Gene Simmons, de Kiss: “Si Paul McCartney se pusiera mi atuendo, se desmayaría durante la primera media hora de show”
El bajista, fundador y demonio de una de las bandas más paradigmáticas de la historia del rock habla con Culto de la gira de despedida que los trae a Chile, de la decisión de abandonar el maquillaje para siempre y de por qué cree que el rock no tiene vuelta: está muerto y con pocas opciones de ser reanimado.
Gene Simmons (72) no se muerde la lengua. Al bajista que se maquilla como demonio, que dispara sangre por la boca, que en los shows vuela como un ángel de las tinieblas colgado de un arnés y que precisamente intimida con su lengua larga, le gusta Maná. También Juanes. “Y Los Tigres del Norte. Son un grupo muy interesante. Hay cosas muy buenas en español. El problema es que el resto del mundo habla inglés”, cierra al reconocer sus gustos en música latina, en contacto con Culto a través de Zoom.
Sus vínculos con nuestro idioma vienen en rigor desde cuando antes de la fama trabajó como asistente de organismos puertorriqueños con sede en Nueva York, donde también aprendió un par de palabrotas: “Maric..., la tuya de tu madre, cosas así recogí de los boricuas”.
Pero después sus labores cambiaron. Siendo un veinteañero, formó una serie de bandas que lo llevaron a conocer al guitarrista Stanley Eisen, el hombre luego rebautizado Paul Stanley, con quien desde principios de los 70 empujó una máquina creativa, comercial y empresarial llamada Kiss, grupo capaz de dotar al rock de un imaginario fantástico que ofertaba pintura, fuego, pirotecnia, armaduras plateadas y botas de plataforma, como un circo o un Disneylandia rudo y fiestero que hasta hoy certifica intransable espectacularidad.
“Nosotros hicimos todo eso porque pensábamos que las bandas de rock eran aburridas, así que hay un sentimiento de orgullo con lo que creamos”, expresa Simmons con vanidad retrospectiva y conjugando su obra en pasado, de la mano con el tour de despedida End of the road que empezó en 2019 en Vancouver y que tendrá dos fechas en Santiago, el 19 y 20 de abril en el Movistar Arena.
Es, según subraya en este diálogo, el hasta siempre de un conjunto que estimuló a millones a pintarse el rostro de blanco y negro frente a un espejo, que despachó hits fenomenales en distintas décadas -desde Rock and roll all nite o I want you hasta Forever y Psycho circus-, y que se cruzó en el destino de bandas tan dispares como Nirvana, Guns N’ Roses, Marilyn Manson, Foo Fighters o Los Prisioneros.
-¿Cómo fue ese momento en que se juntaron como grupo, se miraron y dijeron: “no vamos a seguir nunca más en un escenario”?
Todas los grupos piensan sobre cuándo deben terminar, porque todos sabemos que hay bandas que son demasiado viejas para estar en el escenario. Entonces, lo que nosotros queremos es hacer giras mientras aún nos veamos bien, nos sintamos bien, cuando aún estamos fuertes. Recuerda que nosotros introducimos cada show con la presentación “¡tú quieres lo mejor, tú tienes lo mejor! ¡La banda más hot del mundo: Kiss!”... pero ya no te puedes presentar de esa forma cuando tienes casi 80 años. No suena real. Uno quiere detenerse cuando aún eres un campeón. Y cuando eso sucede, te das cuenta que ha pasado medio siglo, y eso ya es suficiente.
-¿Le aburrieron los escenarios y los conciertos?
No, los amamos. Pero piensa en esto: ¿tú sabes lo que es el bowling? ¿Vas a jugar bolos? Imagínate que en vez de zapatos, tuvieras que usar los bolos; así de pesados son los zapatos que yo uso. Son zapatos de siete pulgadas de alto, más unas botas de dragón de otras siete pulgadas, encimas tienes cuarenta libras de peso, la guitarra pesa doce libras, el resto del atuendo pesa once libras, por lo que tienes cuarenta libras (18 kilos) de peso encima tuyo. Y más encima debes seguir escupiendo fuego y volando por los aires. No somos los Ramones, que usaban jeans, zapatillas y no hacían nada. Habla con tu novia, cuando ella sale y se pone tacones, ella te dirá cuánto le duelen sus pies y cuánto le duele su espalda.
-¿Qué piensa cuando ve a artistas de más edad que Kiss, músicos de ya cerca de 80 años como Paul McCartney o los Rolling Stones, aún girando sin problemas?
Pero hay una diferencia entre ellos y nosotros. Yo amo a Paul y amo a Jagger. Jagger es un tipo que trabaja muy duro. Pero ninguno tiene que usar cuarenta libras de peso encima, entre el atuendo, el arnés, los zapatos, y estar dos horas poniéndose maquillaje para escupir fuego y volar por los aires. Si Sir Paul McCartney se pusiera mi atuendo, se desmayaría durante la primera media hora de show. Nosotros podríamos seguir en tour si sólo usáramos zapatillas y jeans, y solamente nos sentáramos a tocar la guitarra. Pero Kiss es diferente.
-Uno podría pensar también en Bob Dylan, cuyo formato le permite girar hoy incluso teniendo 80 años. Usted lo conoce bien: compuso tres temas con él en los 90.
Eso fue todo muy normal. Bob venía a mi casa en una camioneta blanca, se bajaba con su guitarra y escribíamos un par de canciones juntos. Si buscas en Google, sabrás que Kiss también influyó a Dylan, él mismo lo admitió en un documental. De pronto nos poníamos a hablar y él me repetía: “¡no sé cómo lo haces!”. Él cantaba en sus conciertos y se cansaba, no se podía imaginar lo que nosotros hacíamos con nuestras armaduras, efectos especiales. ¿Tú sabes que tener bolas de fuego en el escenario eleva la temperatura de donde estás parado en veinte grados?
“Nosotros podríamos seguir en tour si sólo usáramos zapatillas y jeans, y nos sentáramos a tocar la guitarra. Pero Kiss es diferente”
Gene Simmons
“Si hoy vas al show de cualquier artista, AC/DC, los Stones o cualquiera, siempre se incluyen efectos especiales, siempre hay fuego. ¿De dónde crees que ellos sacaron esas ideas? De nosotros. Lo hicimos porque las bandas de rock eran aburridas. Pero también hay un sentimiento de tristeza al retirarnos, lo vamos a extrañar. Nos pone tristes. Hicimos 120 shows del adiós antes de la pandemia y vimos muchos fans llorando. Nosotros también lloramos y fue todo muy emotivo”.
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Fue todo muy emotivo y se entienden las lágrimas, pero hay un matiz: Kiss ya había hecho hace 20 años una gira del adiós bajo la misma promesa del nunca más nos verán juntos. Fue entre 2000 y 2001 con The Farewell Tour, cuando se presentaron con la formación clásica que incluía a Simmons, Stanley, el guitarrista Ace Frehley y el baterista Peter Criss. Pero todo se fue desmoronando entre conflictos internos y show irregulares, entre acusaciones de diferencias groseras de salarios entre sus integrantes y peleas a golpes en camarines, por lo que decidieron que la leyenda no podía tener tal desenlace. En 2003 ya estaban de nuevo en la carretera, confirmando que la despedida podía ser una decisión elástica.
Eso sí, en ese retorno inmediato ya no estaban ni Criss ni Frehley, reemplazados hasta hoy por Eric Singer y Tommy Thayer, respectivamente.
-¿Por qué ahora sí debería ser el adiós definitivo y cuál es la diferencia con esa despedida de hace 20 años?
Es una muy buena pregunta. Estaban Ace y Peter, que o bien se retiraron o fueron despedidos del grupo, por asuntos con drogas, mal comportamiento y actitud poco profesional. Y nosotros nos íbamos a retirar ese año 2000, estaba resuelto, pero la gente nos decía “¿por qué no traen a miembros nuevos?”. Nosotros pensábamos que no, que éramos como The Beatles, o sea, que no podíamos traer a otros personas como reemplazo. Pero la gente nos decía de vuelta: “Ringo nunca fue el baterista original de los Beatles”. Y tenían razón. Y cuando piensas en los Stones o AC/DC, han tenido 22 miembros distintos. Al final del día, un grupo es como un equipo de fútbol. Cuando alguien no está, se trae a alguien nuevo. Ace y Peter no podían estar por mal comportamiento, entonces había que intentarlo con gente nueva. Tommy Thayer y Eric Singer han estado en los últimos 18 años y ha sido excelente. Nadie fuma, nadie toma, no se drogan, todos se presentan de forma puntual.
-Cuando Kiss partió en los 70, la música se escuchaba en formato físico. Hoy cuando se despiden, se consume en formato digital. ¿Le gusta esa nueva vía de acceder a los grupos?
No importa cómo me sienta yo al respecto, esto ya está aquí, es lo que hay, pero ¿qué es lo que yo prefiero? Prefiero la música con alma, cuando los artistas invertían tiempo en sus álbumes, un vinilo era arte, se podía mostrar en un museo e incluía imágenes. Hoy la música no tiene alma. Y es increíble, porque por un millón de descargas, podrías ganar mil dólares, lo que es nada; aparentemente ganas un décimo de centavo por descarga, lo que es ridículo. Para los nuevos artistas es prácticamente imposible tener una carrera, debes seguir trabajando en otro lado para poder subsistir. Además, al haber tanta música gratis que descargas y compartes, hoy es difícil apuntar a una sola banda como la mejor del momento.
“Por ejemplo, desde 1958 a 1988, son treinta años, y tuvimos a Elvis, los Beatles, los Stones, Jimi Hendrix, David Bowie, cientos de bandas británicas, cientos de clásicos de Motown, The Supremes, The Temptations, música country, blues, Madonna, onda disco, grupos de metal como Metallica, AC/DC, Iron Maiden. Y ahora, ¿quiénes son los nuevos Beatles?”
-Una pregunta de difícil respuesta
Lo mejor que los fans pueden hacer es que, si oyen una nueva banda y la aman, no adquieran dicha música de forma gratuita; ayúdenles a sobrevivir, como una madre que va caminando por la calle y ve a un bebé tirado. Lo tomaría si es que le importa. Tomen a la música si es que les importa, la música depende de los talentos del futuro. Hoy el rock está muerto. La última banda realmente genial en el rock fue Foo Fighters y ellos ya tienen veinte años.
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