió a formar parte del equipo, a pesar de ser absuelto de ese cargo. Hoy Wallace será recordado como uno de los grandes íconos del rap independiente de su muerte.
Su doble disco Life after death logró una impresionante trayectoria de manera póstuma, siendo uno de los más vendidos de la historia y entrando a la lista de Hot Billboard 100 en primer lugar. Un suceso que sólo hizo aumentar su leyenda.