Bryan Adams nunca se oxida: “Estoy feliz de estar aquí todavía haciendo esto”
Al teléfono desde Berlín, el canadiense Bryan Adams conversa con Culto sobre So Happy It Hurts, un disco que actualiza su vocación de crear música que levante el espíritu. “Estoy tratando de llevar un mensaje”, sentencia.
“Comenzamos tocando en España, Portugal y Suiza, y ahora comenzaremos en Noruega en un par de semanas”, cuenta con entusiasmo el canadiense desde Berlín, en medio de la gira promocional de So Happy It Hurts, su flamante disco número quince. La pandemia, cuyas repercusiones en el mundo artístico y cultural son a estas alturas innegables, le tuvo en suspenso como a muchos de sus colegas. Pero Bryan Adams (62) se siente tan feliz que, además de llegar a dolerle de alegría, parece haber olvidado aquella frustración que le cortaba como un cuchillo.
“Ya ni recuerdo cómo se sentía no poder tocar en vivo. Pero, más que nada, estaba frustrado porque tengo este circo ambulante conmigo, un puñado de gente que ha trabajado conmigo por cuarenta años y que para mí son como una segunda familia”.
El autor de Summer of 69 y Heaven se volcó a componer como una forma de superar aquella sensación. Y, tal como el título de uno de sus éxitos, no pudo ponerle freno a lo que estaba comenzando.
“Ahí empezó a tomar forma este álbum. Cuando soy creativo, cuando me pongo a trabajar en música, ahí es cuando soy más feliz y es en ese momento que la frustración desaparece. Incluso, cuando pensaba en segundo plano que tal vez no podría llegar a salir de gira nunca más, sí sabía que al menos iba a ser capaz de hacer música”.
Todo lo que hago
Al no poder ensayar junto a su banda debido a las restricciones sanitarias, Adams construyó las composiciones en capas, trabajando junto al legendario productor Mutt Lange (AC/DC, Foreigner, Def Leppard). Así, el guitarrista terminó haciéndose cargo de la instrumentación en el noventa por ciento de la placa, incluídas las baterías en diez de los cortes.
El single Kick Ass, que guarda una gran similitud en concepto con la clásica Let there be rock de AC/DC, revela en su construcción los cimientos de la grabación, incorporando cada instrumento en oleadas sucesivas.
“A Mutt yo le mandaba ideas y luego él me enviaba cosas de vuelta que me dejaban sorprendido. Sentía que él había convertido mi pequeño bosquejo en algo tremendo. Trabajar con él es como tener un arma secreta. Cada día íbamos juntando las partes y luego editamos. Si no estaba sonando lo suficientemente bien simplemente volvíamos y lo hacíamos otra vez”.
La sensación de ser capaz de crear algo de la nada, propia de su labor, es para Adams una recompensa en sí misma. “Siempre hay algo catártico al componer, porque cuando haces una buena canción recibes un golpe de adrenalina que, una vez que lo sientes, te hace desearlo aún más. Pero créeme, no podría hacerlo solo. Necesito un equipo”.
Él mismo lo dijo en 1984, en su hit Somebody: “todos necesitamos a alguien”. Una verdad que, según él, le sigue acomodando. “Sucede que cuando escribes una canción tienes que decir la verdad. Si lo haces, alguien te va a creer”. Otra de las grandes verdades para él, es haber estado siempre en movimiento, como si su vida fuese una road movie.
“Ha sido así desde mis primeros días. Yo solía viajar alrededor del mundo acompañando a mi padre. Solíamos mudarnos de país en país hasta que una vez de adolescente intenté asentarme, pero solo lo logré por un año o dos, ya que a los quince ya comencé a estar de gira con bandas. Estar en la carretera es todo lo que he hecho en la vida. Por eso digo esa frase en mi canción On the road, porque es cierto”.
Exactamente el mismo título ostenta el calendario 2022 de Neumáticos Pirelli, donde el talento fotográfico de Adams -cuyo trabajo ha sido publicado en Vanity Fair, Vogue, Esquire y GQ; además de coronar campañas para Hugo Boss y Guess- retrata exclusivamente a músicos de la talla de St. Vincent, Iggy Pop, Grimes o Cher, cada uno en distintas escenas de su vida en gira.
-Me parece que tanto en sus fotografías como en su oficio de compositor usted está intentando preservar momentos.
En el video de So happy it hurts quise que apareciera mi madre en el auto, junto a mí. Y creo que tienes razón, no lo había pensado así. Intento capturar las cosas que significan más para mí en mi vida. Cuando tus padres se hacen viejos quieres acercarte a ellos y asegurarte de que estén bien. Mi madre cumple en estos días 94 años y eso es algo único, especial y hermoso, y ella es alguien con quien quiero pasar más tiempo, poder tener más recuerdos de ella.
El track que cierra la placa, Moments that make up my life, versa sobre absorber aquellos instantes que iluminan su vida diaria. Y es que, en su verano 62, Adams no recuerda mucho de su época de éxito superventas.
“No recuerdo los años 90. No recuerdo aquellas giras, pero sé que las hice. Si no fuera por las fotografías no recordaría nada. Vi una foto de mí el otro día, donde aparecía sentado al lado de un auto en New York con una barba chiva roja y fue impresionante. No me acuerdo de eso para nada. Puedo decirte dónde estaba exactamente cuando escribí cada una de las canciones que he hecho, pero no puedo decirte dónde estaba cuando pasaban otro tipo de cosas. Por alguna razón, la música es como una instantánea y creo que la gente tiene ese mismo tipo de conexión con la música. Debes haber escuchado que la gente dice ‘esa es nuestra canción’, ‘nos juntamos por esa canción’, ‘nos casamos con esa canción’, ‘hicimos el amor con esa canción’, y ‘esa es la canción de mi chico o chica’. Por eso a la gente le impacta la música, porque es muy poderosa, lo es todo. El otro día alguien me dijo ‘oye, hiciste esa música y la lanzaste en tiempos muy complejos, el mundo estaba patas para arriba y se te ocurrió hacer esa música, totalmente desconectado de lo que pasaba’. Y le respondí: ‘¿En serio? Pues la música está ahí para levantar el espíritu, así que fuck you!’”.
Aunque no suene tan a menudo en la radio como hace 30 años atrás, tampoco pierde de vista que aún es posible conectar con la gente a través de un simple hit. “Hay muchos músicos que lo hacen hoy, como Ed Sheeran, Chris Martin de Coldplay; o The Weeknd, que es brillante. Supongo que hay mucho que escuchar aún en la radio, yo aún la pongo en el auto. Incluso si no suena mi música, lo hago y me gusta lo que escucho. Solo estoy feliz de estar aquí todavía haciendo esto”.
A raíz de una pugna con Universal -aún dueña de los masters de sus clásicos- el músico reescribirá su pasado en abril próximo, editando un compilado de nuevas versiones, esta vez con las regalías a su nombre y mezcladas en Dolby Atmos, “hechas para el nuevo siglo”. Pero, a pesar del largo camino, hay cosas en el mundo que lamentablemente no han cambiado.
-Hace 32 años, usted tocó en The Wall de Roger Waters, en los restos del Muro de Berlín. Hoy, increíblemente, aún tenemos gente empeñada en generar conflicto y división, no en conectarnos.
Creo que la historia se repite una y otra vez. Cuando yo grababa Waking up the neighbors, América atacaba a Irak e Israel atacaba a su vez Palestina. Había guerra civil en Siria. Había estos conflictos y ocurrían divisiones. ¿Qué es lo que prevalecía? La música. Pienso en eso porque mi música es sobre levantar el espíritu y limpiar mi propio espíritu. La gente sigue haciendo muros. Hay algo con el ser humano que no entiendo y es por qué siempre hacemos eso. Supongo que las cosas son así.
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