El nombre de Chris Rock se ha repetido en todo el mundo a contar de la noche del domingo, tras el derechazo que recibió por parte del actor Will Smith durante la ceremonia de los Oscar.

Pero Chris Rock ha tenido una trayectoria que va mucho más allá de lo anecdótico. Se trata de una verdadera celebridad en los Estados Unidos. Cuenta 57 años. Nació el 7 de febrero de 1965 en Andrews, Carolina del Sur, con el nombre Christopher Julius Rock. Tempranamente, sus padres se mudaron a Brooklyn, Nueva York.

En gran parte, su carrera artística se ha sustentado en la comedia. Por eso, desde muy joven comenzó en pequeños escenarios haciendo números de humor en clubes nocturnos. Desde ahí obtuvo roles menores en filmes como I’m Gonna Git You Sucka y la serie de televisión Miami Vice, en 1987.

Pero su gran chance vino ese año. El mismísimo Eddie Murphy lo vio actuar en un club nocturno y se convirtió en su amigo. Gracias a él, Rock obtuvo un rol -aunque modesto- en el filme Beverly Hills Cop II.

Chris Rock y Eddie Murphy.

De ahí ya no paró más. Se hizo fama de costa a costa en los Estados Unidos gracias a su participación como miembro estable de Saturday Night Live, uno de los shows televisivos más vistos en el país del norte, junto a otros connotados como Adam Sandler, Rob Scheneider y David Spade. Luego, vinieron programas de comedia en HBO y Comedy Central.

A mediados de los 90, el amor tocó su puerta. En 1996 se casó con Malaak Compton, madre de sus hijas Lola y Zahra, aunque el 2014 se separaron.

Pero al margen de su carrera de comediante, no dejó el cine, aunque siempre enfocado en el rubro de las risas. Apareció en New Jack City (1991); Boomerang (1992), junto a Eddie Murphy; Sargento Bilko (1996), junto a otro clásico del humor estadounidense: Steve Martin. También cuenta participaciones como en Arma mortal 4 (1998), Dogma (1999), Persiguiendo a Betty (2000). Incluso, incursionó como director en el filme De Incompetente a Presidente (2003). Y como le gustó la silla principal, también lo hizo en Creo que quiero a mi mujer (2007) y Top Five (2014).

Asimismo, ha prestado su voz en filmes de animación, como en Bee Movie y Madagascar. Ha obtenido reconocimientos como dos premios Emmy; por Chris Rock: bring the pain (1996) y por The Chris Rock Show (1997-2000).

Su fama en Estados Unidos es tal que la del domingo pasado no fue la primera vez que apareció en la ceremonia de los Oscar, también lo hizo como anfitrión en 2005 y 2016.

Desde esa tribuna - y desde otras qua ha tenido- siempre se ha caracterizado por un humor al límite, con víctimas diversas y donde siempre se ríe de algún detalle específico en la personalidad o el físico del afectado.

El round anterior con Will Smith

Hasta 2016, Will Smith, Jada Pinkett y Chris Rock eran amigos, fotografías muestran a los 3 juntos animosos y sonrientes, como un triángulo de buena onda. Sin embargo, el vaso de cristal se rompió ese año y ya nunca más fue lo mismo.

Para la edición de ese año, los actores afroamericanos llamaron a boicotear la ceremonia, debido a la escasez de nominaciones para la llamada gente negra. Todos los nombrados en las categorías interpretativas de los Oscar eran actores y actrices blancos. Por lo tanto, el afamado cineasta Spike Lee anunció que no asistiría a la ceremonia.

A él, le secundó Jada Pinkett y por supuesto, su marido, Will Smith, quien señaló: “Nos incomodaría estar ahí y sugerir que eso está bien”. Y aclaró que no era nada personal, puesto que el intérprete sonaba como favorito en la previa por su rol en Concussion. “Esto no tiene que ver conmigo. Esto es por los niños que se van a sentar y ver un espectáculo en el que no van a estar representados”, agregó.

Jada Pinkett, Chris Rock y Will Smith.

La decisión no pasó desapercibida. De hecho, la actriz Janet Hubert, también afroamericana (y quien actuó con Smith en El príncipe del rap) criticó la decisión de Pinkett diciendo: “Solo está enfadada porque a su marido no le han nominado”.

La ceremonia, en Dolby Theatre de Los Ángeles, fue conducida por Rock, quien en la previa zanjó su postura sobre el tema: “Es una industria blanca y ya está”. En la ocasión, hizo gala de un humor ácido y punzante, y sacó al pizarrón a Pinkett: “¿No está ella (refiriéndose a Jada) en un programa de televisión? Jada boicoteando los Oscar es como yo boicoteando las bombachas de Rihanna. No estaba invitada”.

Pero eso no le bastó, y a renglón seguido agregó: “Su marido, Will, no fue nominado por Concussion. Lo entiendo. Te vuelves loco. No es justo que Will estuviese tan bien y no consiguiese una nominación. ¡Tampoco es justo que Will cobrara 20 millones de dólares por participar en Wild Wild West!”.

Ahí fue cuando el círculo se rompió para siempre. De algún modo, Smith se tomó revancha este domingo de una rabia acumulada desde entonces.