La agresión protagonizada por Will Smith y Chris Rock en la ceremonia de los Oscar sigue dando qué hablar. Esta vez, son los administradores de locales de stand-up quienes han manifestado su preocupación frente a las consecuencias que la bofetada pueda ocasionar en el mundo de la comedia.
Así, son varios los humoristas que han dado a conocer sus inquietudes sobre el hecho. La actriz y comediante Kathy Griffin escribió en su cuenta de Twitter: “Es una muy mala práctica subir al escenario y agredir físicamente a un comediante. Ahora todos tenemos que preocuparnos por quién quiere ser el próximo Will Smith en los clubes de comedia y los teatros”, condensando las inquietudes que hoy son transversales dentro del rubro humorístico.
Sin embargo, según señaló el presidente del local The Laugh Factory Chicago, Curtis Shaw Flagg, al Hollywood Reporter, la progresiva agresividad del público es un fenómeno que viene creciendo desde el inicio del mandato del ex presidente estadounidense, Donald Trump.
“Fue realmente malo entre 2016 y 2020, donde si decías algo sobre Trump y había un partidario entre la multitud, solo tenían que darse a conocer. Todo se convirtió en una batalla intelectual, en lugar de que la gente simplemente se sentara y disfrutara de las bromas”, comenta.
En este contexto, el temor de los locatarios es que lo sucedido con Will Smith motive a que estas situaciones sigan ocurriendo con más frecuencia. Entre las medidas evaluadas, está la ubicación de un guardia al costado del escenario, para facilitar su reacción en caso de que surja algún incidente.
“Voy a hablar con mi personal, solo por este fin de semana, y decirles: ‘Definitivamente los necesitamos en el escenario ahora. Ese es tu puesto caso de que alguien esté tratando de recrear un momento o se sienta envalentonado por lo que hizo Will Smith. Y es desafortunado”, señala el locatario al medio.
Además, están considerando dar avisos al público antes de los shows (para recordar que se trata sólo de humor) e incorporar detectores de metales a la entrada.
Por su parte, el Comedy Cellar de Nueva York señaló que “nunca hemos tenido algo así en nuestra historia. Hemos tenido miembros de la audiencia ofendidos por bromas personales y que han tenido riñas a lo largo de los años, pero muy, muy rara vez [se han vuelto físicos]”. Noam Dworman, propietario del local, añadió que sus empleados tenían la indicación de retener a cualquier miembro de la audiencia que irrumpiera en el escenario.
“No hay forma de que dejemos ir a alguien. Sería arrestado, seguro. Lo que le pasó a Chris estuvo 100 por ciento equivocado. Es una locura. Chris estaba haciendo el papel tradicional de un presentador de los Oscar”, aseguró al Hollywood Reporter.
Aunque no todos los clubes se han pronunciado al respecto, lo cierto es que el incidente abrió un nuevo frente de preocupación para el rubro de los comediantes.