Columna de Daniela Lagos: Wecrashed, ambición y megalomanía

Wecrashed

Wecrashed sigue siendo una serie entretenida y que engancha, a momentos sólo por un deseo morboso de ver a un tipo que parece no tener ninguna capacidad de autocrítica y que se cree una estrella de rock y el centro del mundo.



Cada cierto tiempo, la industria de las series (y la cultura pop en general) se obsesiona con un tema; una nueva vertiente de contenido que puede convertirse en un éxito. Los zombies, los detectives perturbados, los asesinos en serie…

Y ahora parece haber una nueva tendencia sobre la mesa: la de contar las historias reales de jóvenes demasiado ambiciosos y que están dispuestos a todo por lograr sus metas de fama y sobre todo fortuna. Netflix estrenó la historia de una falsa heredera con Inventando a Anna, luego vino Star+ con The dropout y una de las mayores estafas del mundo de las startups, y ahora llegó el turno de Apple TV+, que entra a esta competencia con Wecrashed, la historia del alza y brutal caída de WeWork y su creador.

Jared Leto es el actor que se pone en la piel de Adam Neumann, un emprendedor que a inicios de los años 2000 andaba en busca de su gallina de los huevos de oro, con más entusiasmo que buenas ideas. Eso hasta que de pronto dos cosas suceden. Por un lado conoce y se enamora de una chica que trabaja como instructora de yoga (Anne Hathaway), y por otro al fin tiene una idea que le funciona: Greendesk, un espacio de cowork con foco en la sustentabilidad y el cuidado del medioambiente.

Y cuando ese negocio se vuelve un éxito y logra venderlo, viene una nueva idea, de crear un cowork como no existe antes, con espacios ultra cool, lugares de descanso y mesas de ping pong. Pero mientras esta empresa supuestamente está creciendo como la espuma, la realidad es que los números no son tan buenos como parece y su dueño ha pedido demasiada plata “prestada”.

Esa es la historia que se cuenta en los nueve episodios de esta miniserie que se sostiene en buena parte en las actuaciones de Leto y Hathaway, que se sumergen en dos personajes de ambiciones extremas y egos enormes, y que se alimentan mutuamente en sus delirios de grandeza. Con ellos al centro se va construyendo una historia que se mueve entre la comedia y la tensión, y que sin dudas divierte, aunque también deja una sensación de que hay una oportunidad perdida de calar un poco más hondo y tener mayor punto de vista.

Sin ese paso extra, Wecrashed sigue siendo una serie entretenida y que engancha, a momentos sólo por un deseo morboso de ver a un tipo que parece no tener ninguna capacidad de autocrítica y que se cree una estrella de rock y el centro del mundo, y que levantó un imperio de arena en base a lo que se ve cool, algo tan presente en la era Instagram.

Sin duda una buena contendora en esta nueva tendencia que mezcla ambición, poder y ego. Una serie que merece ser vista.

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