El eterno retorno de BBS Paranoicos: “¿Aún no nos conoces?”
La destacada banda hardcore nacional se presentó por segunda vez en el Lollapalooza, cerrando las celebraciones por sus 30 años. Una presentación arrolladora que le hizo justicia a su estatus de banda fundamental del rock chileno.
“¿Qué tal Lollapalooza?”, con esa frase del vocalista Omar Acosta, a las 15.53, arrancó el esperado show de BBS Paranoicos, una de las bandas ícono del rock nacional. El eterno retorno fue la canción que marcó el comienzo algo accidentado del espectáculo debido al retraso de 23 minutos, por un desajuste de programación.
Los retrasos marcaron la segunda jornada del festival. De hecho, apenas terminó de sonar el último acorde del show de Hoppo! en el Lotus Stage, justo al frente, el cuarteto saltó con hambre al escenario.
Y es que ganas había. Desde las 15.00, media hora antes de lo programado, empezó a llegar el público al Axe Stage, mezcla de millenials y de los fanáticos de siempre que han ido siguiendo la trayectoria del conjunto y que ahora lucen respetables canas rockeras.
BBS Paranoicos hizo un repaso de su trayectoria. Pasaron Tanto insistir, Como una sombra, El cielo va a estallar, Sin salida, Cuando pare de llover, Mentira, Corazón al barro, o canciones de su último disco, como Sanatorio.
El cuarteto sonó arrollador, haciendo gala de un fiato y potencia que les han dado los años en el camino, y demostrando que el hardcore es un género con muchos seguidores en nuestro país. Además, interactuaron con gestos con el público, el cual cantaba sus canciones con devoción, sobre todo un tema con vocación de rock de estadio: Calla y espera. Es que BBS Paranoicos es de esas bandas rockeras con barra brava, como Fiskales Ad-Hoc, Weichafe o Los Miserables.
Lo de BBS Paranoicos es entregarle a su público exactamente lo que quiere: hardcore melódico con buenas letras, repetibles. Ningún misterio, y es la fórmula que los ha mantenido vigentes nada menos que por 30 años, algo que Omar Acosta se encargó de recalcar en su estilo: “30 años y aún no nos conocis c…!”.
Además, pidió: “¡Apoyen a las bandas locales!”, aludiendo a la pandemia, agregó: “Nos dejaron botados”.
Al final, sonaron dos clásicos: El regreso, uno de los tracks fundamentales de su álbum Hardcore para señoritas (1997); y cómo no, La rabia, cantadas a toda garganta por el público.
Esta fue la segunda vez de BBS Paranoicos en el Lollapalooza. La primera fue en el 2012 cuando abrieron el escenario principal, Claro Stage. Imborrable para los fieles seguidores del conjunto.
En esta ocasión, también la cosa era especial. Quizás más aún. Como decíamos, la agrupación celebra nada menos que 30 años de trayectoria, una de las más prolongadas dentro de la música popular chilena. En la previa, aseguraban que con este show en Cerrillos cierran los festejos por magna efeméride, y que estaban pensando en un repaso por todo su repertorio, además de tocar parte de su último álbum, el aclamado Delusional (2018).
“Nosotros estamos con muchas ganas, haciendo una selección de temas, que tiene que ver con los 30 años que estamos celebrando y tratando de dar una pincelada lo más completa posible a lo que es nuestra trayectoria musical (...)”, señaló a Culto el guitarrista Pedro López.
Además, el conjunto realizó, el 30 de diciembre del año pasado, un concierto en el Teatro Coliseo, con el que iniciaron esas celebraciones por sus tres décadas. Además de la publicación de la biografía Tanto Insistir (2021), escrita por la periodista Rossana Montalbán Marambio, editada por Santiago-Ander Editorial, y que narró la historia del grupo.
Sin duda, esta segunda vez en el Lollapalooza es un buen broche de oro para una trayectoria, que, construida ladrillo tras ladrillo en el under, les ha significado ser producidos por el mismísimo Bill Stevenson (Descendents, uno de sus referentes) y el Premio Pulsar como mejor artista rock en 2019. Es el premio a tanto insistir.
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