Cuando este lunes caía la tarde en Los Angeles, Estados Unidos, y estaban cerca de cumplirse 24 horas desde el incidente que dio la vuelta al mundo en los Oscar, Will Smith emitió su primera declaración por escrito.
“Mi comportamiento en los Premios de la Academia de anoche fue inaceptable e inexcusable”, comenzó, para luego asegurar que “reaccioné emocionalmente” una vez que el comediante Chris Rock lanzó una broma sobre la alopecia de su esposa, la también actriz Jada Pinkett Smith, y decidió subir al escenario del Teatro Dolby para propinarle un derechazo a mano abierta a su colega.
“Me gustaría disculparme públicamente contigo, Chris. Estuve fuera de lugar y me equivoqué. Estoy avergonzado y mis acciones no fueron indicativas del hombre que quiero ser. No hay lugar para la violencia en un mundo de amor y bondad”, añadió en su mensaje publicado en Instagram.
Pero su texto está lejos de apagar el incendio. De hecho, algunos estiman que restan gestos de parte del actor de Rey Richard. Incluso, en una columna publicada hoy en Variety, Andrew Wallenstein propone un mensaje de perdón en conjunto entre los dos intérpretes. “No excusaría el comportamiento de Smith, pero si Rock está dispuesto a minimizar el incidente, eso ayudaría a rehabilitar la imagen de Smith más que cualquier otra cosa”, asegura.
Fuera de los dardos que han recibido ambos protagonistas de la trifulca, la Academia no ha salido inmune de la controversia. A ojos del mundo la organización sólo atinó a concretar una acción y no fue inmediata: pocas horas después de terminada la ceremonia, escribió un mensaje en su cuenta de Twitter en que expresó que “no aprueba la violencia de ninguna forma”.
Al día siguiente, poco antes de que la estrella de Ali se disculpara con Rock, la entidad fue algo más directa, al “condenar” las acciones de quien ganaría el premio a Mejor actor y anunciar que comenzaría una investigación para explorar nuevas “acciones y consecuencias”.
Ese proceder esconde una trastienda que ha sido revelada en las últimas horas. Según los reportes de los medios norteamericanos, hay claridad en torno a tres puntos: el chiste de Chris Rock hacia Pinkett Smith no estaba en el guión ni fue parte de los ensayos, se consideró quitar a Will Smith de la ceremonia tras la bofetada y su agresión provocó una estupefacción tan grande entre los organizadores que no alcanzaron a resolver nada concreto.
The Hollywood Reporter entrega el testimonio de una fuente que estaba tras bambalinas. “Todos decían: ‘¡¿Qué carajo está sucediendo?! ¡¿Esto acaba de pasar?! ¡Oh, Dios mío!’ La gente jadeaba”.
En concreto, la ceremonia enfrentaba su hora final y sólo quedaban seis premios antes de que Rock subiera a anunciar el ganador de Mejor largometraje documental. El galardón a Mejor actor, en tanto, estaba pensado para ser revelado en el penúltimo lugar.
Una vez que ocurrió el episodio que dejó atónitos a todos, se reunieron durante una pausa comercial la directora ejecutiva saliente de la Academia, Dawn Hudson, y el presidente de organización, David Rubin. Ambos, en compañía de un portavoz de la institución, tuvieron una conversación a puertas cerradas con la representante de años de Smith, Meredith O’Sullivan Wasson. Ni Hudson ni Rubin volvieron a sus asientos, se especifica. Mientras, el representante de Rock fue convocado a dialogar con la policía local, aunque esta misma luego detalló que el comediante descartó presentar cargos.
El estrecho margen de tiempo que tenían para decidir cualquier acción habría sido el motivo para que no detuvieran el show ni se sacara del evento al intérprete de En busca de la felicidad. Se consideró “seriamente” su salida, pero “pero los encargados de tomar decisiones de la Academia estaban sentados en varios lugares en el Teatro Dolby y no pudieron movilizarse para tomar una decisión antes de que ganara el premio al mejor actor”, plantea una fuente citada por CNN. Una declaración que contradice la versión de que los dos máximos responsables de la Academia se habrían reunido raudamente para resolver la situación.
Rob Mills, ejecutivo de la cadena ABC que no fue parte de esas instancias que se concretaron a contrarreloj pero sí estuvo siguiendo el programa minuto a minuto, advierte otra complejidad. “Debes recordar que estás presentando un espectáculo en vivo. Si esto hubiera sido algo que se estaba grabando previamente, nos habríamos detenido”, señaló a Variety.
Diversas voces son particularmente críticas de cómo se ha manejado el tema desde el grupo que realiza la premiación. “La realeza de Hollywood ganó. De hecho, la violencia fue tolerada”, escribió el crítico Eric Deggans en NPR. “Y permitieron que una de las estrellas de cine más grandes del mundo simule que su arrebato de machismo enojado fue de alguna manera un esfuerzo por ‘proteger’ a su familia de una broma que ya se había dicho”.
“El escenario del Dolby caminó unos cuantos años hacia atrás”, indicó por su parte El País. Mar Venegas, profesora Titular del Departamento de Sociología de la Universidad de Granada, entrevistada por este medio, comentó: “Después de los últimos años, del Me Too, de lo que se ha trabajado. Al final las cosas no cambian tanto como creemos, y hay ciertas cosas que son tradición en los Oscar, como que hay determinadas conductas que no se entienden como susceptibles de ser condenadas”.
En cambio, la columnista Tayo Bero optó por enfocarse en las motivaciones de Smith en un texto para The Guardian. “El mundo está tan acostumbrado a ver a las mujeres negras como indignas de ser protegidas y de luchar por ellas que no puede ver ningún mérito en las acciones de Smith o las emociones que las impulsaron”, plantea. “Mientras esperamos los resultados de la investigación de la Academia, lo que espero que quede es la oportunidad de cuestionar verdaderamente cómo ve la sociedad a los hombres negros, qué vemos como discapacidad y a quién vemos como digno de protección”.